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martes, 20 de octubre de 2009

Broussaille (Cabelloloco)


Mi primer encuentro con Broussaille tuvo lugar en ese viaje extraordinario que entraña para todo aficionado al cómic un paseo por las calles del centro de Bruselas. Entre los muchos murales urbanos que adornan la hospitalaria capital belga, el suyo me pareció especialmente evocador. Una cerveza fría en la terraza del recodo que lo acoge sobre la Rue Marché au Charbon, el simpático guiño que esconde su diseño y un repentino sentido de la curiosidad terminaron por introducir al personaje en mi cabeza. Pero ahí quedó todo.

Sin embargo, varios meses más tarde, un comentario en este mismo blog me descubrió la existencia del primero de sus álbumes en español bajo el extravagante nombre de Cabelloloco. Una vez metido en su lectura, me di cuenta que Broussaille tenía todas las papeletas para convertirse en una serie a la que seguir la pista. Qué menos que corresponder a aquella oportuna información que me llevó a un hallazgo tan agradable.


Broussaille, o Cabelloloco si se prefiere, es una creación del autor belga Frank Pé que vio la luz en 1978 para un pequeño apartado del popular semanario Spirou, pasando a protagonizar posteriormente historias de mayor amplitud, siempre dentro de la misma revista, antes de dar el salto definitivo al clásico formato de aventura larga en álbum, siguiendo la misma vía que han recorrido tantas obras, hoy de renombre, gracias a ese mismo trampolín. Si bien en la actualidad la serie se compone sólo de cinco álbumes, podemos afirmar de manera contundente que forma parte de aquellas que han aportado un soplo de aire fresco a la bande dessinée francobelga, renovando el género de la BD de aventuras al abordar temas poco o nada tratados hasta entonces, en particular las relaciones humanas en el mundo moderno, las dificultades de un joven que se enfrenta al entorno que le rodea, el intenso sentimiento de la armonía vital, las cuestiones relativas a la ecología, etc. todo en un contexto social realista muy alejado del de los héroes más convencionales del tebeo.

Los responsables directos de Broussaille son Frank Pé (Ixelles, 1956) en el dibujo y Michel de Bom (Bruselas, 1950) encargado del guión hasta el 4º número. Ambos autores pertenecen a esa generación que, sosteniendo una rendida admiración hacia maestros tan insignes como Franquin, Tillieux o Will que les precedieron, dieron un empuje a la BD durante los años 80 imponiendo un nuevo estilo que se vio claramente reflejado en las viñetas que empezaban a publicarse por entonces en la ya citada revista.

Diferentes portadas de Spirou dedicadas a Broussaille en varias etapas

Tras su paso por el prestigioso centro Saint-Luc de Bruselas compartiendo estancia con Yslaire y Geerts entre otros -institución donde, ya desde antaño, se formaban figuras de la talla de Franquin, por ejemplo- Frank (a secas, tal es su firma) fue a parar acto seguido a las páginas de Spirou para realizar pequeñas crónicas juveniles ilustradas sobre la naturaleza que presentaba un prematuro Broussaille. Al mismo tiempo, dibuja las tiras humorísticas de l’Élan (El alce), destinadas a cubrir un pequeño hueco de la revista. Junto a Terence, se encarga del one-shot Como un animal enjaulado, de Vincent Murat. Años después, con Broussaille ya asentado en el mercado belga, coordina el álbum colectivo Entre chats (Delcourt, 1989), que sorprendentemente sería publicado aquí por Norma Editorial (Entre gatos, 1990): un curioso volumen en el que varios autores dan su particular enfoque sobre el mundo felino. A partir de 1993 emprende con el guionista Philippe Bonifay la preciosista serie Zoo, compuesta por tres álbumes dentro de la colección Aire Libre de Dupuis, que narra la historia de un zoológico en la Normandía de la Segunda Guerra Mundial. Hacia finales de 2008 ha lanzado, también con Dupuis, la obra Retratos Heroicos, vibrante homenaje (comentado por algunos lectores de BD famosos) a los maestros del noveno arte, mientras trabaja en un cuarto tomo de Zoo.

No hay más que observar los títulos anteriores para comprender la fascinación de Frank por el ámbito natural en todos sus estados. Y no es raro, por tanto, que entre sus influencias se encuentren profesionales que dominan sobradamente la morfología animal, como René Hausman, o que haya cambiado la vida en la ciudad por la campestre, esté a favor del activismo verde y tenga por ocupaciones en su tiempo libre el cuidado de animales y plantas. A Frank no le importa definirse como lento en su trabajo, o más bien minucioso, matiza, cuando la gente le interpela por la dilación en el lanzamiento de sus obras. También es aficionado a la escultura y ha aportado su arte en las tareas de animación de proyectos cinematográficos, como 'Excalibur, la espada mágica' para la Warner, o en la realización de calendarios para la federación de scouts.

La carrera de Bom no es mucho más conocida por aquí. Cursó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Bruselas y pronto se interesó en escribir historias para las principales publicaciones de la época. De modo que a mediados de los setenta se unió al equipo de la revista Spirou y, en 1980, al de Tintin. Los guiones de Bom destacan por su perceptividad, su sentido del humor y por gozar de finales tan originales como efectivos. Entre sus muchas colaboraciones podemos mencionar su intervención en Big Joe, con Malik, o Modeste et Pompon, junto a Walli, así como Nahomi, con Crisse y, cómo no, haciendo de segundo padre de Broussaille, casi en su totalidad, codo a codo con Frank.

Pero sin querer menospreciar en ningún caso el trabajo de Bom, es quizás la figura de Frank quien pone una mayor implicación en la serie. No sólo por su evidente peso en la parte gráfica, sino también porque el personaje surgió enteramente de su cabeza y tiene mucho de si mismo, contraviniendo la tendencia de la generación a la que pertenece, más inclinada a desligarse emocionalmente de sus creaciones, a los cambios de registro y a saltar de una obra a otra sin excesivos reparos. Muchas de las inquietudes personales de Frank, y hasta una cierta semejanza física, son heredadas por su álter ego.

Portada T. 1 de la edición alemana de Broussaille

Centrándonos ya en el verdadero protagonista de este artículo, hemos dicho que su nacimiento tuvo lugar a partir de los llamados Papeles de Broussaille en la Spirou, una especie de fichas coleccionables que, semana tras semana durante un buen montón de números, se ocupaban de acercar a los jóvenes distintos ejemplos de lo más variado sobre la fauna y la flora. Aquí Broussaille es un mero intermediario entre la materia didáctica y el lector. Era la típica sección de corte educativo, un poco de relleno, tan común en las revistas juveniles, que acabó adquiriendo la suficiente autonomía y trascendencia para verse ampliada en forma de historietas cortas, de tres o cuatro páginas, pero siempre conservando el mismo espíritu naturalista. Más de una treintena de estas pequeñas aventuras se fueron sucediendo (entre las más célebres, La chapelle aux chats o el Special cocodriles) con la incursión por medio de historias largas de unas 48 páginas, que se desarrollaron por entregas y dieron lugar a la consagración del personaje. Eventualmente, estas pasarían a ser recuperadas en álbum de tapa dura dentro de la colección Réperages de la editorial Dupuis, constituyendo el grueso conocido de la serie. El quinto y último número de Broussaille fue publicado en 2003. Esto no ha supuesto un vacío absoluto de novedades, a pesar del parón existente desde entonces, pues no han dejado de tener lugar homenajes y tiradas periódicas de ex-libris, además del reconocimiento institucional mediante exposiciones, estudios pedagógicos y encargos, como los famosos murales entre otros, en torno a esta colección de Frank.


¿Pero quién es exactamente este Broussaille? El héroe atípico de estas historias es un joven espigado, pelirrojo, de cabello alborotado y gafas, que en lo personal se muestra siempre soñador e inconformista, con un interés especial por todo lo relacionado con la naturaleza (sobre todo, los animales) y una capacidad raramente vista del optimismo frente al mundo, a menudo gris, que se despliega a su alrededor. Siente un apasionado gusto por la lectura (tanto de libros como de cómics, según se corrobora gracias a los que se cuelan de tapadillo en sus viñetas –con guiños a Little Nemo, Akira o la serie Jonathan, de Cosey) y disfruta con la satisfacción que dan las cosas sencillas, como pasear o contemplar un atardecer desde la ventana de su ático junto a su gato; a menudo, dejando volar su imaginación sin límites. Son rasgos que, ya hemos visto, los mismos autores se atribuyen y reiteran de forma explícita:

"Les émotions, la tendresse c'est notre domaine de prédilection. Nous avons un peu, Frank et moi, la même sensibilité. Broussaille possède une vie intérieure très riche. C'est un rêveur, mais un rêveur actif. Il réussit à vivre ses rêves." (Bom)

“Las emociones y la ternura son nuestro campo favorito. Tanto Frank como yo tenemos un poco la misma sensibilidad. Broussaille posee una vida interior muy rica. Es un soñador, pero un soñador activo. Consigue vivir sus sueños. (Bom)


El significado del nombre de Broussaille, por cierto, está ligado a su pelo revuelto, que bien puede recordarnos el aspecto de un arbusto descuidado. Esto es así en cuanto que, de hecho, este vocablo designa en francés lo que se vendría a traducir aquí como maleza o el tipo de hierba que crece descontrolada.

Al principio Broussaille aparece como un adolescente de edad adelantada, posiblemente un estudiante universitario –aunque este punto no quede formalmente aclarado- al que seguimos en su camino hacia la madurez. Vive en la planta alta de un viejo edificio de Bruselas con su gato negro, en el barrio Léopold (comuna de Ixelles) en las proximidades de Schuman y el distrito europeo, identificación que podemos establecer gracias a las pistas que Frank va dejando y que posteriormente ha confirmado en no pocas ocasiones (no en vano, se trata de la zona en la que ha crecido y vivido durante años). Pero Broussaille no está solo y ya en su primera historia larga conocerá a Catherine. Las circunstancias difíciles que se dan al inicio de su relación cimentan, con otras situaciones, un paso más de esa ceremonia de progresión hacia la vida adulta. La misma Catherine es un personaje complejo que huye de los estereotipos con los que se suele representar a la eterna acompañante femenina del protagonista y mitiga la faceta individualista que suele caracterizar a Broussaille. No hay otros personajes destacables que participen activamente en la serie con regularidad o tengan un papel que traspase lo anecdótico, si bien estos secundarios ocasionales, como la vecina Señora Vermeulen o la intrasigente madre de Catherine, están llevados con acierto.


Por la descripción que he expuesto de la psicología del personaje puede dar la impresión que sus historias no guarden un especial atractivo para el lector. En absoluto se produce este extremo. Desde luego, no estamos ante una serie de aventuras en el sentido clásico del término; ya que no pertenece a ninguna vertiente claramente establecida. No existe la acción propia de la aventura, contemplada de un modo estricto. Son historias ante todo sencillas, con el valor añadido que a veces supone un relato sin mayores pretensiones, pero que no se quedan en el mero entretenimiento sino que invitan a la reflexión a través del recorrido interior de su protagonista y dejan una reconfortante sensación al finalizar sus páginas. El periplo cotidiano de las andanzas de Broussaille no sólo se resume en ese sentido ecologista o en el plano de las relaciones con sus semejantes, ya apuntado; también lo define una nota de esoterismo y de fantasía onírica de gran originalidad. Pero, sin duda, es una serie marcada por un profundo carácter poético, por una filosofía de vida muy personal, llena de imágenes poco corrientes: silencios, miradas, interrogantes... Y todo bajo la estética bella y meticulosa del dibujo de Frank (cuya evolución con Broussaille a lo largo de estos años ha sido notabilísima) y su formidable perspectiva del color.

La figura de Broussaille es bastante apreciada y conocida en su Bélgica natal, cosa que no es de extrañar, pues representa un focalizado homenaje constante a este pequeño país del corazón de Europa a lo largo de varios números (sobre todo, el primero y tercero). La relación de Cabelloloco con su ciudad, Bruselas, por la que siento una empatía especial, es quizá uno de los aspectos que más me ha cautivado de la serie.

En Las ballenas públicas, que recoge la primera historieta larga del bohemio joven bruselense, está presente, tanto en la portada como en páginas interiores, el Museo de Historia Natural de la ciudad, situado en la Rue Vautier (por lo visto, a dos pasos de su casa), piedra angular del misterio que le roba el sueño durante esta aventura. En ese mismo número, las gaviotas de las primeras páginas sobrevuelan una Bruselas entre real e imaginaria, destacando la vista aérea del Parque Real. La calle misma en que habita Broussaille, en el área residencial Léopold (poseedora de una intensa vida cultural y que en los últimos años no ha dejado de ceder espacio a las oficinas europeas), parece estar extraída directamente de la realidad.

La barriada en la que vive Broussaille: en una viñeta del T. 3 (arriba)
y en una foto-fusión tomada por Frank (abajo), Rue Godecharle

En la tercera entrega de la serie, La nuit du chat, también es posible distinguir la Plaza de Luxemburgo, la Rue Wiertz, el café Pullman, etc. En un momento dado, Broussaille arriesga su vida entre unos cambios de vía ferroviarios que, de igual modo, se localizan fácilmente en la zona que ocupa la estación del barrio. A su vez, la historieta 'Sandrine des collines' (una de las que componen el cuarto número, Sous deux soleils) comienza con Brou curioseando en las galerías del Museo Real del África Central, antes de salir de viaje hacia Burundi para visitar a una rama de su familia. Finalmente, en Un faune sur l'épaule, se nos muestra una espectacular panorámica de la región sur de la capital en la que despuntan el monumental Palacio de Justicia y la imponente torre Porte de Hal, en el Boulevard du Midi. Las brasseries, las paradas de tranvía, los edificios señoriales Art-Noveau, los establecimientos de vente-achat, los populares puestos de frituras y otros ambientes urbanos aparecen reflejados con fidelidad a lo largo de todas estas páginas para regocijo de los amantes de Bruselas.


El agradecimiento municipal por la dedicación que el autor presta en su trabajo a la ciudad tiene su testimonio en el mural pintado sobre una fachada de la Plattesteen, en pleno centro de la villa, que ostenta incluso el honor de inaugurar (desde 1991) la famosa ruta convertida en un atractivo turístico más a destacar en Bruselas. Existe también un mural no oficial dedicado al álbum Las ballenas públicas que se encuentra en la localidad universitaria de Louvain-la-Neuve, sobre la que se asienta, dicho sea de paso, el nuevo Museo Hergé que abrió sus puertas el pasado mes de Junio. Incluso, en 2007, el ayuntamiento concedió a Broussaille una de sus calles, que recibió su nombre siguiendo la costumbre de otorgar un doble bautismo -basado en personajes de BD- a algunas vías secundarias de la urbe.

Fachada en Plattesteen (Rue Marché au Charbon), no lejos de la Grand Place
Mural no oficial de KOT-BD situado en Louvain-la-Neuve (Rue des Wallons)
junto a la Place Galilée

Placa de la calle Broussaille,- Ragebol en flamenco- (oficialmente Rue des Moineaux)
  • A continuación, hagamos un breve repaso a cada una de las grandes aventuras de Broussaille aparecidas hasta la fecha para entender mejor su trasfondo:

Las ballenas públicas.
Desde hace varios días, una enorme concentración de gaviotas planea sobre la ciudad. Al atardecer, se reúnen en el cielo y desaparecen hasta la jornada siguiente. Con este insólito suceso dan comienzo las andanzas de Cabelloloco, que lleva varias noches teniendo raros sueños de escenas y criaturas marinas. Un paseo matinal le conduce a una destartalada librería de su barrio, donde se hace con el antiguo ejemplar de un libro: 'El mar y sus misterios'. El joven no sale de su asombro cuando observa que las ilustraciones contenidas en el libro representan con exactitud las mismas imágenes de los sueños que se reproducen en su mente al caer dormido.

Entre alucinaciones y espejismos abisales, parte tras la pista del autor del viejo manual, por azar vecino de su misma calle, para acabar descubriendo un sorprendente secreto que aguarda escondido en el mismo corazón de la ciudad. No será hasta el final de su deambular que encontrará a Catherine, una chica con la que va a compartir en el futuro más que complicidad e inquietudes.

Una historia a caballo entre la dimensión onírica y la realidad, que goza de un guión sin rodeos y nos hace simpatizar de inmediato con su protagonista, siempre dentro de un ambiente otoñal plagado de lugares reconocibles sobre los que sus autores transfiguran lo cotidiano. Ha obtenido el Premio des Alpages en el Festival de Sierre-85 y el Gran Premio Avenir de la BD-85 concedido por el C.B.B.D. Es el único álbum de la serie publicado en español.



Los escultores de luz (Les sculpteurs de lumière).
En 1792, un grupo de intelectuales amenazados por los agitadores de la Revolución Francesa decide esconder un misterioso cristal justo antes de ser pasados a cuchillo por las fuerzas del levantamiento. Unos 200 años más tarde, Broussaille viaja hasta un pequeño pueblo de Las Ardenas para visitar a su tio René, un jovial hombretón al que pone nervioso la construcción de una planta de reciclaje en mitad del campo. Sin embargo, la opinión general, respaldada incluso por los ecologistas, es que se trata de una factoría adaptada al entorno, respetuosa con el medio ambiente... Pero, ¿y si las cosas no son lo que parecen?

El reencuentro entre ambos familiares se debate entre el cariño sincero y la tensión, acrecentada cuando el joven es pillado husmeando entre los papeles del despacho de su tio, donde encuentra unas diapositivas que ocultan un extraño enigma.

Guión complejo el de este álbum, que no aporta todas las respuestas a las cuestiones planteadas, pero mantiene una intriga constante. Los colores cálidos del estío nos trasladan al bello paisaje belga de onduladas colinas donde se desarrolla la historia. La figura del tío de Broussaille está inspirada en René Hausman, especialista en dibujar animales por el que Frank siente una gran admiración, mientras que la breve escena de Catherine en este número no tiene otro fin que confirmar la recuperación del personaje.



La noche del gato (La nuit du chat).
¡Por fin vacaciones! Pero Broussaille no las empieza con buen pie, ya que su gato (que, por cierto, se llama simplemente 'el gato') se escapa mientras él mantiene una conversación con la portera del edificio, la señora Vermeulen. Su búsqueda supondrá toda una odisea nocturna: el encuentro con un excéntrico anciano, los peligrosos percances que sufre mientras espía a los vecinos por la ventana de sus casas (como si él mismo fuera un gato callejero), la borrachera con un grupo de estudiantes que celebran el fin de curso... pero, sobre todo, el acercamiento definitivo a Cath para afirmar sus sentimientos de una vez por todas.

Una aventura que gana en dinamismo, pese a tener un guión más lineal que los anteriores, ya que Broussaille abandona el estado contemplativo para actuar ante los problemas que se le presentan. La búsqueda del felino depara en su primer acto como hombre, que es un acto de amor. A partir de los flashbacks de su relación con Catherine, somos testigos del emotivo paso a la edad adulta, mientras los autores evocan el amor, la muerte, las razones por las que merece la pena vivir. El dibujo de Frank se perfecciona y los colores sombríos (de Topaze) ayudan a crear un ambiente perfecto. Historia sencilla pero llena de encanto que, personalmente, he disfrutado mucho. Sólo cabe preguntarse, ¿de qué le viene a Frank tal obsesión con los gatos?



Bajo dos soles (Sous deux soleils).
Broussaille deja temporalmente Bélgica para emprender dos viajes bien distintos que le llevarán a conocer nuevos y lejanos horizontes. En la historieta Le discret pouvoir de Jizô (también apodada Broussaille en Japón) se traslada con Catherine al país del sol naciente. La joven pareja se pierde en el metro de Osaka por culpa de la muchedumbre. Buscándose el uno al otro, vagarán por su cuenta entre modernidad y tradición, realizando cada uno su propio acercamiento a la cultura japonesa hasta volver a reunirse.

La segunda historia, Sandrine des collines, tiene lugar bajo el sol del gigante africano. Broussaille parte, esta vez solo, hacia Burundi para interceder en un desacuerdo familiar. Allí viven sus otros tios, su primo y Sandrine, la pequeña adoptada por la familia que al principio recela de su desconocido pariente europeo. También está la abuela Eleonore, a quien su tio Edouard ha recluido en un asilo para ancianos. Con ellos, Broussaille descubre las maravillas de un continente distinto, de su fauna, de sus gentes. Y sus ojos se inundan de imágenes de intensa alegría y tristeza a la vez, con el recuerdo de una vida que se acaba y otra que apenas ha echado a andar.

Al igual que la gente recopila en álbumes las fotos de sus viajes cuando regresa a casa, Frank vuelca la experiencia personal de su visita a ambos países en este colorista volumen. Dos aventuras cargadas de añoranza y simbolismo bajo la siempre respetuosa visión de sus autores para este tomo en el que sacan a Broussaille de su inseparable Bruselas.



Un fauno sobre el hombro (Un faune sur l'épaule).
En una noche estrellada, Broussaille admira la ciudad desde el tejado de su casa cuando de repente siente la necesidad de poner sobre papel sus emociones, sus sentimientos, sus reflexiones sobre el curso que está tomando el mundo y nuestra sociedad, en la que imperan el egoismo y la persecución del beneficio propio. Como de costumbre, deja correr su imaginación y su mente se traslada a otros ambientes donde los árboles le hablan y abre su espíritu a la magia. Así conocerá, entre otras criaturas, al fauno: guardián silvestre que le empuja a cuestionarse las explicaciones de lo establecido y le guía en un paseo por la naturaleza lleno de poesía.

Primer tomo realizado enteramente por Frank, que asume a la vez dibujo y guión. Se trata del álbum más personal del autor, compuesto por historias muy cortas, de entre una y cinco páginas, que puede resultar algo hermético para los lectores más jóvenes. En su reflexión íntima de las luces y sombras del mundo contemporáneo, Frank nos quiere transmitir finalmente una sensación de libertad, equilibrio y optimismo, de que no todo está perdido y el hombre, capaz de las mayores atrocidades, también puede conseguir cosas fascinantes.



Durante una exposición sobre comic en Australia, Frank fue el autor elegido para representar a Bélgica. A raíz de esta oportunidad, decidió retomar a Broussaille, al fauno y a otros personajes de la serie (pero fuera de la misma) para diseñar un pequeño volumen de 28 páginas, titulado La source y dividido en dos aventuras (más un croquis de bocetos animales) de un carácter todavía más metafórico si cabe que las del tomo cinco.

Sobre la trayectoria en castellano de Cabelloloco, lamentablemente, ha sido muy limitada. La revista Spirou Ardilla, homóloga española de la edición en francés, nos enseñaba varias láminas de Los papeles de Broussaille. Pero no fue hasta 1990 que Ediciones B lanzó Las ballenas públicas en cartoné, se ve que con un ánimo de continuidad (en el lomo se indicaba la numeración de la serie) que nunca tuvo lugar. Hoy día, aún se puede encontrar de saldo. Por otra parte, esta única tirada presenta una innecesaria variación del color que, aunque no llegue a disgustar, manifiesta unas tonalidades más frías y apagadas respecto de la edición original. Además, la calidad del papel se ha revelado escasa con el paso de los años, como induce a pensar el fuerte amarilleado que han sufrido sus páginas.

El hecho de llamar al personaje Cabelloloco supone una traducción tan poco agraciada como correcta, pues ya hemos visto que responde con bastante exactitud al sentido general del término que designa su nombre. En la versión en catalán, que Ediciones B publicó simultáneamente, se le denominó Estarrufat.

Página de Los Papeles de Broussaille en Spirou Ardilla

Me encantaría ver la totalidad de la colección reunida en una obra integral, lo que a efectos prácticos no tendría por qué ser muy difícil, dado su reducido número de entregas, pero me parece una serie quizá demasiado localista para que lleguemos siquiera a ver alguna más de sus aventuras publicadas aquí. Sin embargo, la experiencia me ha demostrado que la esperanza es lo último que se pierde…

Personalmente, cruzo los dedos para que un día Frank Pé retome a Broussaille. Pero si finalmente no lo hiciera, tampoco pasará nada. Nos quedan cinco maravillosos volúmenes con los que recrearnos de un personaje tan único y diferente como, por desgracia, desconocido.

lunes, 12 de octubre de 2009

La máquina del tiempo: El secreto de los caballeros


Imagina la posibilidad de trasladarte a los tiempos de la Inglaterra bajomedieval de las órdenes de caballería, el Japón de los samuráis, la Roma Imperial de Julio César, la era de las glaciaciones -o incluso el Jurásico de los dinosaurios- las trincheras de la II Guerra Mundial o de la guerra de Secesión Americana y la Britania del rey Arturo, por proponer algunas alternativas... Nada que no permita la lectura de una buena novela histórica o de época, cierto. Pero también es verdad que el planteamiento de utilizar un artefacto que nos permitiese viajar en el tiempo para conocer momentos clave de nuestra historia -pasada o futura- y ¿por qué no? influir en su curso, siempre ha ejercido sobre la gente una poderosa atracción (¿quién no ha fantaseado alguna vez con ello?). Esto es más o menos sobre lo que trataba la colección de librojuegos La Máquina del Tiempo.

Time Machine fue una de esas series de Bantam Books que Timun Mas se apresuró en traer aquí durante la etapa dorada de los libros interactivos. Podíamos encontrarlos con facilidad en las estanterias de las tiendas junto a los títulos rojos de Elige tu propia aventura, los negros de D&D y los azules de AD&D. Su público objetivo venía siendo el mismo que el de estas series que cito; chavales jóvenes y preadolescentes, y quienes los disfrutamos en su día no podemos evitar recordarlos hoy con cierta añoranza. Diseñados por la editora Byron Preiss entre 1984 y 1988, la colección estaba compuesta por un total de 24 volúmenes que, esta vez sí, vieron la luz íntegramente en nuestro país.

Las temáticas, o más bien los periodos cronológicos en que estaban enmarcados, podían ser de lo más diversas, pero siempre guardaban una misma finalidad: la del viaje temporal para desentrañar un misterio clave de la historia de la humanidad. Los libros se presentaban como un pasaporte para el salto en el tiempo y -escritos en segunda persona- sugerían al lector que se convirtiera en una especie de antropólogo de los siglos. El sistema de juego no podía ser más sencillo, pues se basaba únicamente en el clásico método de elección de alternativas, presentadas por el texto al final de las secciones que formaban sus páginas numeradas, permitiendo así avanzar progresivamente en el relato. Sin embargo, contenía varios aspectos originales, implícitamente relacionados con la ambientación general de la serie.


Al empezar cada aventura, se te advertía de cuatro premisas que debías cumplir inexcusablemente, so pena de quedar atrapado en la edad a la que eras enviado o provocar una paradoja espacio-temporal: no matar a ninguna persona o animal, no dejarse nada del futuro en el pasado que pudiera modificar el curso normal de los acontecimientos, no franquear la barrera temporal delante de otros (pues, dentro del periodo al que te transportabas, lo normal era dar un salto de días, semanas o años -hacia atrás o hacia adelante- hasta dar con el momento exacto que pretendías investigar) y no salirse de las opciones que te ofrece la máquina del tiempo.

Una vez aclarado este extremo, se pasaba a exponer la misión que se te encomendaba en ese volumen (una curiosidad histórica, el origen de algún objeto mítico, ser testigo de un suceso único, participar en algún tipo concreto de expedición, etc.) Posteriormente, se te ofrecía el equipo para la misión. En algunos casos era meramente simbólico y sin ninguna utilidad real, mientras que otros títulos contaban con la opción de que eligieras entre una pequeña lista de objetos que podían afectar a eventos posteriores de tu periplo.

Sin lugar a dudas, esta colección tenía una clara finalidad didáctica que la hacía, probablemente, la más indicada para esa 'Guía de educadores' que Timun Mas tenía la costumbre de anunciar en las páginas finales de su línea de librojuegos. A tal efecto, una de las secciones previas al inicio de la aventura era el banco de datos, un pequeño decálogo de sucesos relevantes y generalizaciones comunmente aceptadas del periodo histórico sobre el que versaba esa entrega, que venía habitualmente acompañado de un mapa del país o la región objetivo, apuntando además los lugares que se citaban en el texto. Cualquier docente convendría conmigo en que se trataba de unos conocimientos de historia muy elementales, a menudo casi anecdóticos, que de poco podían servir como improvisado manual teórico. Pero al menos transmitían y asentaban en la cabeza del joven lector algunos datos interesantes: determinadas batallas destacables, fechas imprescindibles, usos y costumbres de la época, expresiones culturales o términos específicos... Además, al afectar el contenido del banco de datos a las decisiones que luego tenías que tomar en el juego, se aseguraba que la lectura de estas informaciones fuera lo más atenta posible.


La dificultad era muy básica y el tiempo requerido para terminar la misión no muy amplio. Pero, ahora bien, a diferencia de otras variantes similares de librojuegos que se popularizaron durante estos años -en especial los Elige tu propia aventura- sólo existía un final posible (de modo que una cadena de elecciones desacertadas te condenaba a dar vueltas de forma constante, quedando atascado o perdido en el tiempo). Por si no eras muy despierto o no le habías prestado suficiente interés al banco de datos, ciertas secciones estaban marcadas con un icono especial para que consultaras un listado de pistas o consejos al final del libro y ayudarte de esta forma a tomar la decisión más apropiada. Estas pistas también estaban relacionadas con los conocimientos que hubieras adquirido o ya tuvieras sobre el periodo en cuestión. La serie presentaba un curioso diseño visual en el que el repertorio de elecciones aparecía como un panel de botones que, al simple contacto, te inducía supuestamente al desplazamiento temporal inmediato.

Como es común en casi todo librojuego, las ilustraciones son abundantes, de distinta autoría y calidad variable. Mientras que en algunas entregas no pasaban de ser toscos dibujos abocetados, en otros casos eran verdaderas láminas bellamente elaboradas (a destacar, en este sentido, las correspondientes al volumen Al encuentro de los dinosaurios). También es corriente que estas colecciones, en las que cada número es independiente del resto, se formen por la contribución de distintos autores, algunos de los cuales repiten con cierta asiduidad (entre los escritores recurrentes en La máquina del tiempo, podemos citar a Jim Gasperini, Arthur Byron Cover o Carol Gaskin).

Por imposición de la dinámica del juego y de su función educativa, a pesar de consistir en una serie sobre los viajes en el tiempo, todos los números de la misma -salvo uno- están ambientados en el pasado. La excepción la encontramos en el sexto volumen: Los anillos de Saturno, cuya acción transcurre en el futuro (esta vez, el contenido didáctico se centra en nociones sobre nuestro sistema solar).


Para concretar algo más la crónica sobre esta colección, he elegido la primera de sus entregas por tratarse de uno de los títulos más difundidos e interesantes: El secreto de los caballeros, de Jim Gasperini. En él la misión consiste en regresar a la Inglaterra del siglo XIV para convertirse en caballero y descubrir el secreto de la Orden de la Jarretera, del porqué de su símbolo de color añil (la jarretera, que no es otra cosa que una especie de liga de mujer que iba ceñida a la pantorrilla) y de su lema: Honi soit qui mal y pense ("Vengüenza de aquel que piense mal").

En verdad, como bien se confirma buscando en la web, "muy poco se sabe a ciencia cierta sobre los orígenes y finalidad de la orden y del significado de sus emblemas, ya que los registros más antiguos se han perdido en sucesivos incendios". Así que, arropado con un sencillo traje de campesino, la máquina del tiempo nos catapulta directamente al año 1344 en las proximidades del castillo de Windsor para empezar nuestra investigación. Antes habremos tenido la oportunidad de consultar el correspondiente banco de datos, que nos ha proporcionado algunas informaciones a tener en cuenta: estamos en pleno reinado de Eduardo III y apenas han transcurrido dos años de la batalla de Crécy, de la que el Príncipe Negro, hijo del monarca, ha regresado proclamando su victoria sobre los franceses. La antigua capital sajona, Winchester, sigue siendo una ciudad muy importante, en tanto que la peste, que asolará próximamente toda Europa, se perfila en el horizonte.


Enseguida nos veremos forzados a hacer ajustes de cálculo sobre la fecha a la que nos queremos teleportar, ya que como descubriremos al poco de nuestra llegada, nos hemos anticipado al momento de fundación de la Orden. Puesto que es una época difícil -y dado que en realidad no se puede presentar el caso de que el jugador muera durante la aventura- tendremos que recurrir a los saltos en el tiempo para librarnos de más de una pelea o riesgo (como cuando, por ejemplo, nos retan a un combate con garrotes). Pero no podemos saltar en el tiempo a lo loco (el listado de pistas pronto nos recuerda lo peliagudo que puede resultar transportarse al invierno de 1349, cuando la Peste Negra se cebaba sobre la población inglesa).

Para alcanzar nuestro objetivo de armarnos caballero y conocer los misterios de la Orden desde dentro, antes tendremos que trabajar de aprendiz de herrero, servir como escudero de un noble, participar en Crécy e incluso llegar a conocer a Eduardo, el Príncipe Negro, sin dejar de pasar por toda la parafernalia propia del Medievo: torneos, acusaciones de brujería, jornadas de caza, etc.

¿Acabaremos en la picota de la plaza de Winchester para escarnio público ante sus ciudadanos o tendremos el noble honor de integrarnos en la prestigiosa Orden de la Jarretera y regresar al presente conociendo sus secretos? Tendréis que jugar para averiguarlos, pero si a alguien le pica la curiosidad, aquí os dejo el enlace a la Wikipedia que desvela las hipótesis contemporáneas sobre el enigma que plantea el origen de la Orden. Os sorprenderá saber, entre otras cosas, en quién recae la titularidad de algunos de sus miembros actuales.

El emblema de la Orden en el castillo de Windsor

El número de secciones de este libro, que da comienzo a la colección, es de 124 páginas y las discretas ilustraciones interiores corren a cargo de Richard Hescox (la calidad de reproducción de éstas en la edición de Timun es bastante mala, por cierto).

La máquina del tiempo fue una bonita apuesta por el equilibrio entre educación y entretenimiento. Ya revisaremos más adelante algún otro título de la colección.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Novedades Septiembre - Octubre 09

Como sea que el verano se ha terminado, la vuelta de las vacaciones nos ha traído un abultado número de publicaciones de género que ya se encuentran disponibles en las librerías para que empecemos la temporada con buen pie. He aquí algunas que me gustaría destacar:


REVISTA 'IMAGINARIOS' Nº 1
Asociaciones Fénix de Fantasía Épica y Red de Universidades Lectoras
Formato: PDF, 64MB, 80 páginas
Descarga gratuíta


Llega la presentación de esta magnífica revista digital e imprimible; un proyecto surgido a raíz del éxito del I Foro Internacional de Sagas, coordinado por un numeroso equipo de aficionados, así como la Red de Universidades Lectoras y las Asociaciones Fénix, que desde aquí acogemos con alegría y al que le deseamos el mayor de los éxitos (objetivo que estoy seguro alcanzará, una vez comprobada la calidad de sus contenidos).

La temática de esta publicación online de periodicidad trimestral será la fantasía épica, el terror y la ciencia ficción en todas sus vertientes. Una apuesta por la cultura a través del género fantástico que, bajo un sistema de participación abierta, contiene multitud de apartados para todos los gustos: novedades y reseñas literarias, artículos de interés sobre videojuegos, cine y televisión, cómic, manga y anime, rol y estrategia, música y poesía, agenda de actividades, concursos, etc.

En este primer número podréis encontrar, además del repertorio de novedades editoriales para el otoño, un extenso artículo dedicado al autor canadiense Guy Gavriel Kay y otro al cineasta japonés de animación Hayao Miyasaki, el especial Neil Gaiman, reseñas de clásicos del cine fantástico, como Willow o Los Goonies, relatos ilustrados y muchas otras cosas.


LAVINIA
de Ursula K. Le Guin
Editorial Minotauro
Colección: Biblioteca Ursula K. Le Guin
Formato: rústica con solapas, 310 páginas
P.V.P. 19,50€

La esperada novela histórica de Le Guin con elementos de la Eneida de Virgilio. Avance de lectura.


Lavinia crece sin conocer otra cosa que la paz y la libertad hasta la llegada de sus pretendientes. Su madre exige que contraiga matrimonio con el apuesto y ambicioso Turno. Pero los augurios y las profecías de los manantiales sagrados afirman que deberá casarse con un extranjero, que provocará una guerra y que su marido no vivirá demasiado tiempo. Al ver que una flota de barcos troyanos llega remontando el Tíber, la joven decide tomar las riendas de su propio destino. Y así nos cuenta lo que Virgilio no hizo: la historia de su vida y del amor de su vida. Le Guin da voz a este personaje surgido de la Eneida de Virgilio en una novela que nos transporta al mundo semisalvaje de la Italia antigua, cuando Roma no era más que una aldea mugrienta situada cerca de siete colinas. Lavinia es un libro sobre la pasión, la guerra y el precio de la guerra, generosa y austeramente escrito por una autora en la cúspide de su talento.


FORJAR DRAGONES
de John Howe
Editorial Timun Mas
Formato: cartoné, 128 páginas
P.V.P. 22,50€


Introdúcete en el mundo alucinante de los dragones gracias al reputado artista fantástico John Howe. Incluye prólogo de Guillermo del Toro. Un precioso libro de ilustración.

Sumérgete en estas páginas fascinantes y eruditas y asómate a algunas de las representaciones más vívidas de esta bestia que nos pertenece a todos. Afortunadamente, encontrarás aquí las alucinaciones de los cartógrafos plasmadas más allá de sus sueños más locos. «Aquí es donde moran los dragones», ciertamente. Desde las leyendas antiguas a la ciencia ficción, desde los nueve mundos a la Tierra Media, descubre los apasionantes dragones de John Howe y crea también los tuyos propios.


SERVITUD. LIBRO II: DREKKARS
de Fabrice David y Eric Bourgier
Norma Editorial
Volumen 2 de 5
Formato: cartoné, 56 páginas, color
P.V.P. 14€

Continúa la saga revelación de fantasía de Bourgier y David. Haz click en el siguiente enlace para leer la reseña en Adalides del Libro I: Servitud. El cantar de Anoroer.


Los Drekkars, una cultura escondida en lo más profundo de la tierra, hermanada con los dragones, dividida en clases sociales, está a punto de llegar a su fin. Las intrigas, las tramas secretas y las antiguas venganzas están a punto de dar su fruto... y ya no hay vuelta atrás.


CRÓNICAS DE LA DRAGONLANCE 6. EL TEMPLO DE TAKHISIS
de Andrew Dabb, Pere Pérez y Julius M. Gopez
Norma Editorial
Colección Alquimia nº 16
Formato: rústica, 144 páginas, color
P.V.P. 12,95€

El final de la guerra y de la reina de la oscuridad están cerca, muy cerca... Y la versión en cómic de una de las obras de fantasía más famosas de todos los tiempos, a punto de llegar a su conclusión.

Después de los acontecimientos ocurridos en el primer tomo de esta nueva aventura de los Compañeros de la Dragonlance, el sádico lord Ariakas decide asestar un golpe definitivo a la humanidad libre sitiando con sus Ciudadelas Flotantes la otrora fastuosa ciudad de Krynn. Pero nuestros héroes están de vuelta de las ruinas sumergidas de Istar, en busca del reencuentro y de la batalla final que se librará en el Templo de Takhisis.


REINOS OLVIDADOS 6. LA GEMA DEL HALFLING
de R. A. Salvatore, Andrew Dabb y Tim Seeley
Norma Editorial
Colección Alquimia nº 17
Formato: rústica, 128 páginas, color
P.V.P. 12,95€

Por fin llega el último capítulo de "El valle del viento helado".

Con Bruenor Battlehammer desaparecido en las profundidades de Mithrill Hall y Regis el Halfling preso y a la voluntad del asesino Artemis Entrieri, Drizzt Do’urden y Wulfgar el bárbaro tienen ante sí la misión más importante de sus vidas: encontrar a sus amigos perdidos y poner fin a la aventura más grande que nuestros héroes pueden vivir en la legendaria tierra de los Reinos Olvidados.


LA BALADA DE LAS LANDAS PERDIDAS 6: LORD GUINEA
de Philippe Delaby y Jean Dufaux
Norma Editorial
Formato: cartoné, 56 páginas, color
P.V.P. 15€

Nueva entrega de la gran saga fantástica que en su día iniciaron Dufaux - Rosinski y que Norma recogió en un fastuoso tomo integral.


Por fin, la segunda parte de la precuela de La Balada de las Landas Perdidas, donde se nos explica la iniciación de Seamus en la orden de los Caballeros del Perdón. Esta vez, los rumores que corren hablan de un terrible mal suelto en nuestro mundo, un caballero, Lord Guinea, a quien incluso el demonio teme…


CRÓNICAS DE LA ERA GALÁCTICA: LA IRA DE LOS DIOSES
de Valérie Mangin y Aleksa Gajic
Editorial Planeta deAgostini
Colección Especial BD
Formato: cartoné, 296 páginas, color
P.V.P. 25€

Después de El último troyano, llega la recopilación que prosigue las Crónicas de la Era Galáctica en este increible relato a caballo entre la fantasía, la historia y la ciencia ficción.


El Imperio Romano Galáctico vive en paz desde hace 1.000 años. De pronto, se extiende una terrible noticia: los hunos han saqueado Aquincum, un planeta provincial. El emperador se apresta a reunir sus legiones, pero el destino está en su contra. Muere antes de que empiece la guerra. El Imperio debe ceder ante los bárbaros. Los romanos abandonan Aquincum y aceptan librar a 12 de sus jóvenes patricios para que sirvan de sacrificio a Kerka, la diosa del caos adorada por los hunos. Los jóvenes romanos son sacrificados en el altar del gran templo en medio de los gritos de alborozo de los bárbaros. Pero se produce un milagro: Kerka vuelve.


LA GLORIA DE HERA
de Serge Le Tendre y Christian Rossi
Editorial Planeta deAgostini
Colección Especial BD
Formato: cartoné, 96 páginas, color
P.V.P. 10,95€


Y si hace sólo unos meses nos llegaba Tiresias, aventura de inconfundibles tintes mitológicos, Planeta nos presenta ahora esta entretenida obra en una línea muy similar y de la mano de los mismos autores, reunida en un único volumen.

Alceo, hijo ilegítimo de Zeus, ha abandonado a su mujer y a sus hijos para reconquistar el trono de Micenas. Su camino está cubierto de trampas tendidas por una Hera más diabólica que nunca. Sin embargo, su reencuentro con el centauro Agrios le aportará una valiosa ayuda. ¿El hombre más fuerte del mundo lo será hasta el final?


NORTHLANDERS Nº 1. EL REGRESO DE SVEN
de Brian Wood y Davide Gianfelice
Planeta deAgostini
Formato: rústica, 200 páginas, color
P.V.P. 15,95€

Sin duda, una de las novedades más deseadas. El primer arco argumental autoconclusivo de esta serie en la que Brian Wood nos ofrece una concepción diferente de las típicas historias de vikingos.


Hacia el año 980 d.C., un valiente vikingo llamado Sven regresa a su hogar en Orkney. Acostumbrado a los lujosos palacios mediterráneos, a las mujeres exóticas y al combate épico, Sven sólo pretende reclamar su herencia y escapar de ese frío pueblucho de mala muerte para siempre. Pero su despiadado tío Gorm le ha arrebatado su derecho de nacimiento. Considerado un extranjero y un traidor, Sven se embarca en una guerra individual contra la organización de su tío, pero se ve arrastrado a un pasado que se ha esforzado mucho por olvidar.

El escritor
Brian Wood, junto con el dibujante Davide Gianfelice, lleva su moderna y elegante sensibilidad a un pasado de hace 1.000 años para redefinir la saga vikinga con el primer libro de la serie Northlanders. Una historia épica que se adentra en una época crucial de la historia, cuando la cristiandad estaba sustituyendo al paganismo y los tradicionales papeles del guerrero, el libre albedrío, el amor, el dinero, el poder y la vida eterna estaban cambiando.


LA LEYENDA DE LAS CUATRO SOMBRAS
de Fernando Fernández y Carlos Trillo
Editorial Glénat
Volumen único
Formato: cartoné, 72 páginas, color
P.V.P. 14,95€


Impecable revisión de los mitos populares de la Edad Media.

Carlos Trillo retoma algunos elementos clásicos de las leyendas medievales para construir un guión en el que entremezcla misterio, tensión y poesía con enorme maestría, y que Fernando Fernández remata con su siempre excelente dibujo. El acierto en la elección del encuadre, de la composición de las viñetas y del equilibrio gráfico en general, le otorga una unidad plástica sobrecogedora a cada página.

Tres brujas están realizando una ceremonia iniciática cuando un extraño personaje con apariencia de monje y maneras de ángel exterminador las interrumpe, con un poder que intimida a las brujas. El individuo conmina a las tres mujeres a que usen su magia para localizar a tres hombres 'caídos' como él, para que le ayuden a encontrar los tres objetos que le han sido arrebatados y con los que podrá reintegrarse al extraño lugar del que proviene. El primer hombre es un rey que ha perdido su reino. El segundo es un poeta que ha perdido la inspiración. El tercero es un sacerdote que ha perdido el don de hablar con Dios. Guiados por el extraño personaje, los tres hombres inician un periplo de fantásticas aventuras.


AMADÍS DE GAULA
de Ricardo Gómez y Emma Ríos
Editorial SM
Formato: cartoné, 32 páginas, color
P.V.P. 9,20 €

Nueva adaptación al cómic de este clásico literario. Una buena oportunidad para que los lectores más jóvenes descubran tanto a los grandes de la literatura, como a autores del nuevo cómic español de la talla de Emma Ríos.


Amores furtivos, peligrosas aventuras, gigantes, magos, encantadores, un secreto que cambiará el destino de un reino. ¡Disfruta con Amadís de Gaula de una de las primeras aventuras fantásticas de la literatura! El pequeño Amadís es abandonado en una barca. Pero el destino querrá que el caballero Gandales lo encuentre y lo críe como un hijo. Protegido por la hechicera Urganda y acechado por el mago Arcaláus, el caballero Amadís sorteará todo tipo de peligros por amor a la princesa Oriana. ¿Saldrá Amadís victorioso de su lucha con el destino?

martes, 22 de septiembre de 2009

Trescientos dragones


Trescientos dragones es una pequeña novelita de Tayra Lanuza basada en el universo de Entre Tinieblas, serie de cómic dibujada y escrita por Jordi Bayarri de la que ya he hablado por aquí otras veces. Se trata del primer libro de relatos inspirado en esta colección.

Entre Tinieblas se ha convertido en una de las sagas de fantasía heroica de producción propia más novedosas de los últimos años y hasta la fecha estaba siendo publicada por Aleta, ahora reconvertida en sello de Dolmen. Con el firme propósito de ser una aventura por entregas ya va por su quinto número, con un sexto en preparación, casi terminado. Cuenta con el premio Expocómic 2007 a Mejor Guionista Nacional en su haber, que respalda la dedicación de su autor en el desarrollo de este mundo de fantasía, cuyo imaginario ya permite la creación de historietas alternativas como esta, en prosa, y bien podría dar lugar igualmente a otras nuevas en viñetas de sus personajes principales por separado; un proyecto que, al menos de momento, parece aparcado.

La autora de este ameno relato, Tayra Lanuza, muy próxima al entorno de Bayarri y colaboradora del dibujante en algunos de sus trabajos (como el muy reciente Darwin: la evolución de la teoría), conoce de primera mano el mundo de Entre Tinieblas y, si bien ha escrito numerosos artículos para publicaciones de otros ámbitos, esta puede considerarse su primera incursión en la ficción; hemos de decir que cumpliendo satisfactoriamente el cometido de entretener y ampliar los acontecimientos de la serie regular, que es de lo que se trata. Curiosamente, Trescientos dragones se escribió antes incluso de que fuese publicado -que no concebido, claro está- Piel de dragón, la precuela de Entre Tinieblas.


Bajo un título engañoso (pues aunque los dragones sean una de las míticas criaturas que moran Anthaggar, no aparecen en esta historia, sino que va en otro sentido) el argumento se mueve entre dos líneas de acción paralelas, en primera persona y separadas por capítulos que alternan la actuación de sus protagonistas: el elfo Ávalar y Beryl Medio-dragón, personaje de aparición esporádica y héroe principal, respectivamente, de Entre Tinieblas. Dos viejos conocidos (o no de hace tanto, en realidad) que se ven involucrados cada uno por su cuenta en una misión relacionada con una misma mujer. Mientras que para Beryl tiene que ver con el ejercicio de sus funciones como cazademonios y espada de alquiler poco corriente, en el caso del elfo corresponde con su necesidad de socorrer a una dama en apuros, sobre todo si esta es de una belleza sobrecogedora, durante uno de sus muchos vagabundeos. Enseguida se adivina que sus caminos se entrecruzarán una vez más, confluyendo en el desenlace de la novela.

En apenas 60 páginas y con un mínimo puñado de personajes, se maneja una ligera y dinámica trama, bien escrita y respetando la ambientación original de la obra, que la autora sitúa cronológicamente entre el final de Piel de dragón y antes de que comiencen a discurrir las aventuras de Entre Tinieblas (o al menos así se intuye de la mención a Theera y que, en cambio, aún no haya indicios del encuentro con Dsedraj).

Las ilustraciones que adornan la narración, naturalmente, corren a cargo de Jordi Bayarri y sin lugar a dudas ayudan a unificar el texto con la imagen interna que poseemos de la obra en su conjunto por la parte que el conocido trazo del valenciano ya implica para los seguidores de la misma.


Por ahora, la novela se distribuye principalmente vía web a través de la tienda online de la página de Bayarri, que se ha encargado directamente de su edición. Desde el siguiente enlace podéis acceder a la descarga de un avance de lectura, que contiene el primer capítulo completo. Previsiblemente, en un futuro no lejano aparecerá la segunda entrega de esta serie de relatos cortos, que en esta ocasión estará dedicada al enigmático Dsedraj de Somyr.

Se lee en un rato. Os animo a disfrutarla mientras esperamos la salida de Mi esposa, mi vampiro (sexta entrega de Entre Tinieblas, que Jordi estima para este próximo Expocómic), sobre todo si ya sois fans de la serie y queréis completar lo publicado o bien a los que deseáis introduciros en ella.

Por último, como habrés deducido de lo dicho anteriormente, creo que conviene recalcar una cuestión que muchos lectores se habían preguntado. ¿Hay vida para Entre Tinieblas más allá de Aleta? ¡Claro que sí! Y para despejar dudas sobre su continuidad, Jordi Bayarri asegura que su publicación seguirá adelante, manteniendo el mismo formato que ha lucido hasta ahora. Para más detalles, nos recomienda estar atentos a las últimas informaciones que irán apareciendo en su web Anillo de Sirio.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Fábulas: leyendas en el exilio


Érase una vez...
Ése sería un comienzo típico... si esta se tratase de la típica historia de fábula. Pero no lo es, porque las Fábulas de Bill Willingham van más allá del acervo de cuentos que generación tras generación se nos ha ido transmitiendo desde niños. Si juntamos a todos los personajes del folclore clásico (o a una enorme cantidad de ellos) que ha dado la imaginación de multitud de autores a lo largo de varios siglos, los sacamos de sus reinos de fantasía, establecemos una compleja red de relaciones entre ellos respetando la tradición oral y sus orígenes y por último les catapultamos a nuestro tiempo y nuestro mundo... ya lo tenemos: una de las series de mayor tirón de la línea Vértigo/DC que en nuestro país se viene publicando con una correcta regularidad de aparición y formato por Planeta de Agostini y de la que cada nueva entrega es calurosamente acogida por un alto número de seguidores.


Muy poco ducho en el campo de procedencia de este cómic americano, reconozco sin embargo en Fábulas a una de esas colecciones que conviene no dejar pasar sin al menos echarle un vistazo y creo que no dejan indiferente a nada que se le dé una mínima oportunidad. Si bien es verdad que no es mi primer encuentro con la serie (anteriormente ya pasó por mis manos el Mil y una noches de nieve, tomo que en realidad está fuera del hilo cronológico principal). Precisamente gracias a esa toma de contacto y porque la creación de Willingham tiene un algo que engancha con facilidad, este verano me decidí a retomar (casi más bien a comenzar) el hilo de su lectura, siendo bastante satisfactorio el resultado. Y lo hice por donde es más lógico empezar: por el principio, con el volumen doble que recoge las aventuras Leyendas en el exilio y Rebelión en la granja, que ya llevaba un tiempo esperando en mis estanterías.

¿Y de qué va todo esto de Fábulas? Pues aunque ya lo contaba más o menos al hacer el comentario del Mil y una noches de nieve, por si todavía hay alguien a quien no le haya llegado ni siquiera de oídas la temática sobre la que versa esta estupenda serie (que ya es de extrañar), recordemos que la idea general parte de la guerra que libra un imbatible personaje escondido bajo el nombre de El Adversario (en estos primeros números todavía de identidad oculta), que se desencadena en las Tierras Natales, los territorios donde habitan los personajes de los cuentos de siempre. La marcha de conquista, captura y esclavización que este enemigo de todos somete sobre las fábulas que no se unen a su causa, les obliga a buscar un portal mágico por el que huir hacia un sitio más seguro. Paradójicamente, el refugio al que van a parar es una contemporánea ciudad de Nueva York, que no parece el lugar idóneo para unos seres de su naturaleza. Así, la gracia de las aventuras que les deparan desde entonces proviene justamente del contraste con la dura realidad y el choque contra el asfalto de una ciudad moderna tan impropia para la imaginación, donde el paso de la fantasía a la rutina diaria de los mundanos -como ellos nos llaman- supone un serio golpe emocional.


Lo mejor para profundizar en esta sociedad formada por seres míticos de todo tipo y entender su estructura es adentrarse en la historieta que abre el volumen, Leyendas en el exilio, un relato de investigación y misterio que de forma paralela al hilo argumental nos va desvelando el entramado de relaciones que constituyen la secreta Villa Fábula. Como teniente alcalde de la comunidad Fábula, hospedada en su mayoría en un discreto complejo privado -protegido de miradas ajenas- que sirve de viviendas para muchos de sus componentes y como oficinas para el gobierno en el exilio, Blanca Nieves tiene que lidiar con multitud de problemas y sacar adelante todo el trabajo sucio. Una nada fácil tarea, ya que a pesar de la amnistía general que establecieron a su llegada al nuevo mundo, con la intención hacer tabla rasa y puesta en común ante una futura lucha contra el Adversario para recuperar sus hogares, muchos de los viejos rencores aún perviven entre ellos.


Por tanto, aunque gran parte de los antiguos villanos de cuento se han reciclado y canalizado sus malos hábitos en cosas más constructivas (en el Lobo Feroz, por ejemplo, recaen ahora precisamente las labores policiales de la comunidad), la sospecha pende sobre todos cuando la desaparición de Rosa Roja -hermana de Blanca Nieves- apunta a un brutal asesinato que amenaza el delicado equilibrio sobre el que se sustenta el colectivo fabulístico. Una buena cantidad de personajes populares desfilan por esta aventura: además de los ya mencionados como protagonistas, aparecen el Príncipe Azul, Jack de las habichuelas mágicas, Pinocho o Barba Azul, entre otros.


Rebelión en la granja entronca directamente con los sucesos de la historia anterior. Si uno ha leído la obra homónima de Orwell no le será difícil deducir que se trata de un ingenioso thriller político, que se sitúa esta vez sobre la comuna a la que han tenido que ser relegadas, para no ser descubiertas por los mundanos, todas aquellas fábulas de aspecto no humano. Naturalmente, los que tienen que padecer el destino de vivir en la granja, oculta en una extensa parcela al norte del estado de Nueva York, no se sienten muy contentos con esa distinción. En una de las visitas de rutina que Blanca Nieves tiene que realizar periódicamente al lugar, se acabará viendo inmersa en una revuelta capitaneada por los tres cerditos, una Ricitos de Oro con muy mala baba y las criaturas de El libro de la selva, de Rudyard Kipling, donde el juego de lealtades y traiciones desemboca en una conclusión inesperada.


De forma redonda, el volumen presenta los dos escenarios principales dentro de los que se desarrolla la colección. Además, nos deja una idea muy clara de la reinterpretación que Willingham hace de los cuentos clásicos y, sobre todo, de la evolución que han sufrido sus personajes al tener que adaptarse a los usos y formas de nuestro mundo, lo que da lugar a uno de los aspectos más atractivos, a mi modo de ver, de Fábulas. Por ejemplo, la pragmática Blanca Nieves, protagonista indiscutible, divorciada del Príncipe Azul (ahora un vividor sin escrúpulos) después de que este le fuera infiel, se revela como una líder despierta y competente. O el reformado Lobo Feroz, que en su papel de sheriff parece que hubiera ejercido de perfecto detective toda su vida antes de ser la terrible bestia que asaltaba los bosques. El siempre chanchullero Jack de las habichuelas, novio de la resentida Rosa Roja, también da un juego enorme (tanto es así que actualmente cuenta con su propio spin-off). Asimismo hay otros personajes para nosotros menos conocidos que adquieren bastante relevancia, como el Chico de Azul o el Rey Cole, que proceden de cuentos de origen anglosajón e igualmente han sido reinventados bajo la brillante perspectiva del autor. Unos y otros se han resignado a sus nuevas vidas: ocultan sus trapos sucios como cualquiera y ejercen trabajos comunes, dicen tacos o se entregan a vicios modernos... En definitiva, el destierro les ha investido de una psicología totalmente nueva, para disfrute de los lectores que al fin podemos comprobar que aquello del 'fueron felices y comieron perdices' no era totalmente cierto.


La intención de Bill Willingham consistía en abarcar diversos géneros por cada arco argumental que compone la serie, como hemos visto en este primer volumen: el suspense, la aventura, las tramas de un cariz oscuro que ironizan aspectos de la realidad, incluso el relato romántico... si bien los acontecimientos que van a ir sucediendo parecen apuntar un giro hacia un tono algo más fantástico, aunque la alternancia de temáticas siga siendo una constante.

No hay mucho que pueda contar de los autores debido a mi desconocimiento de sus respectivas trayectorias. Otra de las obras más conocidas de Willingham fue Elementals, serie de superhéroes de hace unos cuantos lustros, pero sin duda es Fábulas con la que su nombre ha vuelto a saltar a la palestra y se ha hecho grande dentro de la profesión. El apartado gráfico de Fábulas ha corrido a cargo de un amplio equipo creativo de artistas, entre los cuales el más destacado y que más veces ha repetido al dibujo es Mark Buckingham, de quien cabe resaltar una indudable inspiración de Jack Kirby y la profusión con que suele adornar los márgenes de las historietas. Personalmente, también me ha parecido muy interesante el estilo de Lan Medina, que junto a Buckingham hace un codo con codo en este tomo inicial. Pero no podría dejar de mencionar el excelente trabajo del portadista habitual de la colección: James Jean, que en cada cubierta nos regala una bella muestra de buen hacer y maestría con los lápices (recientemente Planeta ha publicado un libro con un compendio de sus mejores portadas). En general, y pese a tratarse de un estilo al que no estoy demasiado acostumbrado, el aspecto global de Fábulas me resulta visualmente muy agradable.

El futuro de la serie por ahora se sigue anunciando esperanzador, cuando ya se han sentado las bases del guión hacia una meta más próxima a la espada y brujería, pero hábilmente combinada con brochazos de realismo, que se centra en la preparación del contraataque de las fábulas para el ansiado regreso a sus Tierras Natales. De momento, su trayectoria hasta la fecha ya le ha procurado una valiosa conquista: la de los premios Eisner en diversas categorías a los que ha sido nominada en varias ocasiones.

Respecto al tomo que tenemos entre manos hay que decir que la edición de Planeta es impecable: además de incluir un interludio y epílogo escritos por Bill Willingham, tiene el acierto de recoger todas las portadas de los comic-books que en su momento componían ambos relatos (formato en el que fueron originalmente publicados en USA). Teniendo en cuenta la ya citada calidad de Jean, esto era sin duda una cuestión que no podía dejarse de lado.


Ya que estoy seguro que no será mi último encuentro con Villa Fábula, seguiremos hablando en otra ocasión de este interesante cómic. Continuando la línea cronológica, la próxima entrega a leer sería Una historia de amor, en tanto que el número de más reciente publicación es, si no me equivoco, La gran guerra.

Para saber más, recomiendo no perderse el extenso y magnífico artículo (incluida entrevista al autor) de Zona Negativa, así como un completo webfan dedicado al universo de Fábulas. También podéis deleitaros con un precioso ex-libris del portadista en La Caraviñeta. Y colorín, colorado... este cuento aún no se ha acabado.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Percevan (VI): Las Llaves de Fuego

Luguy - Léturgie - Fauche (Dargaud. 1988)
Grijalbo/Dargaud (1988 - redistribución Norma: 2008)
Edición original: Les clefs de feu

Atención:
este artículo puede revelar detalles sobre el argumento.

Ya estamos de regreso, al igual que Perceván de vuelta desde el desierto de El Jerada, sin saber que apenas puesto un pie en su tierra va a meterse de lleno en un nuevo periplo de imprevistas consecuencias que se prolongará durante los próximos tres álbumes. En efecto, con Las Llaves de Fuego se inicia la que hasta ahora se ha convertido en la aventura más larga del Perceván de Luguy y Léturgie (también de Fauche, que hace en esta trilogía su última aportación a la serie por el momento) y se ha venido a llamar el Ciclo de Ainock.

Una macro-historieta, coloreada en sus tres volúmenes por Chagnaud y Ducasse, que en Francia goza desde finales de 2005 de una edición renovada en un integral bajo el título Les ombres de Malicorne (Las Sombras de Miunicornio), al que acompaña un cuaderno de bocetos de 8 páginas. Integral que, por cierto, constituye la última novedad aparecida en el país galo sobre Perceván en esta espera en la que Dargaud -no se sabe exactamente por qué motivos- mantiene a los seguidores de la colección y que parece va a continuar hasta bien entrado el 2010.

Sobre el álbum presente podemos decir que nos introduce en una de esas aventuras que supone una carrera alocada en un pulso constante contra las fuerzas del mal y acaba cobrándose de nuestros héroes un alto coste. Un mítico escudo capaz de desencadenar el infierno sobre la tierra -creado muchos siglos atrás por Ainock, un hechicero enloquecido- y actualmente bajo custodia del poderoso mago Sharlaan para evitar una catástrofe, ha sido sin embargo robado delante de sus propias narices. Obviamente, en manos malintencionadas se vuelve una amenaza terrible: es una de las llaves que garantiza el acceso a nuestro mundo a un ejército de guerreros del averno, que algún ser maléfico parece tener la intención de poner a su servicio con la ayuda del nigromante Cienciencias. Para activar las fuerzas del escudo es necesario además conocer una segunda clave que haga realidad semejante pesadilla: la ubicación donde espera inmóvil esta tropa de guerreros invencibles.


Sharlaan apela al caballero pelirrojo y su gordo compañero para que le ayuden a impedir la tragedia, bien sea interceptando a los ladrones del mortal artefacto (quienes no son otros que el inefable barón Piedramuerta y su palurdo sirviente Polémic), bien acudiendo a proteger al honorable señor del castillo de Monterrojo, heredero de Ainock el Viejo, la única persona que aparentemente podría conocer el secreto del lugar que alberga la hueste del infierno, cuya intachable reputación le aleja de parecer sospechoso del hurto y de ser capaz de un plan tan macabro.

Una vez más, Perceván y Kervin toman las riendas de sus monturas y emprenden la misión que Sharlaan, más intrigante de lo que nos pudo sugerir en su anterior aparición, les ha encomendado. Pero las señales de este camino no hacen sino advertir al caballero de un inexorable destino, oscuro y peligroso como nunca antes. Uno de los episodios más graves en la vida de Perceván está a punto de hacerse realidad. Y es que los héroes, tan falibles como el resto de los hombres, no siempre salen victoriosos de sus causas...


Los autores parece que quisieron reconciliarse con el lector en esta aventura, que después de la historieta anterior, que no acabó de convencer a muchos (sobre todo tras la calurosa acogida que en su momento recibió El País de Aslor, uno de los títulos predilectos) recupera a algunos de los personajes que mejor calaron entre su público. Tal es el caso del mago Sharlaan, al que dotan de la misma ambigüedad a la que en un primer momento nos inducía Balkis (no presente en este álbum, pero sí en los dos siguientes que componen el ciclo) antes de descubrir abiertamente sus intenciones. Pero sobre todo del dúo, más digno de lástima que de temor (pese a su carácter antagonista) formado por Piedramuerta y Polémic, que vuelven a aportar la mayoría de las escenas cómicas, compitiendo directamente con el siempre ocurrente Kervin, sobre todo en su incesante intercambio de golpes y exabruptos. Este par de patanes parece condenado a saltar de saga en saga para, con su torpe actuación, acabar poniendo en algún aprieto a Perceván: lo hicieron durante el ciclo de Ingaar, tendrán un papel frecuente en este de Ainock y reaparecerán de nuevo en el del Apocalipsis. Genio y figura...

Los escenarios, tan coloristas como siempre, siguen estando llenos de detalles como es costumbre en Luguy, del que admirablemente se puede afirmar que hasta el momento no se nota cansancio en el trazo. Yo, que soy un loco de los castillos, no puedo por menos que agradecer las fabulosas edificaciones que el dibujante nos muestra durante estas páginas en su libre interpretación de la Edad Media: la pequeña residencia de Monseñor Guillaume, Monterrojo, Miunicornio; a cada una de las cuales aplica el aire que desea conferirle y transmitir al lector, la acogedora luminosidad del primero, la opulencia y el tétrico ambiente ruinoso respectivamente de los otros dos. Otro tanto se puede decir de los vivos paisajes.


Entre las 'estrellas invitadas' que se cuelan tan a menudo en los álbumes de la serie, tenemos en esta ocasión a unas de lujo. Nada menos que el propio Régis Loisel aparece caricaturizado en la figura del director de la compañía de comediantes que comparte velada nocturna con nuestros protagonistas. Simpático homenaje de los autores de Perceván a un compatriota y amigo, brillante autor de bande dessinée, que además no está solo, sino que cuenta con la grata presencia de su Pelisse, de La Búsqueda del Pájaro del Tiempo, fielmente caracterizada en el personaje de Malice, pitonisa que leerá el porvenir de Perceván de la palma de su mano haciéndole la más funesta de las predicciones, que el caballero no creerá.


Cierra el círculo de feriantes un pintoresco domador de osos que es la fotografía misma en viñetas del coguionista de la serie, Xavier Fauche, ataviado con una vestimenta escocesa, ya que es originario de este país. Por si fuera poco, otro colega de profesión (Jean-Pierre Dirick, autor prácticamente desconocido por aquí) queda reflejado en papel como el señor Gregorio de Ainock.

Esta entrega supone un verdadero contrapunto con las anteriores, al tener uno de los finales más tenebrosos hasta ahora vistos, que sentará precedente para la conclusión de futuros álbumes. Y es que, desde luego, la colección adquiere una mayor madurez y crudeza a la hora de contar las cosas que se irá acentuando progresivamente, no por ello dejando de lado un evidente carácter humorístico y juvenil (a pesar de que yo siempre he defendido que, aún dentro de su línea, 'Perceván' posee un tono más serio que el de otras obras en la misma vertiente francobelga al contemplar, por ejemplo, la muerte y la pérdida de una forma más realista). Sin duda, la última página logra dejarnos estupefactos e inevitablemente enganchados a su inmediata continuación. Seguiremos ahondando en esta épica trilogía con su siguiente volumen: Los Señores del Infierno.
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