Hace poco me llegaba un tweet que me pareció tan cómico como curiosamente plausible: «El día que se produzca un apocalipsis zombi, todos echaremos a correr ante esa horrible amenaza. A excepción de los gamers: ellos llevan esperando este momento toda su vida.» Algo así debía de pensar el protagonista que encarnamos en la historia que nos ocupa; aficionado a aporrear los mandos de su videoconsola para liquidar zombis y a todo no-muerto que se pusiera por delante de su objetivo, seguramente no imaginaba que vivir una experiencia semejante en su propia piel no sería tan divertido. Ni tan letal.
Pero lo cierto es que nosotros mismos, como lectores y jugadores de la aventura a la que se va a enfrentar este improvisado héroe urbano de vida corriente —a punto de dar un giro de 180º— sí que lo vamos a pasar en grande desde nuestra cómoda perspectiva. Y es que armados con lápiz, la Hoja de Personaje, un Diario de Misión y el imprescindible dado (mejor contar con un par de ellos a nuestro alcance) las cosas ya se ven de otra manera. Sobre todo porque no tendremos que soportar el olor a podrido ni las salpicaduras de sangre de los horribles seres con los que se topará el chaval en cuyo papel tenemos que meternos. Esta es la propuesta que nos ofrece Infección, el primer episodio —o archivo— de una trilogía que nos trae la editorial Saco de Huesos para su línea lúdica Laberinto.
La primera parte de Expediente Z se integra en ese esperanzador repunte de los librojuegos (por lo menos así es como lo ve un servidor) al que estamos asistiendo desde hace unos cuantos meses en nuestro país. Y precisamente los artífices de esta obra provienen de un equipo ganador que ha demostrado sus buenas aptitudes en el género, en concreto con otra entrega de la misma casa editora, En la Feria Tenebrosa, de la que ya hablamos ampliamente en su día. Si aquella lectura interactiva contenía una inmersión fantástica en el terror, sobre todo en su faceta más psicológica y de misterio, el presente título se decanta por la más vigente —y visualmente macabra— temática zombi.
Para ser honesto, no enumeraría el género zombi como uno de mis predilectos. Por supuesto he visto algunos clásicos de George A. Romero que marcaron las pautas del mismo (como la mítica La noche de los muertos vivientes o El amanecer de los muertos, citada en varias ocasiones dentro de las páginas de Infección y con la que guarda cierto parecido) u otras cintas más recientes (28 días después, REC, Guerra Mundial Z, etc.) Tengo algún que otro libro que gira en torno a la materia, tales como la famosa guía del superventas Max Brooks o Soy Leyenda, de Richard Matheson. Incluso he probado varios juegos, ya sea de tablero o consola, que tratan sobre zombis o que, de un modo u otro, guardan relación con éstos. También soy seguidor de la teleserie líder de audiencia The Walking Dead, de la que no hace mucho se ha emitido la cuarta temporada. Hasta cómics, como el que inspiró dicha serie, y algún otro librojuego más hay en este campo.
Sin embargo, si me preguntaran por ello, no me reconocería como un incondicional de esta vertiente. Pero el caso es que, con todos estos ejemplos, he ido descubriendo que resulta una ambientación tan válida como cualquier otra para contar una buena historia de miedo, más allá de modas. Aunque, a día de hoy, no etiquetaría el tema zombi como una moda pasajera (o no más de lo que puedan serlo otros contenidos recurrentes que cada X años vuelven a la palestra, al estilo de los dinosaurios o los vampiros, vaya). Ni siquiera como un subgénero del terror. Franquicias literarias, cinematográficas y lúdicas como Resident Evil, o el mero hecho de que, con mis propios ojos, haya visto cómo unas grandes superficies nombran y dedican una estanteria completa de sus secciones de librería al asunto, me reafirman en la idea de que los zombis han venido para quedarse.
Pero, al margen de todo estudio que pueda hacerse sobre este fenómeno, iba a hablaros de los creadores de Infección, una parte importante de los cuales procede, ya lo decía antes, directamente de las filas de En la Feria Tenebrosa (en adelante LFT), librojuego del que reproduce varias características. El grupo de autores se reduce —lógicamente— respecto a éste último, pero no deja de ser abultado para los parámetros comunes de un gamebook. Con idea original de Pedro Escudero, el peso de los textos y situaciones recae sobre todo en Fernando Lafuente, Jacobo Feijóo y Raelana Dsagan (estando los tres primeros en el plantel de LFT), en tanto que las ilustraciones corren a cargo de Jaume Carballo.
De Fernando Lafuente, avezado lector de librojuegos que ha dado el salto a la edición de sus propios títulos, quedan probadas sus habilidades narrativas gracias a varias antologías de relatos (por lo general orientados a la ciencia ficción / terror) tanto en solitario como junto a otros autores. Este polifacético zaragozano, que alterna su oficio en la docencia con el gusto por la escritura, es también locutor de radio, aficionado al rol y diseñador de juegos, distinguiéndose por su nivel de perfeccionismo y atención al detalle en aquello que hace. Jacobo Feijóo, natural de La Coruña, es un autor entusiasta y locuaz que pone un empeño pasional en cuantos proyectos aborda. Rinde culto al cuento como formato idóneo para narrar una historia y ha escrito varias compilaciones tanto en castellano como en gallego. Además, firmemente comprometido con el mundo del librojuego, dirige las riendas de librojuegos.org (una de las plataformas que, en poco tiempo, más información y fans ha logrado aunar en torno a la materia) sin dejar de moverse ante la búsqueda de nuevas oportunidades para el género. Por su parte, Raelana Dsagan (pseudónimo de Carmen del Pino), malagueña licenciada en Historia del Arte y perteneciente a la asociación Nocte, al igual que sus compañeros, cuenta con sobrada experiencia en esto de los relatos de suspense y terror, habiendo recibido varios premios en certámenes de esta vertiente y menciones honoríficas por sus publicaciones.
Duchos en diversas lides, especialmente en las literarias, y con demostrada pericia tanto en el universo de los juegos como en el subgénero del que hablamos, este es el conjunto bien engrasado que ha pergeñado la aventura que estáis a punto de descubrir...
¡No dejes que te muerdan..!
El protagonista-jugador, ya lo anticipábamos, es un chico normal (o, por lo menos, todo lo normal que se nos suele tachar a aquellos que tenemos gustos un tanto frikis) que vive con su familia en un pequeña ciudad que, de la noche a la mañana, se ve sumida en un holocausto Z. La catástrofe le pilla solo en casa y lógicamente su preocupación más inmediata es la seguridad de su familia, sus padres y su hermano Luis. Los primeros se hallan fuera durante el fin de semana y, por tanto, ilocalizables. Pero del segundo recibe una angustiosa llamada al móvil: está acorralado en el centro comercial donde pasaba la tarde cuando se ha desatado el desastre. Ni corto ni perezoso, el héroe de la aventura —es decir, nosotros— se pertrecha con lo que tiene a mano en su habitación y se lanza al rescate de su hermano. Fácil, ya os podéis imaginar, no lo va a tener precisamente.
Primero tendrá que decidir cómo llega al centro comercial, teniendo en cuenta que la ciudad (y el mundo entero, en vista de las escasas informaciones que arrojan las noticias) es ya presa de la amenaza zombi. Hay tres vías posibles para hacerlo, sorteando el pánico y la histeria colectiva que se ha apoderado de las calles. Bien a pie, claramente expuesto a lo que se le venga encima, o en su moto (si es capaz de esquivar los rastros palpables de la destrucción creciente) o a través de la red de túneles del suburbano, una opción bastante directa pero que sin duda se perfila aterradora. Ya elija un camino u otro, su destino es una extensa construcción comercial que, evidentemente, es pasto de la infección.
El antedicho centro comercial es un mundo en si mismo. Dos plantas llenas de locales devastados y tiendas de toda clase por las que aún deambulan como cadáveres errantes lo que antes fueran clientes y trabajadores del lugar, ahora seres contagiados por la plaga cuyo voraz apetito de carne humana presagia que la legión de muertos no va a dejar de aumentar. Pero entre el caos de los establecimentos (al penetrar en la mayoría de ellos se nos ofrece casi invariablemente una descripción del estropicio propio de un azote de esta magnitud), los silencios y ecos de ultratumba de sus pasillos, inmersos ahora en una luz mortecina y un ambiente absolutamente espectral, también hay lugar para un mínimo optimismo y una incierta sensación de protección. Y esto es debido a que un pequeño grupo de personas que ha podido ponerse a salvo se agazapa en una zona segura, que constituirá nuestro punto de partida, una vez logremos acceder al interior, para ir en busca de otros supervivientes, encontrar objetos que nos sean útiles en la misión y localizar a cuantos aún se oculten, asustados, en los muchos rincones de este edificio de pesadilla. Entre ellos nuestro propio hermano... si es que sigue vivo.
En calidad de librojuego, tenemos ante nosotros la oportunidad de vivir una aventura al más puro estilo survival-horror donde, como en toda obra zómbica que se precie, pende sobre la constante sensación de incertidumbre el enigma acerca del origen de la infección —¿riesgo biológico fuera de control? ¿mutación epidémica? quién sabe...— que, eso sí, por una vez conoceremos (aunque eso no será hasta el segundo archivo: Revelación). Pero no adelantemos acontecimientos, que bastante hay por ahora con este episodio inicial.
Un primer archivo que, como habréis comprobado, se divide en dos bloques claramente diferenciados: la parte de la ciudad hasta llegar al edificio donde está atrapado nuestro hermano y otra más extensa en el propio centro comercial (escenario que no resultará ajeno a los fans de las pelis sobre zombis y, en definitiva, un guiño a los estándares del género). La estructura del libro es clara y ordenada, con secciones amplias, descripciones generosas y un vocabulario que, siendo cercano y hasta cotidiano en sus giros, no descuida un instante el aspecto literario. De nuevo Fernando Lafuente, al igual que hizo en LFT, asume la tarea de coordinación y adaptación del texto para homogeneizar los distintos enfoques de los tres autores (que, dado el singular formato de librojuego, se han repartido las secciones a desarrollar) concediendo a la obra una definición global que la hace enormemente jugable sin que se aprecien saltos o variaciones de estilo.
El binomio tensión-humor es la base de este librojuego, obteniendo —en contra de lo que pueda parecer— un perfecto cóctel en el que ambos ingredientes se complementan y turnan oportunamente. Por un lado, al empezar a jugar, presientes una inquietud como la que se experimenta con una buena novela de terror en las manos. Por otro, se nota que los autores no han querido extralimitarse en la gravedad y han optado por una visión humorística dentro de lo macabro de un entorno que, pese a lo alarmante de la situación, deja lugar a las salidas de ingenio y a un tono indiscutiblemente jocoso.
Lejos de subvertir los cánones del género, esta nota de humor le procura a Infección una chispa especial. Además de la exposición hilarante de determinados atolladeros en los que nos vamos a meter durante nuestra exploración, uno de los puntos clave de esa condición la proporcionan los diferentes tipos de zombis que irán apareciendo (algunos tan cómicos como mortíferos), ayudada por su plasmación gráfica en las ilustraciones de Carballo. Y si ya comentábamos para LFT que el excéntrico J. H. Brennan había inspirado a sus creadores en cuanto al carácter mordaz que lucía aquel título, las ácidas expresiones y el trato condescendiente que el narrador dirige aquí al lector-jugador revelan que también en este caso se han imbuído de la personalidad del loco autor de librojuegos irlandés.
Y ya que he mencionado al ilustrador de este primer volumen de Expediente Z, hay que decir que Jaume Carballo no ha dejado títere sin cabeza (¿o acaso debería decir zombi sin cabeza? aunque dudo que esa perspectiva resultara muy halagüeña a los susodichos). Todos los enemigos, en forma de zombis o humanos (que también los hay) han sido debidamente recreados gracias a las abundantes ilustraciones en rigurosa escala de grises. Su artífice emplea un estilo que encaja con el tratamiento que los autores han querido darle a las repugnantes criaturas que atestan la aventura, de modo que no sólo nos encontraremos la estampa de estos monstruosos muertos vivientes más o menos estereotipados a vuelta de página, sino también de otros a cual más extravagantes o grotescos (¡y risibles, claro!). No obstante, me habría gustado que se dedicase también espacio a reflejar la funesta atmósfera de los escenarios por los que se mueve nuestro personaje (el barullo sangriento de muchas tiendas se prestaba a ello), o ver más de esas pequeñas ilustraciones, de objetos por ejemplo, que sirven de transición entre párrafos.
Entre zombis anda el juego
Antes de comenzar la aventura, como no podía ser de otra manera, toca echar un vistazo y completar la Hoja de Personaje que va a acompañarnos a guisa de diario durante nuestra ordalía zombi, prestando especial atención a las características y puntuaciones.
Hoja de Personaje descargable en PDF |
Aparte de nuestra puntuación de Vida (que se determina por 2D6+10), contamos con 12 puntos a distribuir entre los tres atributos principales de Cuerpo, Mente y Valor, que funcionan análogamente al modo en que lo hacían en aquel librojuego (con una ligera variación en cuanto al ratio de Valor, menos fluctuante en este caso). También vuelven los Puntos de Héroe y los de Experiencia, de una utilidad inestimable para el buen curso de la misión. El matiz rolero está presente en la forma de los clásicos chequeos contra dichas características principales para superar las pruebas a afrontar, así como los modificadores de armas y protecciones o la posibilidad de obtener críticos durante los combates.
Hablando de los combates —que no serán lo que se dice escasos, aunque sí a menudo evitables—, la rutina de asalto se ordena conforme a una tirada de iniciativa (ganada automáticamente si nos enfrentamos a zombis corrientes en virtud de su obtuso estado mental), a la que seguirán otras tantas para atacar y defenderse. Aquí también el daño se calcula conforme al arma que empuñamos, tanto por su dificultad como por efectividad, y en base a nuestras puntuaciones actuales de Cuerpo o Mente. Al impacto recibido, consecuentemente, hay que sustraer el grado de absorción de la protección que lleva quien encaja el golpe. Y ahora es cuando muchos estaréis pensando en la típica muerte por decapitación del zombi de turno o volándole la cabeza de un balazo. Naturalmente esta posibilidad existe en Infección, pero no es tan sencilla como en las películas: además de emplear un arma de fuego o bien una especialmente contundente, necesitamos obtener un doble seis en la tirada de ataque para saldar el resultado de la lucha de un plumazo.
El equipo es esencial para encarar la búsqueda con éxito y nuestra mochila se irá llenando de valiosas piezas que nos harán más asumible la tarea. A decir verdad, con un rastreo concienzudo por las tiendas del centro comercial y sus aledaños, seremos capaces de hacernos con un buen arsenal y otra serie de objetos de toda índole, unos más utiles que otros. Entre los primeros son de vital importancia los fármacos que se agrupan en las categorías de calmantes (restañan el daño y nos permiten recuperar puntos de vida perdidos) y antibióticos (frenan el proceso infeccioso procedente del contacto zombi).
Porque el título de este librojuego no es casual y no siempre vamos a salir de rositas del encontronazo con los muertos vivientes... Ser mordido por un zombi (consecuencia de un doble seis en su tirada de ataque) conlleva quedar infectado, estado del que se deriva un progresivo proceso de zombificación. A partir de la infección se inicia una sangría a razón de 1 punto de vida por sección leída contra la que nada pueden hacer los primeros auxilios. Sólo la aplicación de un antibiótico, a veces ineficaz, puede detener el contagio.
Así que tendremos que ser muy cuidadosos cada vez que doblemos un recodo de las ahora fúnebres galerias comerciales y asomemos el pescuezo a sus establecimientos; desafío al que inevitablemente hay que hacer frente si queremos detectar supervivientes (¡y al propio Luis!) y conducirles sanos y salvos junto al grupo en la zona segura. Porque de ellos y de superar con éxito determinadas situaciones de riesgo excepcional va a depender directamente el acopio de puntos de experiencia, esenciales para cumplir nuestro objetivo.
Claves para una aventura Z muy especial
Aunque el recorrido por los corredores y locales del centro comercial donde se desarrolla la mayor parte de la historia se presta a un completo y detallado walkthrough, nada más lejos de mi intención que destriparos el atractivo de ir descubriéndolo por vosotros mismos y las muchas sorpresas que os aguardan ahí dentro... Pero sí me gustaría analizar a grandes rasgos los principales elementos que integran la metodología de juego.
Independientemente de la existencia de enemigos y peligros de mayor o menor dificultad, así como el efecto del azar, con frecuencia caprichoso, un buen librojuego es sin duda aquel que se funda sobre todo en la estrategia del jugador para ir superando las pruebas impuestas, y desde luego no en el que se precisa de una suerte extraordinaria con los dados para ganar (circunstancia de la que debería tomar nota el sr. Ian Livingstone en su reciente La sangre de los zombis). En Infección este aspecto está medido al milímetro gracias al ajuste táctico llevado a cabo por Fernando Lafuente. Y es que por algún lado tenía que aflorar esa vena aritmética del autor que obedece a su carrera profesional, porque como decía uno de mis profesores de la universidad cuando realizaba su tesis sobre teoría de la decisión, este tipo de libros están muy sujetos a la pura matemática y al estudio de probabilidades. Si le unimos la insistencia de Jacobo Feijóo en la multiplicidad de opciones a elegir por sección, el entretenimiento está de sobra asegurado.
El uso razonable de los Puntos de Héroe para modificar el resultado de una tirada, o para minimizar el daño, forma parte de dicho valor estratégico de la aventura, al igual que saber maniobrar correctamente con las armas a nuestra disposición (es importante, por ejemplo, concederse una puntuación de Mente un poco más elevada si queremos concentrarnos en el uso de armas de fuego). Del cuchillo jamonero turolense, extraído de la cocina de casa, a la katana estilo Michonne de TWD hay todo un abanico de posibilidades que dinamizan los combates, sobre todo desde el momento que descubrimos un zulo de suministros, pertrechos y munición. Ahora bien, en estos casos siempre hay que tener en cuenta que el espacio de nuestra mochila —aunque la cambiemos por otra mas grande— es limitado, teniendo que renunciar a objetos durante el camino, sin dejar de controlar de cerca nuestras reservas de calmantes y antibióticos.
Mapas descargables en PDF |
Esos puzles son uno de los secretos que se oculta en las tiendas. En función de su tamaño, hay locales que contienen multitud de opciones a elegir (con subtramas, pistas y pequeñas misiones en su interior), mientras que en otros la visita será casi meramente anecdótica. Toda esta variedad, considerando que siempre habrá puertas que se nos resistan o rincones a los que nuestro valor nos impida acceder en un momento dado, unido al empeño en inspeccionar hasta el último detalle, componen el gancho de la rejugabilidad.
Uno podría pensar que la misión será pan comido e ir a tiro hecho una vez hayamos descifrado las incógnitas cruciales que envuelven el terrorífico centro comercial y conozcamos la ruta más directa a seguir del itinerario que relaciona unas tiendas con otras, pero pronto veréis que no es el caso. La necesidad de conseguir puntos de experiencia a través, sobre todo, del cómputo de supervivientes rescatados y puestos a buen recaudo en la zona segura, con la temible eventualidad de encuentros inesperados cada vez que ejecutemos este proceso, impone que la duración de la partida sea prolongada. Por cierto, que entre los distintos supervivientes que hallaremos no todos serán lo que se dice gente razonable y educada: hay niños, ancianos y mujeres desvalidas, pero también dementes, macarras agresivos e individuos con sospechosos síntomas del contagio zombi. Y, por si fuera poco, un cameo presencial de los propios autores, escondidos en lo más recóndito de las secciones que ellos mismos han escrito.
Sobre el tipo de zombis que pululan por ahí y las consecuencias de la pluralidad de éstos también pueden darse unos cuantos datos. Al zombi ordinario, lento y más bien torpe, que constituye la masa de no-muertos más corriente contra la que lucharemos, hay que añadir otros especímenes más taimados, peligrosos y malignos. Los infecciosos, con una capacidad de contagio particularmente virulenta, los rápidos (con opción de ganar la iniciativa, sorprendiéndonos por la espalda, y bonos a sus tiradas), los pastores, líderes entre sus pútridos congéneres, o los brutos (creo que no hace falta mucha explicación para definirlos). Evidentemente, el forzoso final boss de la aventura reúne en su descomunal e infecta persona varias de las características anteriormente descritas.
En fin, no me extiendo más porque Expediente Z, como he indicado desde un principio, va a consistir en una trilogía de la que aún nos queda mucho camino por andar, de manera que tiempo habrá de seguir profundizando en esta saga de librojuegos que, seguro, está llamada a sentar una nueva etapa en el renacer contemporáneo del medio.
La Infección se propaga...
Dedicidamente, si os gustó En la Feria Tenebrosa también disfrutaréis con Infección, y si no llegasteis a tiempo de conocer el primero, ahora es una buena oportunidad para acercaros a sendos títulos de la misma colección. Esta entrega inaugural de la saga de temática zombi comparte muchas similitudes con el librojuego de Nocte. Como entonces, el lector debe diseñar muy bien su estrategia para resolver —una vez jugadas varias partidas— por dónde ir y en qué orden dirigirse de un sitio a otro, o cuáles es mejor esquivar directamente. Primera y segunda explanada del recinto ferial de uno, son extrapolables a las dos plantas del centro comercial del otro dada la semejanza del formato, y la libertad para decidir nuestros movimientos es la misma. ¡Hasta se encuentran insinuaciones, si somos observadores, a algún que otro objeto recurrente que aparece en ambas aventuras!
En cuanto a la edición de Infección que ha preparado Saco de Huesos, se trata de un volumen con encuadernación en rústica de 358 páginas, curiosamente no numeradas (si bien, salvo en los librojuegos que utilizan la página como referencia del juego, no es necesario en realidad) que ha alcanzado la reimpresión de su segunda tirada. Una vez más se incluye como regalo un dado exclusivo que luce una sombría calavera en la cara del uno (motivo puramente ornamental, que conste, pues ya hubo quien pensaba en la implicación de una tirada de muerte automática o algo parecido). Con sus 482 secciones y un nivel de dificultad muy bien ajustado, os garantizo que dispondréis de una aventura digna de exprimir a fondo y que da para muchas horas de juego, a la par que goza de una redacción excelente. Infección puede adquirirse directamente en la web de la editorial (sin gastos de envío) y su precio es de 18€.
El tándem formado por Fernando y Jacobo está impulsando actualmente el género dentro de nuestras fronteras, no sólo en las redes con iniciativas como la citada librojuegos.org sino también por medio de proyectos como la traducción al español de Proteus (una inminente revista online sobre gamebooks). Además, la versión digital de su feria tenebrosa, gestionada por Cubus Games, por fin está a punto de ver la luz, y ambos autores no dejan de establecer contactos editoriales y realizar presentaciones en varias poblaciones, colegios o en eventos lúdicos como la pasada HispaCon. Y por supuesto ya están trabajando en el segundo archivo de Expediente Z, que podría verse publicado a finales de este año. Más allá de que tengáis una mayor o menor inclinación por el género zombi, esta es una serie de librojuegos de la que vais a extraer una grata experiencia.
Junto a estas líneas os he dejado una completa charla que tuvo lugar al poco de la salida de Infección en El Vecino de la Bestia (Zaragoza), pero al mismo tiempo os emplazo a asistir a la que se realizará muy pronto en la flamante Gigamesh de Barcelona, donde Fernando Lafuente hablará no sólo de este librojuego, sino que también realizará un tour sobre el «Pasado, presente y futuro» de este gran género. La cita es la siguiente (podrá seguirse vía streaming en el canal Youtube de Gigamesh, vía FB o Twitter):
(03/05/14) Y para quienes no hayáis podido acudir, ya tenéis aquí el video de la misma:
¿Pensando en sucumbir a la "Infección"..?
Pues no perdáis detalle a la web, porque en las próximas semanas sortearemos un ejemplar de este fabuloso librojuego que combina terror, épica y humor a partes iguales, publicado por Saco de Huesos Ediciones. Y para los que no queráis esperar a iniciar vuestra epopeya Z, también se puede adquirir directamente en la página de la editorial (gastos de envío ya incluidos) o desde el portal de literatura fantástica, ci-fi y de terror Cyberdark.
7 comentarios:
Me encanta que volvamos a tener librojuegos en las librerias... un abrazo
Le tenía echado el ojo hace un tiempo por que me llamó la atención. El análisis que has hecho es espectacular. Estaré atento a las noticias.
Como siempre, un artículo genial y completísimo a cargo de Jolan. ¡Felicidades! Y a los seguidores del blog, os animo a seguir atentos a todo lo relacionado con "Infección" y "En la Feria Tenebrosa", ya sea en formato papel o en formato app.
¡Saludos!
¡Nos vemos en Gigamesh el día 3!
Jose Joaquín:
¡Y qué lo digas! ^^
alcorze:
Siendo aficionado al género Z y la literatura apocalíptica, estoy seguro de que te gustará este librojuego.
Cubus Games:
¡Gracias! ;)
Hay ganas de echarle el guante a vuestra app de La Feria Tenebrosa. No me cabe duda que os habrá quedado de lujo.
Por desgracia yo no podré estar presente en la presentación del día 3 en Bcn. ¡Espero que alguien la grabe y la suba posteriormente para poder escucharla!
Saludos y gracias por vuestros comentarios.
Me ha encantado la reseña, Jolan. Me alegro mucho de que el librojuego te haya causado tan buena impresión.
Sabes que cuando pueda hago una presentación en Madrid.
Un abrazo.
Gracias, Fernando. Aún le daré unas partidas más a Infección como precalentamiento para la llegada de Revelación. Si jugar esta primera parte ha sido estupendo, no me cabe duda que con la siguiente será igualmente extraordinario.
¡Aguardo con ganas esa presentación en Madrid! ;) Un abrazo.
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