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viernes, 15 de enero de 2010

Amadís de Gaula


Adaptar los clásicos a las páginas de un tebeo no debe de ser cosa fácil. Hay que ceñirse a un argumento hermético, que además de no otorgar muchas concesiones en su consideración de referente literario con un principio, nudo y desenlace bien cerrados, a veces pueden resultar antipáticos al género y no les vale cualquier tratamiento gráfico. Con todo, son unos cuantos los ejemplos de grandes viejas obras de la literatura universal que han acabado por ser traspasadas al cómic (si hasta la Biblia cuenta con su propia versión, y ya es difícil dar con una temática más hueso...) De un tiempo para acá, la Editorial SM lidera esta iniciativa con una manifiesta intención didáctica y ánimo de popularizar los exponentes de las letras clásicas entre escolares, pero igual de provechosa para el lector que simplemente quiera acercarse a esos títulos que tradicionalmente se nos han podido atragantar, aún cuando su contenido bien valga la reputación de la que presumen hoy día, en su forma novelada.

Ése es el caso, a mi entender, del Amadís de Gaula, cita obligada en cualquier libro de texto de Lengua y Literatura del que probablemente la inmensa mayoría de los jóvenes estudiantes han tenido que memorizar algunos datos sueltos, posteriormente relegados al olvido, para salvar un examen. Y eso que la historia que se cuenta en el Amadís a buen seguro sería del interés de muchos de ellos (o como poco, de aquellos que se apasionan por los relatos fantásticos) si profundizasen en la misma o si se les ofreciera en el medio adecuado para hacerlo, que es en lo que consiste esta propuesta: caballeros, magos, duelos de honor, gigantes, dragones, reyes y princesas pueblan sus cientos de páginas. Por lo que me toca, yo al menos no recordaba gran cosa de la leyenda del doncel, lo admito. Ediciones SM parece haber hecho una sugerente selección de títulos que pueden resultar llamativos al público objetivo y así entre su plan de lanzamientos, además de este Amadís, se hayan Romeo y Julieta, Tirante el Blanco, Lazarillo de Tormes, La Odisea, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, o El monte de las ánimas, bien bajo la firma de autores nacionales que ya gozan de un nombre en el mundo del tebeo –tales como David Rubín o Santiago García y Javier Olivares- como de otros que empiezan a labrárselo. El formato de estas aventuras es en cartoné, son de una extensión de 32 páginas y se están publicando al medianamente aceptable precio de 9,20€.


Lo que decía hace un momento sobre la complejidad de versionar ciertas obras antiguas cobra bastante sentido en el supuesto de Amadís de Gaula. Este best-seller medieval, si se le puede llamar así tomando conciencia de lo restringida que estaba la entrega a la lectura en los lejanos tiempos de su publicación (comienzos del s. XVI), está con certeza entre las más populares novelas de caballerías y de mayor difusión a nivel europeo (libro de cabecera del insigne Don Quijote, seguro) y aúna multitud de anécdotas legendarias, una incontable sucesión de gestas, referencias cruzadas (su relación con el Ciclo Artúrico es indudable), confusas e inacabables genealogías, etc. En definitiva, una pesadilla para quien trate de realizar un somero repaso a las hazañas del doncel y su descendencia.

Ya la obra original es una recopilación en cuatro tomos de Garci Rodríguez de Montalvo, alcaide de Medina del Campo (esta autoría se introduce en la primera página del álbum de SM) que proviene de orígenes aún más primitivos de no aclarada fuente: no se sabe si portuguesa o castellana. Y si pensábamos que eso de las sagas interminables y prorrogadas un número tras otro era cosa de la literatura fantástica moderna, estamos muy equivocados, pues el Amadís está compuesto por continuas refundiciones de textos, enésimas partes y continuaciones. Pero quedémonos con la exitosa versión completa de Montalvo, que es la que analiza esta nueva interpretación bajo la perspectiva en forma de viñetas.


Algo que siempre me ha resultado confuso y sigue sin quedarme del todo claro es que, tratándose de una obra genuinamente ibérica, se desarrolle principalmente en territorios anglosajones y no latinos, sobre la brumosa Bretaña y las regiones cristianas del norte. Debe de tratarse de las influencias artúricas de la época, supongo. Wikipedia resume a grandes rasgos y de una forma más comprensible que como yo lo haría las líneas principales de su argumento: “El Amadís de Gaula se inicia con el relato de los amores furtivos del rey Perión de Gaula y de la princesa Elisena de Bretaña, que dieron lugar al nacimiento de un niño abandonado en una barca. El niño es criado por el caballero Gandales e indaga sobre su origen en medio de fantásticas aventuras, protegido por la hechicera Urganda, llamada la Desconocida porque nunca se presenta con la misma cara ni con el mismo aspecto, y perseguido por el mago Arcaláus el encantador. [...] Atraviesa por todo tipo de peligrosas aventuras, por amor de su amada Oriana, hija del rey Lisuarte de la Gran Bretaña.” Estas generalidades, el nacimiento de Amadís, su adopción por Gandales y el posterior servicio a Lisuarte, de cuya hija cae prendado, son las que nos cuentan Ricardo Gómez y Emma Ríos en la versión en cómic que les han encargado elaborar, antes de entrar en una profusión de detalles, anécdotas y nombres, sin demasiado orden ni concierto, que rodean a la figura del protagonista. La epopeya clásica también narra las hazañas de otros valerosos caballeros emparentados con Amadís, como su hermano Galaor, su primo Agrajes de Escocia o su propio hijo, Esplandián; personajes que en el tebeo de Gómez-Ríos también figuran, aunque algunos sólo lo hagan en menciones puntuales.

El principal problema que le veo a esta adaptación es que ha procurado contar demasiado en muy poco espacio (recordemos que sólo disponen de 32 páginas), evidentemente por imposiciones editoriales que afectan a todos los números de la colección. Eso no habría impedido a sus autores, no obstante, centrarse únicamente en una etapa o periodo concreto de la vida del inmaculado héroe, en lugar de querer abarcar un recorrido tan extenso –y por ende, apresurado- de sus andanzas. Imagino que el trabajo previo de documentación, selección y concretización ha debido ser brutal.


El conjunto de actos heroicos que Amadís ha llevado a cabo se aglutinan en un guión sin pausa ni estructura (sobre todo a partir del momento en que se le revela su pertenencia al regio linaje de Perión) y Ricardo Gómez (autor de novela) recompone retazos de la mítica aventura de forma un tanto deslavazada. La historieta, que empieza siguiendo un hilo temporal definido, llega a este punto -aproximadamente el último tercio del álbum- convertido en una cronología desordenada de personajes, lugares y sucesos legendarios. Es verdad que la forma de plasmarlos, sobre todo visualmente, es muy original, pero no acaba de resultar del todo convincente y desencaja al lector del guión al que se le había encaminado de entrada. De todos modos, no se lo reprocho a su guionista: es tal la densidad de la narración original, que pretender llegar a todos sus episodios desemboca en locura.

Ahora bien, sí quisiera destacar, en cambio, la interpretación gráfica que Emma Ríos (Hexed, Dr. Extraño) hace de esta pieza medieval. Su trazo elegante, ágil y sutil con un toque a lo manga puede tener sus más y sus menos, pero a mi me tiene atrapado desde que lo descubrí en uno de los cuentos de Los Reyes Elfos: Historias de Faerie 2, de Victor Santos. Su concepción artística, no por apresurada, se ha visto resentida (la misma Emma confiesa la rapidez con la que tuvo que avenirse a esta obra ante la tensión de otros trabajos en espera, así como cierta dificultad con los plazos de entrega) y queda reflejada en todo un improvisado y colorista desfile de armaduras, galas y florituras, quizá arriesgado y poco fiel, pero muy efectivo y comprometido con la aventura.

La fusión constante de acontecimientos y escenas antes apuntada obtiene sin lugar a dudas mejores resultados a nivel de dibujo que de guión. Los autores han optado por focalizar esa mezcolanza cronológica por medio de preciosas splash a doble página, muy impactantes, con todo lo concerniente a determinados personajes (Galaor, Oriana, Arcaláus, etc). La idea es buena, pues les da margen para desarrollar un poco más a estos personajes que habían quedado cojos en el transcurso de la primera parte del álbum, aunque también en este caso puede devenir en una amalgama poco diáfana.


En la versión comiquera del Amadís se ha apostado por una vertiente más fantástica y alegórica de la crónica de Montalvo, con profusión de criaturas mitológicas (aunque no es que se hallen ausentes en el compendio del regidor medinense); sensación que se ve acentuada por una fuerte paleta de colores mediante carmesíes intensos, azules profundos y verdes misteriosos que enmarcan toda esta fábula.

Si uno conoce algo de la novela y no se pierde entre las decenas de nombres de familias y hechos reflejados le puede extraer más gracia a esta entrega. O también puede sentirse ligeramente decepcionado por la exposición tan de corrido de algunos de los pasajes más peculiares de la vida de Amadís, como el de la némesis de si mismo –Beltenebros- en que se transforma durante su retiro por despecho amoroso. Pero para ser honestos, no creo que este tebeo consiga movilizar precisamente a masas de jóvenes en pos del clásico, quizá por lo difuso de los personajes, con quienes no es fácil que el lector consiga entablar una identificación real, comparados con otros héroes literarios. Del conjunto de este trabajo, me quedo con la aportación de Emma Ríos, cuyo dibujo en creciente evolución me gustaría disfrutar en un futuro dentro de una obra con mayor holgura.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La verdad es que sí, como dices, me gustan estas iniciativas para traer los grandes clásicos de la literatura al mundo del cómic, haciéndolo más cercano al público en general.

Lástima que parece que en este caso el resultado no acaba de cuajar, porque por las ilustraciones que ponías tenía muy buena pinta.

Tengo que seguir cotilleando entre las entradas antiguas del blog, que hay muchas muchas entradas interesantes aún por leer ;)

Jolan dijo...

El apartado gráfico de este tebeo era -es- muy bueno, pero el guión no daba mucho de sí por querer meter demasiadas cosas en poco espacio. Pero no deja de ser un buen experimento. La verdad es que no sé que pasaría con esta colección... si continúa en pie o llegó hasta un cierto número de entregas y ahí se detuvo.

Gracias por comentar, Contando Dragones. Siempre se agradece ver que hay quien revisa artículos antiguos. ;)

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