Iniciemos 2010 con el buen cuerpo que siempre deja un poco de humor, esta vez con un original y recomendable producto televisivo.
Krod Mandoon and the flaming sword of fire (Krod Mandoon y la espada flamígera de fuego) es una desternillante miniserie de fantasía heroica en clave de guasa ideada por Peter A. Knight y coproducida por los canales Comedy Central y BBC 2, que se estrenó durante 2009 en USA y Reino Unido (el 9 de abril y 11 de junio, respectivamente). Tras su paso por antena, ha generado entre el público toda clase de reacciones opuestas: desde el desdén y la crítica implacable a una entusiasta adoración. Definida por sus responsables como una combinación entre La princesa prometida y Los caballeros de la mesa cuadrada, de los Monty Python, su peculiar sentido cómico se halla también inspirado según su creador en otras famosas teleseries como La víbora negra (donde el popular Rowan Atkinson -Mr. Bean- ejercía el papel protagonista) o Super Agente 86.
Enseguida salta a la vista (sólo hay que fijarse en lo absurdo de su título) que no se trata de una producción a tomarse demasiado en serio. El resultado -para mi gusto, francamente divertido y ocurrente-, utiliza una fórmula novedosa que le ha granjeado el trato de favor de muchos televidentes: al terreno ya conocido de las series de vertiente fantástica y heroico-medieval (de las que Hércules y Xena constituyen los precedentes más primitivos y, quizá por su infortunado enfoque, recordados) se suma la frescura de un humor socarrón proveniente en buena medida de satirizar los tópicos implantados por el género y hacer uso sin cortarse un pelo de los tabúes que rodean a la fantasía: el sexo, el cachondeo, la homosexualidad, los anacronismos ridículos, la broma escatológica, etc. son algunos de los temas en torno a los cuales se fundan buena cantidad de chistes y juegos de palabras que aparecen, sin por ello rendirse a la ordinariez sin sentido. Precisamente los detractores de la serie escudan sus críticas en el empleo del mal gusto, y aunque cada cual tiene su respetable manera de ver las cosas, no es menos cierto que muchos puristas de la espada y brujería han sido incapaces de entregarse a una lectura cómica de esta producción sin otro objetivo que traspasar el tono circunspecto de la épica y parodiar sus abundantes convencionalismos.
Pero no todo es pura chanza y por supuesto existe un argumento que cuenta con los ingredientes heroicos necesarios, aunque siempre matizados con un toque gracioso: Krod Mandoon es el dudoso líder de una banda de ineptos guerreros que inexplicablemente se convierte en último valedor de las fuerzas de la resistencia contra el Canciller Dongalor, lunático gobernador de la provincia de Hessemeel que se propone utilizar un antiguo y olvidado artefacto -el Ojo de Gulga Gyrmna- para usurpar el mandato del Emperador Zanus. Los seis capítulos de que consta la primera (y de momento única) temporada, de poco más de 20 minutos de duración cada uno, nos cuentan las peripecias del grupo de aventureros durante su oposición a los ambiciosos planes de Dongalor que transcurren entre la liberación del general Arcadius, la recuperación de una misteriosa joya custodiada por un cíclope muy especial o el cumplimiento de una vieja profecía.
El reparto de esta charada, prácticamente desconocido, aporta sin embargo una actuación bastante lucida y natural que deja ver la comodidad y buena sintonía del equipo en sus correspondientes papeles. Obviamente el protagonismo recae sobre el héroe que da su nombre a la serie: Krod Mandoon, interpretado por Sean Maguire. Cantante y prolífico actor de teleseries de origen británico (que yo sepa, no emitidas en España) y largometrajes de escasa repercusión, Maguire estuvo a punto de rechazar esta oferta, movido por el interés en descartar temporalmente la comedia y ejercer proyectos más serios tras su papel en la pobremente recibida Casi 300 (2008). Tras leer el guión se lo pensó mejor y empezó el entrenamiento físico para su participación en la serie. Krod es ante todo un guerrero, triste reflejo de un paladín legendario, poseedor de una espada heredada de su padre que (ni él mismo sabe al principio por qué) prende en llamas cada vez que se enfrenta a un peligro o se ve desafiado. Pero resulta ser un héroe del todo infrecuente: lleno de inseguridades, preocupado por su imagen y por la opinión que despierta en los demás, indeciso, celoso y víctima de tal sentido del descuido que en no pocas ocasiones ha de lamentar su falta de atención y atolondramiento (por algo su nombre escrito al revés, 'dork', significa... bueno, pues esto). Una gran parte de las situaciones jocosas que surgen de su personaje afloran en la tensión sexual que mantiene con su partenaire, la también guerrera Aneka.
A la altura de su incompentencia como líder se encuentra su enemigo, el infame Canciller Dongalor (Matt Lucas). Portento de la comedia en el Reino Unido, a Matt Lucas se le puede considerar el nuevo Benny Hill gracias a su brillante y memorable participación en el irreverente show Little Britain; un maestro del humor de los últimos años que parece haber nacido para hacer reir al público (pese a padecer una infancia un tanto dramática). El regidor de Hessemeel se muestra un gobernante tan despótico como ignorante: odia a Mandoon, siempre juega sucio para conseguir sus planes y sus únicas satisfacciones surgen de las costumbres más depravadas y del placer de provocar cuanta destrucción sea posible gracias al poderoso artilugio que ha llegado a sus manos o enviando a sus soldados myrmidons a cometer tropelías. Su perfil neurasténico, el histrionismo de sus ademanes y berridos o la estrafalaria vestimenta que luce capítulo tras capítulo son un seguro para la diversión. La voz de la razón que sujeta a Dongalor la pone su ayudante Barnabus (interpretado por Alex MacQueen con una flema inglesa que le viene al personaje que ni pintado), su fiel sirviente y mano derecha.
La acompañante de Mandoon es la sugerente guerrera pagana Aneka. La guapa India de Beaufort se mete en la piel de esta seductora y habilidosa mujer, cuya manera abierta de entender la sexualidad exaspera a Krod y ocasiona constantes problemas sentimentales a la pareja. Esta eficaz luchadora ligera de cascos, de fuertes valores feministas y apenas cubierta por insinuantes vestiduras, cuenta con sus dotes de atracción sobre los hombres como principal arma, que no vacila en utilizar siempre que convenga a sus propósitos (o a sus apetitos). De Beaufort también tuvo reticencias en aceptar el papel, en este caso debido al expreso contenido sexual de su personaje, pero acabó sintiéndose encantada con el mismo.
El resto del plantel no resulta menos hilarante. Steve Speirs (Star Wars: La amenaza fantasma, Eragon, Piratas del Caribe) es Loquasto, sirviente personal de Krod que pertenece a la raza de los Grobbles (criaturas de morfología a medio camino entre el cerdo y el hombre, poseedores de un acusado sentido del gusto y el olfato especialmente útil para detectar venenos). Quasto es un guardaespaldas bastante estúpido cuya pésima puntería con la ballesta y su inoportuno instinto animal acarrean al grupo más quebraderos de cabeza que beneficios. Por su parte, el americano Kevin Hart (Scary Movie 3 y 4) hace gala de su soltura como monologuista y actor de comedia cuando interpreta a Zezelryck -Zez-, el joven e inhábil hechicero del grupo; desconfiado y tremendamente cobarde, dueño de todo un estéril surtido de trucos que poco de mágico tienen. El último en unirse a Krod en su misión es Bruce (Marques Ray), teniente del General Arcadius y su boy-toy durante el periodo que este permanece encarcelado por Dongalor. El colectivo gay ha censurado el rol en la serie de este actor latino, que al igual que los demás simplemente bromea con los estereotipos propios del personaje que le toca encarnar: míticos son sus glamourosos modelitos y su fijación por los hombres aguerridos.
También hay que destacar las convincentes actuaciones de algunos secundarios, tal es el caso del actor británico John Rhys-Davies, algo más popular que sus compañeros de reparto debido a su intervención en la saga de Indiana Jones (donde hacía del carismático excavador árabe Sallah, amigo de Indy) y sobre todo por su papel del enano Gimli durante la trilogía El Señor de los Anillos. En la serie ocupa el lugar del mago Grimshank, hombre de confianza en quien se apoya el jefe de la resistencia Ralph Longshaft (James Murray).
Lo cierto es que la producción de Krod Mandoon ha contado con un presupuesto desahogado durante su realización para tratarse de un proyecto de rodaje tan corto, que tuvo lugar en Hungría con la implicación de sus desarrolladores en el periodo de filmación de cada entrega. Esto se hace notar en la lograda recreación a nivel global, generosa en escenarios y efectos que -pese a la vis cómica de la serie- no desprenden el aspecto cutre de otros lanzamientos de la misma índole. Y eso que la referida espada que empuña Krod no se basa precisamente en ningún alarde creativo generado por ordenador, sino en una sencilla hoja equipada con una cánula y un depósito de gas que el propio Maguire se encarga de activar. El castillo de Orava, del s. XIII, en la vecina Eslovaquia, cede su imagen para representar los planos exteriores de la residencia de Dongalor.
La emisión de los seis capítulos (cinco en su estreno en la pequeña pantalla, al unir los dos primeros a modo de episodio piloto) revela el creciente éxito que la temática fantástica está adquiriendo para el formato televisivo. Aunque esta primera temporada (muy breve por su carácter experimental y de tanteo de audiencias) llegó a buen término cosechando resultados satisfactorios hasta su fin, la continuidad de la serie quedó en entredicho cuando un mes después de haber concluido se anunciaba su cancelación por retirada de uno de los socios inversores. Sin embargo, la BBC divulgó enseguida un comunicado retractándose de estas informaciones, lo que unido a la buena acogida del público, más que de la crítica especializada, hace pensar que habrá futuras partes de Krod Mandoon (la salida en edición DVD de la temporada 1 respalda esta sospecha).
La serie se puede ver al completo y del tirón como si fuera una película de unas 2 horas para hacer la experiencia más fluída. Naturalmente aún no ha sido doblada al español (se rumoreaba que el canal encargado de emitirla en nuestras pantallas podría ser Paramount Comedy) y tal vez sea mejor así, pues se me antoja mucho más disfrutable en la versión original con subtítulos en castellano (que circula por la red y encontraréis sin ninguna dificultad). En este sentido, no seré yo quien ponga faltas al trabajo altruista de los aficionados que se encargaron en su momento de realizar la difícil tarea de subtitular la cinta; no obstante los diálogos de ciertas escenas y los juegos de palabras o dobles sentidos de determinados gags son ligeramente inexactos y alguno que otro se pierde inevitablemente con la traducción.
Desde aquí os la recomiendo sinceramente si lo que queréis es pasar un rato muy divertido y no os chirría mezclar los géneros de la comedia y la fantasía, a mi entender en absoluto reñidos. Seguro que vais a pasarlo bien, pues abundan las escenas memorables con las que no podréis evitar echaros unas risas, como la impagable secuencia de asalto a la guarida del cíclope de Elluvia, el encuentro con las súcubos del bosque de la Muerte Segura o las disparatadas idioteces del Canciller de Hessemeel. En la web de Comedy Central podéis ver muchos más trailers y otras curiosidades en torno al fenómeno que ha levantado esta tronchante miniserie. Ojalá no tardemos demasiado en anunciar su esperada continuación.
Krod Mandoon and the flaming sword of fire (Krod Mandoon y la espada flamígera de fuego) es una desternillante miniserie de fantasía heroica en clave de guasa ideada por Peter A. Knight y coproducida por los canales Comedy Central y BBC 2, que se estrenó durante 2009 en USA y Reino Unido (el 9 de abril y 11 de junio, respectivamente). Tras su paso por antena, ha generado entre el público toda clase de reacciones opuestas: desde el desdén y la crítica implacable a una entusiasta adoración. Definida por sus responsables como una combinación entre La princesa prometida y Los caballeros de la mesa cuadrada, de los Monty Python, su peculiar sentido cómico se halla también inspirado según su creador en otras famosas teleseries como La víbora negra (donde el popular Rowan Atkinson -Mr. Bean- ejercía el papel protagonista) o Super Agente 86.
Enseguida salta a la vista (sólo hay que fijarse en lo absurdo de su título) que no se trata de una producción a tomarse demasiado en serio. El resultado -para mi gusto, francamente divertido y ocurrente-, utiliza una fórmula novedosa que le ha granjeado el trato de favor de muchos televidentes: al terreno ya conocido de las series de vertiente fantástica y heroico-medieval (de las que Hércules y Xena constituyen los precedentes más primitivos y, quizá por su infortunado enfoque, recordados) se suma la frescura de un humor socarrón proveniente en buena medida de satirizar los tópicos implantados por el género y hacer uso sin cortarse un pelo de los tabúes que rodean a la fantasía: el sexo, el cachondeo, la homosexualidad, los anacronismos ridículos, la broma escatológica, etc. son algunos de los temas en torno a los cuales se fundan buena cantidad de chistes y juegos de palabras que aparecen, sin por ello rendirse a la ordinariez sin sentido. Precisamente los detractores de la serie escudan sus críticas en el empleo del mal gusto, y aunque cada cual tiene su respetable manera de ver las cosas, no es menos cierto que muchos puristas de la espada y brujería han sido incapaces de entregarse a una lectura cómica de esta producción sin otro objetivo que traspasar el tono circunspecto de la épica y parodiar sus abundantes convencionalismos.
Promo de presentación en la ComicCon de Nueva York:
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Krod Mandoon Series Preview | ||||
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Pero no todo es pura chanza y por supuesto existe un argumento que cuenta con los ingredientes heroicos necesarios, aunque siempre matizados con un toque gracioso: Krod Mandoon es el dudoso líder de una banda de ineptos guerreros que inexplicablemente se convierte en último valedor de las fuerzas de la resistencia contra el Canciller Dongalor, lunático gobernador de la provincia de Hessemeel que se propone utilizar un antiguo y olvidado artefacto -el Ojo de Gulga Gyrmna- para usurpar el mandato del Emperador Zanus. Los seis capítulos de que consta la primera (y de momento única) temporada, de poco más de 20 minutos de duración cada uno, nos cuentan las peripecias del grupo de aventureros durante su oposición a los ambiciosos planes de Dongalor que transcurren entre la liberación del general Arcadius, la recuperación de una misteriosa joya custodiada por un cíclope muy especial o el cumplimiento de una vieja profecía.
El reparto de esta charada, prácticamente desconocido, aporta sin embargo una actuación bastante lucida y natural que deja ver la comodidad y buena sintonía del equipo en sus correspondientes papeles. Obviamente el protagonismo recae sobre el héroe que da su nombre a la serie: Krod Mandoon, interpretado por Sean Maguire. Cantante y prolífico actor de teleseries de origen británico (que yo sepa, no emitidas en España) y largometrajes de escasa repercusión, Maguire estuvo a punto de rechazar esta oferta, movido por el interés en descartar temporalmente la comedia y ejercer proyectos más serios tras su papel en la pobremente recibida Casi 300 (2008). Tras leer el guión se lo pensó mejor y empezó el entrenamiento físico para su participación en la serie. Krod es ante todo un guerrero, triste reflejo de un paladín legendario, poseedor de una espada heredada de su padre que (ni él mismo sabe al principio por qué) prende en llamas cada vez que se enfrenta a un peligro o se ve desafiado. Pero resulta ser un héroe del todo infrecuente: lleno de inseguridades, preocupado por su imagen y por la opinión que despierta en los demás, indeciso, celoso y víctima de tal sentido del descuido que en no pocas ocasiones ha de lamentar su falta de atención y atolondramiento (por algo su nombre escrito al revés, 'dork', significa... bueno, pues esto). Una gran parte de las situaciones jocosas que surgen de su personaje afloran en la tensión sexual que mantiene con su partenaire, la también guerrera Aneka.
A la altura de su incompentencia como líder se encuentra su enemigo, el infame Canciller Dongalor (Matt Lucas). Portento de la comedia en el Reino Unido, a Matt Lucas se le puede considerar el nuevo Benny Hill gracias a su brillante y memorable participación en el irreverente show Little Britain; un maestro del humor de los últimos años que parece haber nacido para hacer reir al público (pese a padecer una infancia un tanto dramática). El regidor de Hessemeel se muestra un gobernante tan despótico como ignorante: odia a Mandoon, siempre juega sucio para conseguir sus planes y sus únicas satisfacciones surgen de las costumbres más depravadas y del placer de provocar cuanta destrucción sea posible gracias al poderoso artilugio que ha llegado a sus manos o enviando a sus soldados myrmidons a cometer tropelías. Su perfil neurasténico, el histrionismo de sus ademanes y berridos o la estrafalaria vestimenta que luce capítulo tras capítulo son un seguro para la diversión. La voz de la razón que sujeta a Dongalor la pone su ayudante Barnabus (interpretado por Alex MacQueen con una flema inglesa que le viene al personaje que ni pintado), su fiel sirviente y mano derecha.
La acompañante de Mandoon es la sugerente guerrera pagana Aneka. La guapa India de Beaufort se mete en la piel de esta seductora y habilidosa mujer, cuya manera abierta de entender la sexualidad exaspera a Krod y ocasiona constantes problemas sentimentales a la pareja. Esta eficaz luchadora ligera de cascos, de fuertes valores feministas y apenas cubierta por insinuantes vestiduras, cuenta con sus dotes de atracción sobre los hombres como principal arma, que no vacila en utilizar siempre que convenga a sus propósitos (o a sus apetitos). De Beaufort también tuvo reticencias en aceptar el papel, en este caso debido al expreso contenido sexual de su personaje, pero acabó sintiéndose encantada con el mismo.
El resto del plantel no resulta menos hilarante. Steve Speirs (Star Wars: La amenaza fantasma, Eragon, Piratas del Caribe) es Loquasto, sirviente personal de Krod que pertenece a la raza de los Grobbles (criaturas de morfología a medio camino entre el cerdo y el hombre, poseedores de un acusado sentido del gusto y el olfato especialmente útil para detectar venenos). Quasto es un guardaespaldas bastante estúpido cuya pésima puntería con la ballesta y su inoportuno instinto animal acarrean al grupo más quebraderos de cabeza que beneficios. Por su parte, el americano Kevin Hart (Scary Movie 3 y 4) hace gala de su soltura como monologuista y actor de comedia cuando interpreta a Zezelryck -Zez-, el joven e inhábil hechicero del grupo; desconfiado y tremendamente cobarde, dueño de todo un estéril surtido de trucos que poco de mágico tienen. El último en unirse a Krod en su misión es Bruce (Marques Ray), teniente del General Arcadius y su boy-toy durante el periodo que este permanece encarcelado por Dongalor. El colectivo gay ha censurado el rol en la serie de este actor latino, que al igual que los demás simplemente bromea con los estereotipos propios del personaje que le toca encarnar: míticos son sus glamourosos modelitos y su fijación por los hombres aguerridos.
También hay que destacar las convincentes actuaciones de algunos secundarios, tal es el caso del actor británico John Rhys-Davies, algo más popular que sus compañeros de reparto debido a su intervención en la saga de Indiana Jones (donde hacía del carismático excavador árabe Sallah, amigo de Indy) y sobre todo por su papel del enano Gimli durante la trilogía El Señor de los Anillos. En la serie ocupa el lugar del mago Grimshank, hombre de confianza en quien se apoya el jefe de la resistencia Ralph Longshaft (James Murray).
Lo cierto es que la producción de Krod Mandoon ha contado con un presupuesto desahogado durante su realización para tratarse de un proyecto de rodaje tan corto, que tuvo lugar en Hungría con la implicación de sus desarrolladores en el periodo de filmación de cada entrega. Esto se hace notar en la lograda recreación a nivel global, generosa en escenarios y efectos que -pese a la vis cómica de la serie- no desprenden el aspecto cutre de otros lanzamientos de la misma índole. Y eso que la referida espada que empuña Krod no se basa precisamente en ningún alarde creativo generado por ordenador, sino en una sencilla hoja equipada con una cánula y un depósito de gas que el propio Maguire se encarga de activar. El castillo de Orava, del s. XIII, en la vecina Eslovaquia, cede su imagen para representar los planos exteriores de la residencia de Dongalor.
La emisión de los seis capítulos (cinco en su estreno en la pequeña pantalla, al unir los dos primeros a modo de episodio piloto) revela el creciente éxito que la temática fantástica está adquiriendo para el formato televisivo. Aunque esta primera temporada (muy breve por su carácter experimental y de tanteo de audiencias) llegó a buen término cosechando resultados satisfactorios hasta su fin, la continuidad de la serie quedó en entredicho cuando un mes después de haber concluido se anunciaba su cancelación por retirada de uno de los socios inversores. Sin embargo, la BBC divulgó enseguida un comunicado retractándose de estas informaciones, lo que unido a la buena acogida del público, más que de la crítica especializada, hace pensar que habrá futuras partes de Krod Mandoon (la salida en edición DVD de la temporada 1 respalda esta sospecha).
La serie se puede ver al completo y del tirón como si fuera una película de unas 2 horas para hacer la experiencia más fluída. Naturalmente aún no ha sido doblada al español (se rumoreaba que el canal encargado de emitirla en nuestras pantallas podría ser Paramount Comedy) y tal vez sea mejor así, pues se me antoja mucho más disfrutable en la versión original con subtítulos en castellano (que circula por la red y encontraréis sin ninguna dificultad). En este sentido, no seré yo quien ponga faltas al trabajo altruista de los aficionados que se encargaron en su momento de realizar la difícil tarea de subtitular la cinta; no obstante los diálogos de ciertas escenas y los juegos de palabras o dobles sentidos de determinados gags son ligeramente inexactos y alguno que otro se pierde inevitablemente con la traducción.
Krod Mandoon | ||||
Flesh Snorkel | ||||
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Desde aquí os la recomiendo sinceramente si lo que queréis es pasar un rato muy divertido y no os chirría mezclar los géneros de la comedia y la fantasía, a mi entender en absoluto reñidos. Seguro que vais a pasarlo bien, pues abundan las escenas memorables con las que no podréis evitar echaros unas risas, como la impagable secuencia de asalto a la guarida del cíclope de Elluvia, el encuentro con las súcubos del bosque de la Muerte Segura o las disparatadas idioteces del Canciller de Hessemeel. En la web de Comedy Central podéis ver muchos más trailers y otras curiosidades en torno al fenómeno que ha levantado esta tronchante miniserie. Ojalá no tardemos demasiado en anunciar su esperada continuación.
4 comentarios:
La vi hace tiempo, me pareció muy divertida, jeje Es muy sano hacer un poco de parodia del género fantástico, por que es una pena que haya tantos y tantos libros que son tópicos con patas. La serie es en este sentido un soplo de aire fresco
He oído hablar de ella pero aún no la he visto. a ver si hago un hueco en mi apretada agenda... Quizá me de alguna idea nueva para Magia&Acero...
Jordi, estoy seguro de que Aneka tiene mucho en común con Ashla e Ihana :D
he visto Xeena por que no darle una opotunidad a esto, si llega algun dia aca.
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