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jueves, 25 de diciembre de 2008

Cuimhne: El fuego distante


Antes de empezar a escribir esta entrada, y trayendo a la memoria un recuento de algunas lecturas de este año, como de tantas otras cosas teniendo en cuenta las fechas en las que estamos, he caído en que una parte importante de los artículos de esta sección (que, dada mi lamentable falta de tiempo, no equivalen ni a la mitad de lo leído durante 2008) se corresponden con obras de factura española. Sólo habría dos explicaciones para esto: que prácticamente mis lecturas de comic se centrasen en producto nacional (cosa q no es así, pues no pongo muchas fronteras en ese sentido) o que la calidad de los títulos españoles haya resaltado por encima del resto lo suficiente para motivarme a hablar en varias ocasiones de unos y no de los otros. Es lo que supongo que ocurre y algo de ello hay en Cuimhne, lanzamiento reciente de la editorial Dolmen, de los noveles Kike Benlloch (guión) y José Domingo (dibujo).

Una buena campaña de promoción (con sesiones de firmas por gran parte de la geografía y fuerte presencia en los últimos salones) y un largo vistazo en la tienda, suponen que me lleve Cuimhne: El fuego distante a casa, con un poco de incertidumbre, para qué negarlo. La bisoñez de sus autores y un dibujo no del todo lo que acostumbro a ver suscitan mis dudas sobre un historia que en realidad, a priori, pinta muy bien. Total, que ni crisis ni leches: a pesar de los 15 € -ya anticipo que bien invertidos- me hago con mi ejemplar y me dispongo a pasar un buen rato leyendo este tebeo sobre mujeres y espadas; una combinación siempre interesante.


La historia está dividida en dos capítulos que nos narran sendos episodios de la vida de Cuimhne durante diferentes etapas temporales de su existencia. Una de las premisas que expone la sinopsis del tebeo es que los acontecimientos que se suceden entre ambas historietas cambian drásticamente de un periodo a otro, pero Cuimhne sigue siendo la misma. Y esto es una gran realidad, pues en la figura de esta joven 'monja guerrera', experimentada curandera, legisladora y estratega, pero ante todo mujer, se sostiene como un velo permanente una imagen de serenidad, espiritualidad y templanza que atraen su atención sobre el lector de forma inmediata y de principio a fin.

Desde la primera parte, como protagonista indiscutible (a la que se observa 'muy viajada', pese a su juventud) vemos que se ha apartado de la vida palaciega que le corresponde vía parentesco en favor de una existencia plácida en una pequeña aldea rivereña, al abrigo de un insondable santuario de gigantes. Allí ejerce como mujer para todo: educa a los más jovenes, asiste a los enfermos y ofrece su parecer a quienes acuden a ella en busca de consejo, como miembro de la asamblea del lugar. Una auténtica matriarca, que despierta la admiración y el respeto de la mayoría, aunque siempre habrá quienes, alimentando su egoísmo para desgracia de la comunidad, desatiendan sus indicaciones. Una epidemia de fiebres y un misterioso asesinato desatan la alarma, pero no es más que el comienzo de los males que sacuden a la humilde comarca minera, que esconde un grave secreto desde tiempos inmemoriales y extrañamente atrae la mirada de toda clase de enemigos, desde las jaurías de lobos salvajes a los temibles y desconocidos jinetes blancos.


En el segundo episodio nos topamos con una Cuimhne mucho más solemne, pero igual de profunda en sus acciones, que vaga por los caminos y concede el último consuelo a quienes, abrumados por el peso de la culpa y el pasado, ya no son capaces de seguir en pie. Pero de la noche a la mañana se verá enrolada en una misión que, bajo la máscara de falsas ideologías y un supuesto ánimo de cohesión, entraña conspiraciones políticas e intrigas de poder del cada vez más coercitivo imperio que controla las provincias. Sin duda, tras un comienzo en el que Cuimhne parece no seguir un rumbo claro, tendremos la ocasión de ver en esta segunda parte a la protagonista más desenvuelta en escenas que requieren de sus dotes de hábil negociadora y de líder guerrera, desenvainando su sable letal cual experimentada samurai.


La historia de este volumen se sitúa en una época indeterminada, así como en un lugar no precisado de forma específica, pero de innegable inspiración oriental. Destila una cierta sensación opresiva y de inexorable nostalgia, de una humanidad que socava sus principios, que hubiera agotado las esperanzas (del mismo modo que los yacimientos de Baile Na Muileann), perdida en la superstición y en un clima de oscuridad que empaña los buenos propósitos de los que, como Cuimhne, tratan de devolver a los demás la fe en si mismos e inculcar, a menudo en vano, que el individuo puede ayudar a mejorar el estado de la colectividad.


Desde el momento de diseñar este tebeo hasta llevarlo a la fecha de su publicación se deduce una buena sintonía entre el equipo artístico, con un guión intenso capaz de mantener en vilo al lector y un dibujo, ágil pero no desmañado, que le va como anillo al dedo al primero. A este dibujo de profusas sombras y lápiz rápido pero seguro, que resalta la expresividad y emocionalidad de los rostros, le encuentro sin embargo como punto algo más flaco justamente su llaneza en determinados planos fisonómicos cercanos de varios personajes, que contrastan con los fondos y la línea general del comic; línea que, eso sí, mantiene una elaborada secuencialidad de unas viñetas a otras. Teniendo en cuenta que se trata del primer trabajo que ve la luz de José Domingo, habrá que estar atentos a su futura evolución, pues por ahora parece bastante prometedor.

La aventura que se narra en este tomo no va a defraudar a nadie. Y si bien al comienzo resulta algo confusa (pues reconozco que inicialmente me perdí un poco con los jinetes blancos y el conflicto existente entre la aldea y la manada lobuna) enseguida se le coge el hilo. Goza de unos personajes (entre los que obviamente destaca con luz propia su protagonista) que no se quedan ni mucho menos en lo anecdótico, como Nathair -la némesis de Cuimhne- y Sean, ambos dotados de gran fuerza y sacudidos por contradicciones internas, dignos de ser analizados. El segundo episodio, en el que se aprecia que ha habido un proceso creativo más intenso y el aspecto técnico está mucho más pulido, dispone un comienzo dramático magistral que entronca paulatinamente a la perfección con los sucesos de la parte inicial de la obra.

Al formato que Dolmen ha aplicado en este volumen único de más de 100 páginas, con una excelente encuadernación y el tipo de papel que da gusto ir pasando (puede parecer una bobada, pero son cosas que importan), sólo le podemos poner una pega: que la edición se haya quedado finalmente sin ningún tipo de los extras previstos; ¿por qué? Se puede uno resarcir, al menos, con algunos de los bocetos que vemos en el blog de José Domingo.


La posibilidad de seguir a Cuimhne es tentadora, sobre todo con un final tan abierto como el de El fuego distante. Quiera que la unión y el buen hacer de sus autores nos obsequie con algún tipo de continuación un día de estos. La gran Cuimhne no se merece menos.

2 comentarios:

EduXavi dijo...

Obra que ha sido una grata sorpresa este año y de la que esperemos que haya una continuidad de sus personajes en próximas historias, así como habrá que estar muy atento en un futuro al prometedor talento que atesora José Domingo en sus manos.

Jorge Iván Argiz dijo...

Me alegra mucho que te haya gustado. KIKE sí tenía experiencia anterior pero el descubrimiento de JOSÉ DOMINGO fue realmente sorprendente, de esos de quedarte conla boca abierta al ver lo que podía hacer.

No sé si CUIHMNE regresará en el futuro o no, pero me alegra que de momento ya vaya dejando adeptos, jeje.

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