
En el caso de Jordi Bayarri, esto es doblemente cierto, pues desde que unió su trayectoria a la de la editorial Aleta, es fácil verle en alguna de las ferias del comic (recientemente en la de Granada) que cada vez con mayor popularidad se celebran a lo largo de nuestra geografía. Este incansable y versátil autor valenciano (lo de incansable porque muchos pensamos que no duerme, por lo prolífico de su trabajo, y lo de versátil porque se mueve estupendamente entre géneros y además se encarga él mismo de guión, dibujo y color) pone en práctica su primera incursión en lo puramente fantástico con este entretenido comic, si bien mucho de lo que aquí se diga es igualmente válido para su serie regular -íntimamente relacionada con Piel de Dragón, en realidad- de Entre Tinieblas. Porque, aunque su obra más conocida, Magia y Acero, también se sitúa en un marco de espada y brujería, sin duda es más reconocible por su marcado carácter erótico.
Desde que se embarcara en su particular periplo con el colectivo 7 Monos, Bayarri no ha dejado de crear. Una colaboración con su compañero de profesión y amigo Victor Santos para sacar adelante Alien College, el incesante trabajo que ha ido desarrollando con Magia y Acero, recurriendo a la autoedición, el curioso tomo único Titán del Pasado (una de esos comics de ciencia ficción en un mundo primitivo que, personalmente, me encantan) y finalmente el tebeo que nos ocupa, que da paso inmediatamente a la estupenda serie Entre Tinieblas, su reto más ambicioso hasta el momento (tampoco olvidar un proyecto personal de publicación online de comics para adultos: Enchantae). Y así hasta hacerse con el premio Expocomic 2007 a mejor guionista nacional. Confieso que lo que más admiro de este hombre son sus ganas y su valentía por abrirse camino en un escenario tan adverso como es el del comic en España.

Y cuento ya un poco de que trata la historia de Beryl Mediodragón. Aunque siendo lector habitual de Entre Tinieblas cuesta hablar de este comic sin establecer referencias cruzadas con la serie regular que lo sucede. De este modo, en Piel de Dragón se perfilan muchos de los rasgos que caracterizan precisamente a Entre Tinieblas, y que van mucho más allá de la presencia de su protagonista en las páginas de una y otra obra.
Beryl es un misterioso viajero, por su condición diría que de una edad indeterminada, aquejado de una extraña enfermedad de mutación para la cual busca cura, o al menos información sobre la misma y sus consecuencias. En su camino llega hasta la ciudadela de Jyssmär, cuna de magos, para consultar al consejo de sabios de la urbe, pero en el recorrido es acosado por varios componentes de los Llhÿr, temido y despreciado pueblo de mercenarios nómadas de Anthaggar.
Antes de llegar a su destino se produce un encuentro fortuíto con Theera, joven aprendiz de la escuela de magia de la ciudad, metida en apuros al verse envuelta en una reyerta en los bosques cercanos. Tras librarla de sus agresores, Beryl es acogido por Theera y su amigo, el elfo Ávalar, junto a quienes se recupera de las fatigas del viaje y a los que confía su secreto. Enseguida sus nuevos compañeros se mostrarán dispuestos a ayudarle, acompañándole en busca de respuestas incluso hasta Alunk, la ciudad de los mercenarios. Pero los Llhÿr, contratados por el rey Ragan de Zivaran con oscuros propósitos, irán tras sus pasos. Y no serán los únicos en seguir la pista al medio dragón, pues una extraña conspiración contra el rey también pondrá su seguridad en entredicho.

Si bien Piel de Dragón estaba pensado en un principio para salir como miniserie de cuatro números, en formato grapa, como la historia estaba concluída en el momento que se decidió su publicación, finalmente se optó por un tomo único de 100 páginas, lo cual me parece que fue la elección más adecuada que se podía tomar al respecto, amén de que la edición es bonita y ha sido cuidada por Aleta. Destaca en este trabajo de Bayarri la aplicación del color, que para mi gusto mejora en Entre Tinieblas, pecando aquí por momentos de cierta opacidad, con una hábil alternancia de luces y sombras. El estilo gráfico del autor y su estudio de las proporciones es muy particular, y quizá pueda no gustar a todo el mundo. Pero a mi me resulta muy agradable y diáfano; idóneo para el tono aventurero de la historia. Además, nunca he visto a nadie que dibuje de forma parecida a Jordi: no sabría con quien compararle, de ahí el punto de originalidad que le encuentro a sus maneras.

¿Qué más os váis a encontrar en este recomendable tebeo? Pues un simpático cameo de las protagonistas de Magia y Acero, que sin duda contribuyen a crear un punto de humor en los acontecimientos. Atentos también al mercenario Daenir y a los guiños que de cara al futuro proporciona este personaje y sus actos. Y si a esto unimos viñetas que despliegan belleza y capacidad imaginativa como las que muestran la ciudad de Alunk, enclave legendario de reminiscencias mesopotámicas que engrandece la percepción que tenemos de Anthaggar, no queda más que proponeros que os enganchéis a esta narración con continuidad en la que la frescura y el entretenimiento surgen, como la espada de Beryl, de sopetón, en cuanto empecéis a meteros entre sus páginas, que os van a conducir irremediablemente a seguir leyendo las aventuras de Beryl en Entre Tinieblas.

Tras consolidar su carrera con M&A, y gracias a un tesón que a la larga ha dado sus frutos, Jordi ha podido dedicarse en exclusiva a este difícil mundo de la historieta, consiguiendo que la evolución en cada uno de sus nuevos lanzamientos quede patente, y trayéndonos muestras como esta Piel de Dragón al que el entretenimiento, el buen gusto y la distracción sin ambages le son innegables. Seguiremos hablando de Entre Tinieblas, que ahí hay que cortar mucha tela.

Ficha técnica:
Piel de Dragón
Aleta Ediciones. Col. Balas Perdidas
Guión, dibujo y color: Jordi Bayarri
Rústica, color. 100 pag. 12 €
7 comentarios:
La verdad es que es admirable lo prolífico de Jordi. Un montón de proyectos y de ideas que saca adelante él solo.
No sé cómo lo hace.
De momento, te voy a robar a tu colorista...
¡Bwa-ha-haa!
¡Aaaaagh!, ¡maldito!
He destripado gente por menos que eso.
¡Pues tráete tu acero al próximo salón del cómic al que vengas y nos batiremos si hace falta!
Así que ahora os disputáis a coloristas y entintadores mediante el noble arte del duelo :D
Es que la chica lo vale. Ehem...
Ehem...
Publicar un comentario