Consciente de que seguramente sea una generalización no muy fina por mi parte, lo cierto es que el hecho de que gran parte de la producción de cómic americano esté centrada en el género superheroico no me deja demasiadas oportunidades de leer y comentar obras de vertiente fantástica de esa nacionalidad. Lo que es indudable es que en Europa existe una mayor inclinación a creaciones dentro de esta categoría. Pero eso no quiere decir que no se encuentren formidables tebeos de procedencia yanki e índole fantástica capaces de conectar con toda clase de públicos, y para muestra ahí tenemos a Elfquest, Sandman, Bone o las adaptaciones de Dragonlance, por citar sólo unos pocos.
Saga, la última serie —abierta y sin duración estimada aún— del ya prestigioso guionista Brian K. Vaughan, junto al dibujo de Fiona Staples, es el más reciente ejemplo de que los USA tienen mucho, muchísimo, que decir en el campo de la ficción fantástica en este medio. Actualmente por su entrega, o issue, nº 18 (agrupadas posteriormente en tapa dura en número de seis, tal como se está editando en España), Saga es una combinación épica de fantasía y space opera que, por atrevido que suene decirlo, tiene toda la pinta de convertirse en obra de culto del cómic. Ganadora en 2013 de tres premios Eisner y del Hugo a Mejor Historieta Gráfica, está siendo extensamente aclamado allí donde se publica, siendo Image Comics quien se encarga originalmente de su salida mensual.
Pero, antes de seguir cubriéndola de laureles, vayamos al grano... ¿en qué consiste Saga? Pues se trata ante todo de la historia de una pareja cuya culpa es haberse enamorado, siendo cada uno de ellos de una especie diferente. Este hecho, que no debería suponer motivo de discordia para nadie que no tenga que ver con los propios interesados, se convierte en una carrera por la supervivencia al pertenecer ambos a estirpes rivales en una guerra sin cuartel que se prolonga indefinidamente por la galaxia. Los habitantes de Terrada y de su satélite, Guirnalda, han llevado su lucha fratricida a otros mundos, sin un asomo de que uno u otro bando se alce con la victoria definitivamente.
La unión de Alana, de la feérica etnia oriunda de Terrada, y de Marko, nativo de Guirnalda, cuyos pobladores poseen una apariencia astada que podríamos asociar a la de los faunos, cuestiona los móviles más hondos del enfrentamiento sin sentido entre las dos especies; circunstancia que se acrecienta cuando la pareja engendra un vástago —una niña, de nombre Hazel, para ser más exactos— que convierte a la recién formada familia en objetivo del desprecio, la ira y la persecución sin tregua de ambas facciones. La relación de Alana y Marko mancilla el honor de las razas en disputa, mientras el fruto de su vínculo desacredita todo razonamiento para sostener el conflicto. Deben ser eliminados.
Hostigados por lo más elevado de la diplomacia aliada y por sofisticados asesinos a sueldo contratados por miembros de los clanes opuestos, la pareja deberá sortear los peligros con su bebé en brazos, tratando de respetar la consigna de no violencia en la que creen firmemente (cosa que no siempre será muy factible), en busca de un lugar seguro donde puedan afianzar la familia y cultivar su afecto al margen de la guerra.
El tema principal en torno al que gira esta saga, valga la redundancia, es la familia. El título mismo de la serie quiere hacer referencia, además de al inmediato sentido de la epopeya de corte legendario, a la acepción del término generacional. Así, las páginas de este tebeo por entregas no ocultan guiños confesos a la experiencia personal del autor ante su reciente paternidad, teniendo como reflejo las dificultades a las que se enfrentan sus protagonistas para arropar y proteger el núcleo familiar que están empezando a forjar. Es más, el mismo Vaughan reconoce en la pequeña Hazel una «encarnación ficcional» de su propia hija. Pero esta materia no lo abarca todo, obviamente. Si no, estaríamos ante una obra de un calado muy distinto a la que se nos presenta...
Porque las influencias que se citan, de sobra conocidas por quienes ya os hayáis internado en esta serie, son obras tan universales como Star Wars, El Señor de los Anillos, Romeo y Julieta o Juego de Tronos, entre otras. Seguro que no os suena a algo nuevo el entorno de un conflicto galáctico a gran escala, o la ambientación épica al contemplar a los seres que pueblan sus escenarios fabulados, como tampoco los obstáculos sobre este romance alienígena y las intrincadas maniobras de los que quieren ponerle veto. Pero, por espinoso y complejo que parezca, fantasía, ciencia ficción, aventura y drama se ensamblan con armonía en Saga, teniendo por efecto una lectura a la que raro es que cualquier aficionado a estas vertientes no quede imperdonablemente enganchado.
A Brian K. Vaughan se le dice hijo pródigo del noveno arte que, tras haberse labrado un probado renombre como el artífice de ovacionados títulos, tales como Runaways (para Marvel), Los leones de Bagdad, Ex Machina e Y, el último hombre (magnífica serie que también sigo ahora gracias a la actual reedición de ECC), abandona el medio gráfico para lanzarse al mundo audiovisual. Por eso su regreso a la comunidad comiquera con Saga es recibido con los brazos abiertos y acogido por Image Comics, editorial con la que se asegura carta blanca y que le garantiza tanto el respeto a los derechos de propiedad asociados a su obra, como la ausencia de injerencias en cuestiones creativas.
Y es que una de las cosas que más destacan a primera vista de esta historieta de género es su carácter transgresor, que ya de entrada se prevé en ese epígrafe de la contraportada: "para lectores adultos". Deslenguada y sin tapujos, Saga no omite detalles que resultarían escabrosos para otras obras de fantasía más soft, por decirlo de algún modo; tales como exabruptos, muestras de violencia con ensañamiento o referencias sexuales muy explícitas (la diminuta escena sobre una pantalla, por ejemplo, de una felación homo le valió la censura inicial de Apple para sus aplicaciones de lectura de cómics).
Detalles —polémicos para algunos— aparte, entre los recursos de los que el autor hace uso figura la narración en tercera persona, a la que da voz la misma Hazel como cronista de la historia de sus padres, que comienza precisamente con su nacimiento, con flashbacks puntuales para aclarar cómo la pareja llega a conocerse. Sabiendo un poco de la trayectoria de Vaughan, el argumento, estructurado en forma de ciclos, posee los suficientes cliffhangers y acción para hacer que no se pierda el interés un segundo y que estos dos capítulos publicados hasta la fecha hayan atraído buen número de seguidores de las andanzas de Alana y Marko. Pero sin duda lo realmente grande de este cómic es la fuerza que poseen sus personajes, creíbles, humanos, cargados de carisma.
Nuestros protagonistas esenciales forman parte en un primer momento de las tropas regulares alistadas por sus respectivos planetas para luchar contra el enemigo. Ella, una soldado de la especie alada, tecnológicamente desarrollada, a la que han destinado al planeta-prisión Grieta. Él, miembro de la cornuda raza diestra en las artes mágicas, combatiente hecho prisionero y enviado a ese inhóspito lugar. Podríamos resumirlo en la historia chico conoce a chica, se enamoran y cuestionan los principios marcados por sus autoridades y acatados dócilmente por sus correligionarios. Pero la relación de Marko y Alana va más allá, mostrándonos no sólo su postura en esa 'objeción de conciencia' compartida, sino también sus miedos como padres primerizos que intentan ponerse a salvo de la locura colectiva que se despliega a su alrededor.
Lógicamente en esa huída a ninguna parte van surgiendo otros personajes a quienes la condición de secundarios no les resta un ápice en su magnitud de grandes partícipes del relato, con una personalidad muy discurrida y que se dejan comprender en sus razones y estímulos. Destacan aquellos que persiguen el rastro de la incipiente familia, como el Príncipe Robot IV, con una caracterización gráfica curiosa donde las haya, que empeña en la búsqueda intereses personales ajenos a una guerra de la que también se muestra hastiado. Y especialmente La Voluntad, el implacable mercenario integrado en la casta de los Autónomos (no confundir con los trabajadores con furgoneta que nuestro fisco está estrangulando), que acepta la misión bajo encargo. Uno de esos tipos serios y duros, acompañado por su chivata gata de la mentira, muy a lo Bruce Willis, que hacen las delicias de todo lector. Añadámosle una babysitter ectoplásmica, la prometida despechada de Marko y los suegros de Alana, y ya tenemos un repertorio principal más que nutrido.
Fiona Staples, dibujante de la serie, considerada una de las mejores artistas norteamericanas actuales de la industria y muy inspirada en obras de condición fantástica (como Las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis) no sólo da vida a toda esta pintoresca galería de personajes, sino también a un universo de apariencia muy peculiar. Como se apunta en el prólogo de la edición española que recoge el segundo ciclo, desde el comienzo de la narración llegamos a un mundo ya establecido que exige del lector la «percepción de lo extraordinario como cotidiano» y lo convierte en espectador de un escenario en el que conviven con naturalidad la ciencia y la magia. El arte de Staples, en un trazo de lápiz y tinta, otorga de verosimilitud a todo el conjunto, obteniendo un diseño visual estupendo del que personalmente me gustaría resaltar la gran expresividad con la que dota a los personajes, siempre en simetría con los diálogos y situaciones propuestos por su colega. También a cargo del color, aplica gamas muy del estilo animación japonesa y el campo de los videojuegos. Yo sólo la conocía por algún relato publicado aquí de Northlanders.
El factor que lleva la trama a desarrollarse en mundos aparte, llenos de escenarios exóticos habitados por seres del más variado pelaje, como en toda buena space opera, da lugar a los trasfondos ideales para que la dibujante se explaye en su oficio y conceda espacio a sus preferencias temáticas. Alas y cuernos no pertenecen a un único patrón gráfico, pero además nos encontramos con criaturas tan grotescas y extravagantes como especiales, sin caer en ningún caso en el absurdo (me viene a la memoria el personaje de El Tallo, otra de los autónomos en liza, o la proxeneta Mamá Sol). Que uno de los secundarios con mayor cuota sea un tipo que lleva plantado un monitor por cabeza, y que —tras la sorpresa inicial— al poco nos resulte completamente creíble en su actuar, es consecuencia directa de la buena sintonía que los autores han logrado traspasar a página.
Para coronar el asunto de esta ambientación magistral, hay pequeños detalles gloriosos con el sello personal de Vaughan, como el del azul, el lenguaje natural de los indígenas de Guirnalda que utilizan Marko y los suyos, y que no tiene nada de inventado para la ocasión, ya que no es otro que el utópico esperanto. Sírvanse ustedes de traducir los diálogos en azul para comprobarlo. ¡A mí me ha parecido una curiosidad genial!
Planeta deAgostini Cómics ya nos ha procurado los dos primeros arcos argumentales que, como decía antes, vienen en un par de tomos de tapa dura, al igual que en el formato recopilatorio americano, reuniendo todas las portadas de los números originales y con sendos preámbulos. El primer arco supone una introducción a los personajes principales y la situación de partida de la historia, en la que puede decirse que nos montamos casi en marcha, con el alumbramiento de Hazel y la búsqueda de una escapatoria de Grieta hacia otro sistema planetario, poniendo distancias respecto a sus perseguidores. En el segundo ciclo el cerco se estrecha, y al mismo tiempo que nuevos personajes, en particular de la familia de Marko, entran en escena, se esclarecen las condiciones en que tomaron contacto los amantes protagonistas. El próximo mes de mayo llegará el Capítulo Tres, y dado que mi intención es seguir comentando los siguientes episodios, no quisiera alargar más esta introducción preliminar, así que vamos a dejarlo aquí por ahora.
Quizá Saga no sea para tanto, como parte de la opinión más comedida se empeña razonablemente en recordar (sobre todo teniendo en cuenta que la serie apenas está arrancando), pero qué queréis que os diga... personalmente la he disfrutado un montón en todos los aspectos. Así pues, confiaré en que las entregas venideras consoliden el nivel de esta brillante obra de fantasía y aventuras cuyo eje es el amor y la familia.
5 comentarios:
No estoy, ni mucho menos, al último aullido en cómics. Y el tema superhéroes convencionales USA no me tira. Pero ésto de Saga es otra película. Me han encantado los dibujos y la trama huele bien, parece (¡oh!) interesante.
Lo seguiré, y a ver si encuentro algún ejemplar, más temprano que tarde.
Me ha parecido una recomendación estupenda.
Saludos.
Absolutamente genial !!! Me he leido los 2 tomos y alguno mas de estranquis y un guion muy ameno y divertido acompañado de unos dibujos que si bien al principio no me acababan de convencer ahora los encuentro simplemente geniales...
Igor:
A mí tampoco me ha enganchado nunca el entorno de los superhéroes clásicos (últimamente quiero tantear algo de este subgénero, pero en un plan más fresco y actual), ni tampoco el cómic underground norteamericano. Por suerte, aún descartando estas vertientes, hay mucho donde elegir de los USA. Y Saga es un excelente ejemplo en el que argumento y dibujo se encuentran al más alto nivel. Te animo a probarlo; te gustará. ;)
MessieurDugarry:
Yo prefiero esperar a mayo para leer las siguientes entregas, aunque ya he visto algo por ahí de los últimos issues en inglés. Pero afortunadamente la traducción de la edición española es muy buena. En mi caso, también el dibujo de Staples me ha ido atrapando cada vez más según avanzaba la serie.
¡Saludos!
Estoy totalmente de acuerdo con tu reseña, Jolan. En todo. A mi también me ha gustado mucho la presentación de la historia, y sobre todo la ambientación del universo que han creado los autores y los personajes, llenos de carisma y con un dibujo muy expresivo.
Pero sí, está empezando y habrá que ver cómo sigue la cosa. De momento solo he leído el primer tomo, a ver si puedo hacerme pronto con el segundo, antes de que se me acumule con el tercero!
El 2º tomo te molará también, ya lo verás, Raist. Con la introducción de nuevos personajes y el avance de la trama, se lee de un tirón. Y en mayo el siguiente...
No he querido pasarme de entusiasta precisamente por ser aún el comienzo de la serie, pero lo que lleva me ha gustado un montón y por eso le he dado un nota muy alta.
¡Saludos!
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