Luguy - Léturgie (Dargaud. 1996)
Grijalbo/Dargaud (1996 - redistribución Norma: 2009)
Edición original: L'Arcantane Noire
Grijalbo/Dargaud (1996 - redistribución Norma: 2009)
Edición original: L'Arcantane Noire
Atención: este artículo puede revelar detalles sobre el argumento.
Este año me he prometido no hacer esperar durante tanto tiempo a uno de los caballeros medievales que más sigo del mundo del cómic, así que trataré de ponerme un poco al día con la relectura de la colección (de cuya etapa clásica ya he ido dando cuenta por aquí) así como de las reseñas que me faltan. De modo que vuelvo ahora sobre Perceván con una de sus aventuras independientes, aparentemente más pausada que las emociones vividas a lo largo del ciclo de Ainock, pero no libre de inquietantes sucesos y en continuidad con los avatares del osado hidalgo pelirrojo en la citada trilogía previa.
El Arcano Negro, noveno álbum de la serie, fue quizás el más duro de encontrar de la edición en castellano de Grijalbo, unos años antes de que se produjese la redistribución de Norma. No sé por qué razón siempre era uno de los más complicados de conseguir hasta que volvió a ponerse a la venta en 2009. Es también para mi gusto, por cierto, el que cuenta con una de las portadas más bonitas y atrayentes de toda la colección.
Al finalizar la historieta anterior, Perceván quedaba sometido a la excesiva e injusta sentencia del destierro, decretada por el propio monarca debido a los graves incidentes que sacudieron el país tras ser liberados —de manera involuntaria por el caballero— los siete Señores del Infierno (pese a que también gracias a su intervención logró poner freno a esa terrible amenaza). Así pues, Perceván y Kervin se ven obligados a poner tierra por medio, yendo a parar a un ancho valle rodeado de montañas que se extiende más allá del reino, bajo el control de pequeñas baronías a varias jornadas a caballo de distancia entre sí.
Cinco jinetes aprovechan la oscuridad de la noche, lejos de miradas ajenas, para hacer desaparecer discretamente a una mujer en la hoguera improvisada sobre un bote a orillas de un lago. Cuando abandonan el lugar de la fechoría no se percatan de que Perceván, testigo casual de la escena, ha salvado a su víctima, la bella Moriana de Altovalle, acusada de brujería. Apenas repuesta de la conmoción, ésta última ruega a nuestro héroe que la ayude a recuperar el Arcantano Negro, un objeto mágico forjado antaño por el poderoso Zielmar y que ahora se encuentra en manos de sus agresores. Aunque Kervin desconfía desde el primer momento al advertir algo maligno en Moriana, el caballero accede a la petición de la dama, asi que los caminos de ambos se separan de inmediato.
Arrastrando su aflicción por las desavenencias con su viejo amigo, Kervin y su fiel Guimly hacen parada en el castillo de uno de los barones, donde se entera de quién es realmente Moriana y que la vida de Perceván corre un serio peligro. Pero, ¿llegará a tiempo de avisarle antes de que no haya vuelta atrás? ¿Y podrá Perceván desprenderse del encantamiento de Moriana y averiguar el secreto del Arcantano?
Nos encontramos ante el primer tomo que prescinde del guión de Xavier Fauche, presente desde casi los comienzos de la serie, quedando éste a cargo ya exclusivamente de Jean Léturgie, y la verdad es que se nota. Si bien el punto de partida de la aventura es estupendo y hace presagiar un argumento de tensión y misterio, circunstancia que se extiende durante unos dos tercios de la historia (aproximadamente hasta la llegada a la fragua de Zielmar), la trama se enmaraña innecesariamente y su intriga se desinfla hacia el final, resuelto de un modo muy confuso, cuando debería ser al contrario.
Es verdad que los planes de Moriana son demasiado obvios desde un principio, pero al margen de este hecho, existían las condiciones necesarias para haber extraído del guión mucho más jugo: el recurso de desarrollar gestas distintas con un Perceván en el exilio —menos encorsetado, por tanto, al código de caballería—, los extraños parajes de cumbres nevadas y pequeños feudos en lontananza, el doble juego de la bruja, etc. El caso es que en todas las ocasiones que he leído este número siempre me ha quedado la sensación de no tener claro cómo y para qué funciona el Arcantano ni la propia fragua de Zielmar, o la falta de explicaciones sobre el papel de Úfiro y de los enanos que custodian su refugio.
Creo incluso que se pierden viñetas en incluir más personajes de los que hubiera hecho falta, sea el caso de la oportuna aparición deus ex machina de Balkis (¿no habría sido mejor que el propio héroe se desenvolviese por si mismo esta vez?) En fin, los argumentos de Perceván siempre han tenido algo de ambiguos y difíciles de entender, pero seguramente Fauche le podría haber dado la puntada exacta al hilo para que la trama quedase cerrada adecuadamente y sin tantos interrogantes.
Visualmente el álbum es todo un espectáculo; con Philippe Luguy pletórico en cada plancha y una aplicación del color estupenda, a cargo de Cyril Lieron (parece que los autores no acabaran de quedar conformes con un entintador definitivo para su obra). Por si no lo había comentado anteriormente, me gusta mucho cómo dibuja Luguy los corceles (¡y también a las féminas, cómo no!)
Y vamos con la sección de cameos, una constante en la serie, como ya sabéis. Lo característico de los rostros de los cinco gentilhombres entre los que se mueve la confabulación contra Moriana hace pensar en seguida en una sucesión de caricaturas de amigos y cercanos de los autores. Podemos confirmar que esto es así al menos en cuanto al Barón Juan, parodia del presentador, escritor de novela y autor de cómic francés Jean Teulé (La tienda de los suicidas). Y, por otra parte, este volumen se ofrece como homenaje hacia algunos grandes de la línea clara de la BD: el Barón Ivón es un fiel reflejo del difunto Gilles Chaillet (creador de Vasco y varios episodios de Los Viajes de Alix), pero sobre todo hay escondido un velado guiño nada menos que a Hergé, de quien Luguy confiesa que «tuvo la amabilidad de darme algunos consejos cuando me inicié en el oficio». Hablo en concreto de una viñeta de la página 48, idéntica en su ejecución a la que podemos encontrar en la página 53 del álbum de Tintín - Vuelo 714 para Sydney (una vez más quiero manifestar mi agradecimiento a Rik, de la web francesa de Perceván, por descubrirnos todas estas curiosidades).
Hay una cuestión bastante singular relativa a este tomo que sin duda habréis detectado leyendo el artículo y es que desde el principio he señalado su título como El Arcano Negro; en cambio, al mencionar el artefacto objeto de los anhelos de Moriana, me he estado refiriendo en todo momento al Arcantano Negro. Todo apunta a un absurdo error de traducción de Grijalbo (perpetuado por Norma al no haber lanzado una segunda tirada de este número), ya que en la edición original francesa figura el término —ficticio y sin traducción alguna— como "arcantane". Bien es cierto que suena mucho mejor lo de arcano, pero a lo que no hallo sentido es que se optara por una versión libre de este vocablo en la portada... ¡y que luego en el interior se repita una y otra vez como arcantano! Incógnitas sin la menor lógica...
Resumiendo: aunque no se trate de la mejor aventura de Perceván, contamos con una historieta amena y como siempre brillante en el plano gráfico (sobre todo por los vivaces escenarios) en la que se podría haber acentuado mucho más la condición sobrevenida de caballero andante —y ahora errante— del héroe (faceta que guarda un gran encanto), pero que sin embargo deja algún que otro aspecto por pulir. Eso sí, hay cosas que nunca cambian, como la indefensión de Perceván ante una cara bonita y las curvas femeninas, aunque eso le suele acarrear problemas a menudo. Y en vista de la viñeta final ¿podemos suponer el regreso de los enanos de Zielmar..?
Como no hay novedades que destacar de la serie últimamente (sigue en preparación el álbum número 15 en Francia, mientras que aquí Norma aún no ha dicho cuándo tiene planeado publicar el 14º), me despido por hoy con las portadas de la edición integral americana. Resulta sorprendente tratándose de BD europea, pero así es: Perceván hace unos años que cruzó el charco para darse a conocer en USA. A propósito de la próxima entrega, ya os contaré más sobre algunas extravagancias insólitas de esta edición.
3 comentarios:
Tendré que echar una relectura a este tomo. Cuando lo leí en su día, la verdad es que me gustó mucho, pero ahora que comentas ciertos puntos, lo tendré que ver desde una nueva luz, jajaja. De todos modos, siempre pensé que podrían haber exprimido un poco más la historia -aunque lo pasé en grande con el jueguecito de engaños que aparece en el álbum-... podrían acabar trayendo a los enanos de vuelta, tal vez no hayamos visto aún todo lo que puede dar de sí este argumento.
¡Saludos! :D
Buena recomendación. Los había visto en tienda pero nunca me he decidido. Será cuestión de hacerme un replanteo sobre esta saga.
Carai, lo de la traducción, totalmente incomprensible. En cambio, lo de los cameos, buenísimo. Y porque lo has señalado, que si no... Habría que tener una memoria visual alucinante.
Y en algo, remoto, eso sí, me han recordado al estilo de dibujo de otro par de autores franceses, los de Valerian.
Saludos.
Hola Nickrar. Te esperaba por aquí, porque recuerdo que me comentaste que este álbum te había gustado bastante. :)
Es una buena aventura, pero para mi gusto podría haber dado más de sí y convertirse en uno de los mejores tomos, porque apuntaba maneras. Sobre todo porque el comienzo promete mucho, sin embargo luego se va un poco por los cerros de Úbeda. Aunque gráficamente me encanta, eso sí, como todos los Perceván.
Lo de los enanos no es descartable, teniendo en cuenta que a Luguy le gusta repescar antiguos personajes...
Muy buenas, Igor.
Sí, lo de la traducción a veces es que no tiene nombre. No me parecería mal que le adaptasen el título si luego lo hubieran mantenido en páginas interiores, pero esto.. ¿¡?!
Verás, el tema de los guiños y cameos por parte de los autores de Perceván es algo recurrente; raro es el álbum que no contiene algún detalle así. Unos son más evidentes y se descubren fácil, pero otros -como la reprise de la viñeta de Tintín en este número- yo también sería incapaz de dar con ellos. El mérito lo tienen los fans franceses del enlace que he citado.
Si te animas a darle una oportunidad a la colección, ya me contarás...
¡Ah, Valerian! Mítica colección, en especial por los primeros tomos, que son los que mejor conozco. Empecé a comprar los integrales y a ver si los continúo, por cierto. Algún día le tengo que dedicar una reseña a conciencia.
Saludos!
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