Me resulta un poco difícil meterme en la crítica de este primer volumen de la saga El Vatídico (como podría haber sido, en realidad, en la de cualquier otra novela de fantasía) mientras ando liado en estos momentos en la lectura de Canción de Hielo y Fuego, pero -en un ejercicio de abstracción- voy a intentar apartar momentaneamente la cabeza de Poniente para aportar mis impresiones sobre el debut literario de la estadounidense Margaret Ogden, quien firma sus trabajos como Robin Hobb. Después de todo, aunque diría que salvando importantes distancias, hasta existe cierto paralelismo entre la obra de Hobb y la de George R. R. Martin. Para empezar, nos encontramos ante obras (casi coetáneas, por cierto; de mediados de los 90 ambas) en las que el hilo conductor del relato se aleja claramente de los clichés más clásicos de la fantasía. La disparidad de razas y el recurso mágico, al menos, no son las notas predominantes en esta literatura que se viene gestando durante los últimos años. Más bien, el interés se centra en la psicología de un desarrollado abanico de personajes y en las relaciones, tirando a enrevesadas tramas nobiliarias, que surgen entre ellos. Lo que hace pensar en una especie de nueva corriente que deja ver alguna influencia entre unas obras y otras, como si deseara de forma manifiesta marcar lo que vendría a ser una nueva etapa del género fantástico. No en vano estos autores que podríamos englobar en la misma generación se rinden hasta cierto tributo entre sí, y el propio Martin ha declarado su admiración por la obra de la que vamos a hablar hoy. Así que centrémonos ya en ella.
Hasta las mismas novedades del mes pasado, con el libro que cierra la colección, lo hemos estado anunciando por aquí; y es que desde hace tan sólo unos pocos meses La Factoría de Ideas decidió reeditar en su colección DeBolsillo la trilogía completa del Vatídico, esta vez en un nuevo formato que agrupa, lógicamente en tres volúmenes, la obra completa, tal como fue concebida en la edición original. Aparte de morder un mayor margen de ventas por tomo, no se me ocurre qué motivos le llevaron a dividir la edición anterior -de unos cuantos años atrás y hoy día ya descatalogada- en seis volúmenes. Con el riesgo, además, de espantar a los aficionados que huyen de colecciones demasiado extensas. Pues si Aprendiz de asesino, que es el título que lleva esta primera parte, indivisible diría yo, ya es de por sí una introducción bastante general a la saga, no quiero ni pensar en qué estado se quedarían los lectores que en su día se tuvieron que conformar con la mitad del mismo antes de poder continuar la lectura. El caso es que con esta nueva edición (que sufre los defectos habituales de los pocket: tapa blanda, letra enana) se subsana en parte esa mala decisión del pasado y podemos tener a nuestro alcance nuevamente esta interesante trilogía fantástica.
Es verdad que la sinopsis de Aprendiz de asesino nos deja de entrada un poco indiferentes, dando la sensación de hallarnos ante el enésimo huérfano llamado a convertirse en héroe, de infancia vivida entre la suciedad de una cuadra, pocilga, o llámese cualquier otro lugar miserable, hasta convertirse en una figura épica del reino. Pero no es exactamente la historia de Traspié, el protagonista de esta historia cuyo nombre (respondiendo a la tradición de aplicársele uno que encaje con su identidad) refleja el desliz cometido por su padre, el muy intachable Hidalgo, primogénito del rey Artimañas y heredero de los Seis Ducados, que fiel a su celo y sensatez se impone la renuncia a la corona, abandonando para siempre la corte para evitar futuras insidias sucesorias. Así, el príncipe Veraz, segundo hijo del monarca, se convierte en Rey a la Espera bajo la suspicaz mirada del menor de los hermanos, el intrigante y caprichoso Regio.
El joven bastardo es acogido en la corte, pero allí vive como un paria, sin reconocimiento alguno. Su tutor es el severo maestro caballerizo de Hidalgo, más acostumbrado a cuidar de las monturas de su señor que tener niños a su cargo. Los primeros años de Traspié en Torre del Alce transcurren sin atenciones, más apegado a los cachorros y otros animales del lugar, con los que mantiene un misterioso y estrecho vínculo, que al resto de los habitantes del castillo. Pero por las venas del niño corre sangre real y ha heredado de esta rama de su familia un conocimiento reservado sólo a unos pocos, la Habilidad.
Artimañas, en honor a su nombre y anticipando futuras maquinaciones en su reinado, sabe que es mejor tener a un bastardo al servicio de la corona que conspirando contra ella, de modo que pronto encarga a su secretario que se encargue personalmente de su adiestramiento. Pero esta preparación está lejos de semejarse a los quehaceres y ocupaciones de un príncipe, pues Traspié habrá de convertirse en el brazo oculto del rey allí donde la diplomacia falla...
Entretanto, una amenaza de ultramar pone en riesgo a los Seis Ducados como nunca antes se había visto en su crónica de asaltos y conquistas: los Corsarios de la Vela Roja, además del saqueo y la destrucción más brutales, se han entregado a un perverso ritual que enloquece a quienes se interponen frente a sus siniestros navíos.
Ya podemos intuir que el argumento se va a mover entre intrigas de palacio y secretos de antecámara, que el mismo Traspié, a modo de biografía en lo que parece ser el ocaso de sus días, nos va describiendo con detalle. La narración es por tanto en primera persona y en general resulta ágil, aunque tiene algunos momentos en los que se resiente. Tengamos en cuenta que esta primera novela no tiene otro objetivo que introducirnos en los sucesos venideros, y por más que se diga de lectura independiente, no se entendería del todo sin contar con sus continuaciones: Asesino real y La búsqueda del asesino, ya disponibles también en esta nueva edición.
El título de este inicio de la trilogía no puede ser más acertado, pues asistimos a la formación, casi inconsciente al principio, del joven y maleable Traspié a todos los niveles: cuidando de las monturas, ejercitándose con las armas, practicando con la antigua escritura del reino y hasta soportando las excéntricas lecciones de Lady Paciencia; capítulos que nos permiten ir conociendo un poco mejor el entorno y los personajes alrededor de los que se va a ir desarrollando la historia (gracias, también, al pequeño epígrafe que antecede cada episodio). Quizá esta parte pueda hacerse más lenta, pero con las primeras misiones de Traspié y su instrucción a escondidas en las artes del asesinato empieza la verdadera acción, así como durante su adquisición de los fundamentos básicos de la Habilidad.
Entre el conjunto de numerosos personajes que aparecen ya en el primer libro encontramos de todo, pero es de agradecer que haya tanto 'malos' sutiles (que no por fácilmente reconocibles, como Regio o el odioso Galeno, caen en el prototipo del antagonista ancestral) como 'buenos' no impecables, sino afectados de debilidades que los hacen en exceso santurrones e incluso rencorosos, como bien podrían ejemplarizar Veraz o el caballerizo Burrich. De hecho, por desgracia, quizá el más plano de todos, al menos durante buena parte de este primer tomo, sea el propio Traspié, en ocasiones tan atontado que dan ganas de meterse en la piel de Burrich y soltarle uno de sus pescozones para que espabile. Pasado cierto punto del libro parece que abandona, felizmente, esa inacción y apatía que le caracteriza durante no pocas páginas, en parte gracias a la disyuntiva moral que le supone asumir el cargo que tendrá que desempeñar en adelante. Quizá sea Chade, el instructor en el arte de matar -limpiamente y con inteligencia- uno de los personajes más estimulantes.
Si bien apuntábamos antes que se prescinde de la magia como tal, al contrario de lo que estamos acostumbrados en tantas publicaciones de fantasía, Robin Hobb introduce en su lugar la llamada Habilidad: una especie de conexión mental a larga distancia, combinada con cierta destreza predictiva y de inducción en el pensamiento ajeno (de donde entiendo que deriva el término que da nombre a la saga: The Farseer en su original inglés; que podemos dar por bien traducido como Vatídico por aquello del carácter augur de su poseedor, digo yo). Pero además Traspié detenta la facultad de la Maña; una poderosa empatía animal, de la que se adelanta que su abuso podría abocar a convertir hombre y bestia en uno solo. Este don innato y tan reprobado de Traspié provocará, sin embargo, algunas de las escenas más intensas y emotivas de todo el libro y se vislumbra su relevancia con su madurez en los próximos volúmenes.
Como es lógico, los escenarios no pasan por ser muy variados aún. Buena parte de esta aventura no va más allá de los salones y patios de Torre del Alce, pero coincidiendo con los momentos en que se empieza a animar la trama no tardamos en atisbar todo un complejo mundo, el de los Seis Ducados y todavía más allá, del que por ahora Traspié sólo recorrerá una pequeña porción, quedando reservado para el resto de la trilogía muchos otros lugares por descubrir.
Finalizando el comentario de este volumen inicial, antaño partido en un bis titulado La diplomacia del asesino, entre traiciones, luchas de poder y confabulaciones, llegamos a presenciar incluso algún flirteo amoroso del protagonista, que se revela quizá poco destacado a estas alturas de la obra, pero que seguro tendrá su repercusión en el futuro. Y para los adeptos a la literatura de terror, hasta contiene algún guiño a elementos de este tipo, si atendemos a la aparición de los llamados forjados, una suerte de zombis, tan de actualidad hoy.
Bien, por ahora lo dejamos aquí, en espera de continuar con Asesino real (que de momento queda aparcado hasta finales del verano), con este positivo principio de la serie; sin duda una lectura adictiva y amena, pero algo coja hasta verse completada con el resto de hazañas de Traspié en los siguientes volúmenes. Hablaremos, igualmente, de otras obras de Robin Hobb inspiradas también en este mismo mundo de los Seis Ducados.
Hasta las mismas novedades del mes pasado, con el libro que cierra la colección, lo hemos estado anunciando por aquí; y es que desde hace tan sólo unos pocos meses La Factoría de Ideas decidió reeditar en su colección DeBolsillo la trilogía completa del Vatídico, esta vez en un nuevo formato que agrupa, lógicamente en tres volúmenes, la obra completa, tal como fue concebida en la edición original. Aparte de morder un mayor margen de ventas por tomo, no se me ocurre qué motivos le llevaron a dividir la edición anterior -de unos cuantos años atrás y hoy día ya descatalogada- en seis volúmenes. Con el riesgo, además, de espantar a los aficionados que huyen de colecciones demasiado extensas. Pues si Aprendiz de asesino, que es el título que lleva esta primera parte, indivisible diría yo, ya es de por sí una introducción bastante general a la saga, no quiero ni pensar en qué estado se quedarían los lectores que en su día se tuvieron que conformar con la mitad del mismo antes de poder continuar la lectura. El caso es que con esta nueva edición (que sufre los defectos habituales de los pocket: tapa blanda, letra enana) se subsana en parte esa mala decisión del pasado y podemos tener a nuestro alcance nuevamente esta interesante trilogía fantástica.
Portadas de la edición anterior, desdoblada en dos tomos
Es verdad que la sinopsis de Aprendiz de asesino nos deja de entrada un poco indiferentes, dando la sensación de hallarnos ante el enésimo huérfano llamado a convertirse en héroe, de infancia vivida entre la suciedad de una cuadra, pocilga, o llámese cualquier otro lugar miserable, hasta convertirse en una figura épica del reino. Pero no es exactamente la historia de Traspié, el protagonista de esta historia cuyo nombre (respondiendo a la tradición de aplicársele uno que encaje con su identidad) refleja el desliz cometido por su padre, el muy intachable Hidalgo, primogénito del rey Artimañas y heredero de los Seis Ducados, que fiel a su celo y sensatez se impone la renuncia a la corona, abandonando para siempre la corte para evitar futuras insidias sucesorias. Así, el príncipe Veraz, segundo hijo del monarca, se convierte en Rey a la Espera bajo la suspicaz mirada del menor de los hermanos, el intrigante y caprichoso Regio.
El joven bastardo es acogido en la corte, pero allí vive como un paria, sin reconocimiento alguno. Su tutor es el severo maestro caballerizo de Hidalgo, más acostumbrado a cuidar de las monturas de su señor que tener niños a su cargo. Los primeros años de Traspié en Torre del Alce transcurren sin atenciones, más apegado a los cachorros y otros animales del lugar, con los que mantiene un misterioso y estrecho vínculo, que al resto de los habitantes del castillo. Pero por las venas del niño corre sangre real y ha heredado de esta rama de su familia un conocimiento reservado sólo a unos pocos, la Habilidad.
Artimañas, en honor a su nombre y anticipando futuras maquinaciones en su reinado, sabe que es mejor tener a un bastardo al servicio de la corona que conspirando contra ella, de modo que pronto encarga a su secretario que se encargue personalmente de su adiestramiento. Pero esta preparación está lejos de semejarse a los quehaceres y ocupaciones de un príncipe, pues Traspié habrá de convertirse en el brazo oculto del rey allí donde la diplomacia falla...
Entretanto, una amenaza de ultramar pone en riesgo a los Seis Ducados como nunca antes se había visto en su crónica de asaltos y conquistas: los Corsarios de la Vela Roja, además del saqueo y la destrucción más brutales, se han entregado a un perverso ritual que enloquece a quienes se interponen frente a sus siniestros navíos.
Ya podemos intuir que el argumento se va a mover entre intrigas de palacio y secretos de antecámara, que el mismo Traspié, a modo de biografía en lo que parece ser el ocaso de sus días, nos va describiendo con detalle. La narración es por tanto en primera persona y en general resulta ágil, aunque tiene algunos momentos en los que se resiente. Tengamos en cuenta que esta primera novela no tiene otro objetivo que introducirnos en los sucesos venideros, y por más que se diga de lectura independiente, no se entendería del todo sin contar con sus continuaciones: Asesino real y La búsqueda del asesino, ya disponibles también en esta nueva edición.
El título de este inicio de la trilogía no puede ser más acertado, pues asistimos a la formación, casi inconsciente al principio, del joven y maleable Traspié a todos los niveles: cuidando de las monturas, ejercitándose con las armas, practicando con la antigua escritura del reino y hasta soportando las excéntricas lecciones de Lady Paciencia; capítulos que nos permiten ir conociendo un poco mejor el entorno y los personajes alrededor de los que se va a ir desarrollando la historia (gracias, también, al pequeño epígrafe que antecede cada episodio). Quizá esta parte pueda hacerse más lenta, pero con las primeras misiones de Traspié y su instrucción a escondidas en las artes del asesinato empieza la verdadera acción, así como durante su adquisición de los fundamentos básicos de la Habilidad.
Entre el conjunto de numerosos personajes que aparecen ya en el primer libro encontramos de todo, pero es de agradecer que haya tanto 'malos' sutiles (que no por fácilmente reconocibles, como Regio o el odioso Galeno, caen en el prototipo del antagonista ancestral) como 'buenos' no impecables, sino afectados de debilidades que los hacen en exceso santurrones e incluso rencorosos, como bien podrían ejemplarizar Veraz o el caballerizo Burrich. De hecho, por desgracia, quizá el más plano de todos, al menos durante buena parte de este primer tomo, sea el propio Traspié, en ocasiones tan atontado que dan ganas de meterse en la piel de Burrich y soltarle uno de sus pescozones para que espabile. Pasado cierto punto del libro parece que abandona, felizmente, esa inacción y apatía que le caracteriza durante no pocas páginas, en parte gracias a la disyuntiva moral que le supone asumir el cargo que tendrá que desempeñar en adelante. Quizá sea Chade, el instructor en el arte de matar -limpiamente y con inteligencia- uno de los personajes más estimulantes.
Si bien apuntábamos antes que se prescinde de la magia como tal, al contrario de lo que estamos acostumbrados en tantas publicaciones de fantasía, Robin Hobb introduce en su lugar la llamada Habilidad: una especie de conexión mental a larga distancia, combinada con cierta destreza predictiva y de inducción en el pensamiento ajeno (de donde entiendo que deriva el término que da nombre a la saga: The Farseer en su original inglés; que podemos dar por bien traducido como Vatídico por aquello del carácter augur de su poseedor, digo yo). Pero además Traspié detenta la facultad de la Maña; una poderosa empatía animal, de la que se adelanta que su abuso podría abocar a convertir hombre y bestia en uno solo. Este don innato y tan reprobado de Traspié provocará, sin embargo, algunas de las escenas más intensas y emotivas de todo el libro y se vislumbra su relevancia con su madurez en los próximos volúmenes.
Como es lógico, los escenarios no pasan por ser muy variados aún. Buena parte de esta aventura no va más allá de los salones y patios de Torre del Alce, pero coincidiendo con los momentos en que se empieza a animar la trama no tardamos en atisbar todo un complejo mundo, el de los Seis Ducados y todavía más allá, del que por ahora Traspié sólo recorrerá una pequeña porción, quedando reservado para el resto de la trilogía muchos otros lugares por descubrir.
Finalizando el comentario de este volumen inicial, antaño partido en un bis titulado La diplomacia del asesino, entre traiciones, luchas de poder y confabulaciones, llegamos a presenciar incluso algún flirteo amoroso del protagonista, que se revela quizá poco destacado a estas alturas de la obra, pero que seguro tendrá su repercusión en el futuro. Y para los adeptos a la literatura de terror, hasta contiene algún guiño a elementos de este tipo, si atendemos a la aparición de los llamados forjados, una suerte de zombis, tan de actualidad hoy.
Bien, por ahora lo dejamos aquí, en espera de continuar con Asesino real (que de momento queda aparcado hasta finales del verano), con este positivo principio de la serie; sin duda una lectura adictiva y amena, pero algo coja hasta verse completada con el resto de hazañas de Traspié en los siguientes volúmenes. Hablaremos, igualmente, de otras obras de Robin Hobb inspiradas también en este mismo mundo de los Seis Ducados.
6 comentarios:
Hola Jolan!
Qué casualidad yo empecé "Aprendiz de Asesino" ayer mismo. Y debo decir que me está gustando más de lo que esperaba.
Lo más positivo es que Factoria publique la trilogía en bolsillo, porque sin duda es una de esas historias que uno debería leer si te mola la Fantasía, por eso yo me tiré de cabeza y empecé a comprarmela, y ya los tengo los tres.
Un saludo!
Pues yo tengo la primera edición que sacó La Factoría en seis "cómodos" volúmenes, buen dinero me dejé en ella (creo que casi unos noventa doblones en total, imagina).
Reconozco que tan sólo he leído el primer libro, estoy a la espera de que algún día me entren las ganas de leer el segundo, porque la verdad es que la historia no me llamó especialmente, aunque reconozco que resulta en cierto modo fresca, está escrito de forma amena, y todo eso. Aparte de que ha supuesto el pistoletazo de salida para todas esas novelas de fantasía protagonizadas por asesinos que están tan de moda últimamente.
Ahora que has hablado de ella seguramente me apetezca más leer la segunda parte (bueno, las segundas partes, en mi edición :D).
Un saludo.
Pues sí, Sogad, la publicación en bolsillo ha permitido que muchos hayamos podido acceder a esta trilogía que tanto nombre tiene entre la literatura fantástica de los últimos años. Cuando hayas terminado el primer volumen, no dudes en comentar por aquí que te ha parecido!
Loren:
Es verdad que es una historia con sus altibajos; yo no me leería tampoco los tres libros seguidos porque creo que puede saturar un poco así del tirón. Por eso he aparcado momentáneamente el segundo.
Una faena lo de los seis volúmenes, pero son decisiones editoriales de las que todos somos víctimas en un momento u otro. Al menos ya tienes la saga completa.
Saludos!
Pues la verdad es que yo no suelo leerme las sagas seguidas... y esta supongo que me pasará igual,jeje.
Jolan sí, me pasaré para comentar que tal me ha ido!!
Al igual que Loren yo me leí la "cómoda" edición en 6 tomos aunque no me arrepiento en absoluto de la inversión.
Quizá una de las mejores que he hecho en estos últimos años y que ha pasado a formar parte de las sagas que recomiendo a amigos y conocidos cuando la ocasión lo merece.
Hola Aven.
Yo tengo que seguir con la saga, que me quedé parado en este primer volumen y no la he continuado aún...
Luego ha aparecido la de "Las Leyes del Mar", así que la cosa veo que sigue adelante.
Saludos.
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