Luguy - Léturgie - Fauche (Dargaud. 1992)
Grijalbo/Dargaud (1992 - redistribución Norma: 2008)
Edición original: Les seigneurs de l'enfer
Edición original: Les seigneurs de l'enfer
Atención: este artículo puede revelar detalles sobre el argumento.
Va siendo hora de retomar las andanzas de nuestro pelirrojo favorito; y sobre todo teniendo en cuenta la fatídica situación en que le dejamos al finalizar la aventura previa... Los Señores del Infierno constituye el nudo del llamado Ciclo de Ainock, la aventura más extensa vivida por Perceván hasta la fecha. Sin más demoras, recapitulemos un poco lo sucedido hasta ahora, puesto que han pasado bastantes meses desde que hablamos del álbum anterior.
Incitados por el brujo Cienciencias y bajo el mecenazgo de un misterioso señor, el barón de Piedramuerta y su siervo Polemic logran robar a Sharlaan un poderoso objeto capaz de desatar las fuerzas de los cuatro elementos y atraer una hueste infernal sobre la tierra: el escudo de Ainock el Viejo, cruel hechicero de tiempos inmemoriales. Sharlaan pide ayuda a Perceván para recuperar el escudo o, como último recurso, proteger el paradero del único lugar desde donde éste puede cobrar uso. En cambio, a pesar de sus esfuerzos, sus enemigos consiguen anticiparse a las claves para averiguar que se trata del castillo de Miunicornio y, una vez allí, despertar a una avanzadilla de seis invulnerables guerreros infernales. Perceván trata de oponerse a que la ceremonia tenga lugar, pero sucumbe ante las terroríficas energías liberadas por la invocación, perdiendo su alma y quedando su envoltura carnal como una cáscara vacía.
Así pues, este volumen supone la primera aventura de Perceván que realmente no está protagonizada por él mismo, en contra de lo que nos pueda parecer de un vistazo rápido a la portada y páginas interiores. Hostigados por uno de los señores del infierno, Sharlaan y Kervin (junto a esa especie de zombi andante en que se ha convertido Perceván) huyen hacia el castillo de Balkis y de su hermana Altaïs, que reaparecen en esta entrega. Ambas son capaces de efectuar un ritual de transferencia que permita a Sharlaan ocupar el cuerpo del malogrado héroe; una táctica en cierto modo prevista por el mago (para gran indignación de Kervin al enterarse de sus propósitos) consciente de que sólo con la vitalidad y la juventud que le proporcionarán la anatomía del caballero estaría en condiciones de enfrentarse -con la fuerza de la magia y de la espada a la vez- a Cienciencias y al enmascarado promotor de sus oscuros designios.
Estamos, por tanto, ante una historieta donde contemplar a Perceván desde un prisma totalmente diferente, tal cual le ocurre al mismo bonachón de Kervin, que no sabe demasiado bien cómo tratar al que, sólo en apariencia, es su viejo amigo, sin dejar de sorprenderse por actitudes, reacciones y un exceso de prudencia de su compañero a los que no está acostumbrado y que le recrimina constantemente, aunque intente guardarle un afectado respeto: "Perceván habría intervenido" o "Mi señor es un rajado" son algunas de las malhumoradas expresiones que le oiremos exclamar.
Los planes de Percevan-Sharlaan pasan por infiltrarse en Miunicornio, el origen mismo de este nuevo mal, para poner coto a Cienciencias y detener a los Señores del Infierno, quienes precisan la renovación del ritual cada luna llena para regenerarse a costa de las almas de cientos de inocentes capturados y esclavizados, siguendo así con la invasión del país bajo las órdenes del felón cuya identidad permanece oculta en todo momento por un yelmo. Por su parte, Piedramuerta y Polémic vuelven a hacer de las suyas, tramando alternativamente chapuceras conspiraciones que tan pronto les hacen caer en desgracia como golpes de agudeza que les rescatan de sus miserias. A su vez, Cienciencias reconstruye a la desesperada la ruinosa fortaleza con la finalidad de encontrar la tabla de esmeralda, un mítico santuario donde yacen consignados todos los saberes y de la que Ainock el Viejo extrajo sus conocimientos. Los corredores que serpentean bajo Miunicornio acabarán conduciendo a nuestros héroes hacia un épico enfrentamiento de resultado impredecible contra el mismo señor del infierno que retiene el espíritu de Percevan.
Dado que la narración prosigue en el siguiente tomo, éste nos deja de nuevo con la intriga propia de un capítulo intermedio en la saga y una angustiosa escena final de la que es difícil intuir su salida. Se agradece que el desarrollo argumental ideado por Léturgie y Fauche, más inclinado esta vez a una enredada acción y al complot que al humor, se mantenga uniforme y sepa aportar un grado de misterio bien sostenido de la primera página a la última. El elemento mágico está muy presente durante este ciclo y es un novedoso golpe de efecto ver a Perceván, o a su encarnación momentánea en este álbum, enfrascado en la realización de prácticas esotéricas (las consecuencias de que Sharlaan haya ocupado el cuerpo de Perceván van a dejar una profunda huella en el futuro de la serie y su protagonista, como iremos viendo más adelante). Por otra parte, en una apuesta por atraer a los seguidores de la colección desde sus comienzos, los autores han recurrido a un plantel casi completo de personajes aparecidos hasta el momento a los que no veíamos las caras desde hace mucho.
Poco más que añadir a la impecable labor de Luguy que no se haya dicho ya. El incesante ambiente lluvioso que oprime la mayoría de las planchas de este número queda muy bien reflejado, obteniendo deprimentes escenarios cuya intencionalidad es la de apreciarse de forma indefinida bajo una plomiza cortina de lluvia, realzadas además con las siniestras y oscuras tonalidades que le aportan las tintas de Chagnaud. El dibujante se permite además una estupenda splash page en el momento adecuado y tira asimismo de pequeños trucos como el de teñir de azul los ojos del héroe para indicarnos la usurpación de su personalidad y apoyar gráficamente el giro de guión ideado por sus colegas. Sin embargo, hay que reprocharle cierta carencia de originalidad ante determinadas semejanzas gráficas que no se nos pueden escapar tras el análisis atento que proporciona una relectura, tal como aquella entre los jinetes diabólicos del tercer álbum con la de estos Señores del Infierno, ataviados de mantos hechos jirones y yelmos de acero, armados todos con espadas ígneas; pero también por el manido ingenio de ocultar hasta el último momento el rostro del malo de turno bajo un casco, máscara o similar, que volveremos a encontrar en los últimos tomos publicados.
¿Cómo saldrán Kervin y un Perceván, que ya no es tal, del atolladero en que se hallan metidos? ¿Hasta dónde alcanzará la destrucción que están llevando a cabo los Señores del Infierno? Y Cienciencias... ¿dará con la ubicación exacta de la tabla de esmeralda que le otorgará poderes hasta ahora nunca vistos? Las respuestas, en el tercer y último volumen de este asombroso ciclo.
Respecto a cuestiones editoriales que afectan a la colección, señalar una buena y una mala noticia. La mala: que si deseáis disfrutar de esta aventura (y de las otras dos que componen la trilogía de Ainock) no os queda más remedio que optar por la censurable redistribución de Grijalbo que Norma realizó al poner de nuevo a Perceván en el mercado; hecho que no tiene pinta de variar en tanto no se agoten existencias del citado stock para todos los álbumes que se han quedado sin nueva edición. La buena es que ya tenemos una fecha cerrada y en teoría definitiva para la aparición del número 13 en Francia; será en apenas un mes, el próximo 4 de junio y ya mismo podéis ver el diseño de presentación y varias páginas de muestra, por cortesía de la web oficial de Perceván en el siguiente enlace:
Incitados por el brujo Cienciencias y bajo el mecenazgo de un misterioso señor, el barón de Piedramuerta y su siervo Polemic logran robar a Sharlaan un poderoso objeto capaz de desatar las fuerzas de los cuatro elementos y atraer una hueste infernal sobre la tierra: el escudo de Ainock el Viejo, cruel hechicero de tiempos inmemoriales. Sharlaan pide ayuda a Perceván para recuperar el escudo o, como último recurso, proteger el paradero del único lugar desde donde éste puede cobrar uso. En cambio, a pesar de sus esfuerzos, sus enemigos consiguen anticiparse a las claves para averiguar que se trata del castillo de Miunicornio y, una vez allí, despertar a una avanzadilla de seis invulnerables guerreros infernales. Perceván trata de oponerse a que la ceremonia tenga lugar, pero sucumbe ante las terroríficas energías liberadas por la invocación, perdiendo su alma y quedando su envoltura carnal como una cáscara vacía.
Así pues, este volumen supone la primera aventura de Perceván que realmente no está protagonizada por él mismo, en contra de lo que nos pueda parecer de un vistazo rápido a la portada y páginas interiores. Hostigados por uno de los señores del infierno, Sharlaan y Kervin (junto a esa especie de zombi andante en que se ha convertido Perceván) huyen hacia el castillo de Balkis y de su hermana Altaïs, que reaparecen en esta entrega. Ambas son capaces de efectuar un ritual de transferencia que permita a Sharlaan ocupar el cuerpo del malogrado héroe; una táctica en cierto modo prevista por el mago (para gran indignación de Kervin al enterarse de sus propósitos) consciente de que sólo con la vitalidad y la juventud que le proporcionarán la anatomía del caballero estaría en condiciones de enfrentarse -con la fuerza de la magia y de la espada a la vez- a Cienciencias y al enmascarado promotor de sus oscuros designios.
Estamos, por tanto, ante una historieta donde contemplar a Perceván desde un prisma totalmente diferente, tal cual le ocurre al mismo bonachón de Kervin, que no sabe demasiado bien cómo tratar al que, sólo en apariencia, es su viejo amigo, sin dejar de sorprenderse por actitudes, reacciones y un exceso de prudencia de su compañero a los que no está acostumbrado y que le recrimina constantemente, aunque intente guardarle un afectado respeto: "Perceván habría intervenido" o "Mi señor es un rajado" son algunas de las malhumoradas expresiones que le oiremos exclamar.
Los planes de Percevan-Sharlaan pasan por infiltrarse en Miunicornio, el origen mismo de este nuevo mal, para poner coto a Cienciencias y detener a los Señores del Infierno, quienes precisan la renovación del ritual cada luna llena para regenerarse a costa de las almas de cientos de inocentes capturados y esclavizados, siguendo así con la invasión del país bajo las órdenes del felón cuya identidad permanece oculta en todo momento por un yelmo. Por su parte, Piedramuerta y Polémic vuelven a hacer de las suyas, tramando alternativamente chapuceras conspiraciones que tan pronto les hacen caer en desgracia como golpes de agudeza que les rescatan de sus miserias. A su vez, Cienciencias reconstruye a la desesperada la ruinosa fortaleza con la finalidad de encontrar la tabla de esmeralda, un mítico santuario donde yacen consignados todos los saberes y de la que Ainock el Viejo extrajo sus conocimientos. Los corredores que serpentean bajo Miunicornio acabarán conduciendo a nuestros héroes hacia un épico enfrentamiento de resultado impredecible contra el mismo señor del infierno que retiene el espíritu de Percevan.
Dado que la narración prosigue en el siguiente tomo, éste nos deja de nuevo con la intriga propia de un capítulo intermedio en la saga y una angustiosa escena final de la que es difícil intuir su salida. Se agradece que el desarrollo argumental ideado por Léturgie y Fauche, más inclinado esta vez a una enredada acción y al complot que al humor, se mantenga uniforme y sepa aportar un grado de misterio bien sostenido de la primera página a la última. El elemento mágico está muy presente durante este ciclo y es un novedoso golpe de efecto ver a Perceván, o a su encarnación momentánea en este álbum, enfrascado en la realización de prácticas esotéricas (las consecuencias de que Sharlaan haya ocupado el cuerpo de Perceván van a dejar una profunda huella en el futuro de la serie y su protagonista, como iremos viendo más adelante). Por otra parte, en una apuesta por atraer a los seguidores de la colección desde sus comienzos, los autores han recurrido a un plantel casi completo de personajes aparecidos hasta el momento a los que no veíamos las caras desde hace mucho.
Poco más que añadir a la impecable labor de Luguy que no se haya dicho ya. El incesante ambiente lluvioso que oprime la mayoría de las planchas de este número queda muy bien reflejado, obteniendo deprimentes escenarios cuya intencionalidad es la de apreciarse de forma indefinida bajo una plomiza cortina de lluvia, realzadas además con las siniestras y oscuras tonalidades que le aportan las tintas de Chagnaud. El dibujante se permite además una estupenda splash page en el momento adecuado y tira asimismo de pequeños trucos como el de teñir de azul los ojos del héroe para indicarnos la usurpación de su personalidad y apoyar gráficamente el giro de guión ideado por sus colegas. Sin embargo, hay que reprocharle cierta carencia de originalidad ante determinadas semejanzas gráficas que no se nos pueden escapar tras el análisis atento que proporciona una relectura, tal como aquella entre los jinetes diabólicos del tercer álbum con la de estos Señores del Infierno, ataviados de mantos hechos jirones y yelmos de acero, armados todos con espadas ígneas; pero también por el manido ingenio de ocultar hasta el último momento el rostro del malo de turno bajo un casco, máscara o similar, que volveremos a encontrar en los últimos tomos publicados.
¿Cómo saldrán Kervin y un Perceván, que ya no es tal, del atolladero en que se hallan metidos? ¿Hasta dónde alcanzará la destrucción que están llevando a cabo los Señores del Infierno? Y Cienciencias... ¿dará con la ubicación exacta de la tabla de esmeralda que le otorgará poderes hasta ahora nunca vistos? Las respuestas, en el tercer y último volumen de este asombroso ciclo.
Respecto a cuestiones editoriales que afectan a la colección, señalar una buena y una mala noticia. La mala: que si deseáis disfrutar de esta aventura (y de las otras dos que componen la trilogía de Ainock) no os queda más remedio que optar por la censurable redistribución de Grijalbo que Norma realizó al poner de nuevo a Perceván en el mercado; hecho que no tiene pinta de variar en tanto no se agoten existencias del citado stock para todos los álbumes que se han quedado sin nueva edición. La buena es que ya tenemos una fecha cerrada y en teoría definitiva para la aparición del número 13 en Francia; será en apenas un mes, el próximo 4 de junio y ya mismo podéis ver el diseño de presentación y varias páginas de muestra, por cortesía de la web oficial de Perceván en el siguiente enlace:
6 comentarios:
PERCEVAN es de las series que cuando me fijé en ella ya llevaban demasiados sacados, pero me gusta la historia y el dibujo por lo que espero comprarlos en breve....a no ser que me arruine antes.
¡Éste lo conseguí en las Navidades del año pasado! Mi padre tenía los 6 primeros, y desde pequeño esperé varios años hasta que Norma se puso a redistribuir...
Era muy emocionante, y lo de Sharlaan en el cuerpo de Percevan, una idea interesante. Aunque también se recurre mucho al elemento mágico en estos siguientes álbumes... Pero aun así están muy bien :D
Saludos ;)
Pardi:
Pues como siempre recomiendo en estos casos, anímate con alguno de los números independientes (por ejemplo, el 3) y si ves que te engancha, ya te lanzas con tiempo a por los demás. :)
Nickrar:
Tenerlos heredados de familia debe de suponer que los conserves aún con más cariño si cabe. Sé que esperaste bastante hasta poder continuar la serie con esta entrega; imagino que la espera mereció la pena al final.
Saludos!
Y que lo digas, sólo verlos me recuerdan cuando era pequeño... y como cómic siguen estando bien, aunque los primeros son los que más me gustan (a excepción de El Arcano Negro, que lo leí el año pasado y me gustó muchísimo). Sí, la espera valió la pena... y espero que el año que viene pueda tener en español "Les terres sans retour"...
Saludos ;)
Los primeros tienen un encanto especial, es cierto; aunque yo también he disfrutado mucho los últimos álbumes publicados, los del Apocalipsis. Si el 13 se publica puntualmente en Francia... quién sabe, igual antes de fin de año hasta lo tenemos por aquí.
A ver si hay suerte, y para Navidad nos lo traen a España con una buena traducción y un tamaño de letra aceptable, no vaya a ser que Norma tome el rumbo de otras editoriales y se dedique a vender cómics con letra para pitufos...
Saludos ;)
Publicar un comentario