Pues sí, por fin Avatar. Otra reseña de la película más taquillera de la historia que viene a unirse a las que ya pueblan la blogosfera desde hace un par de meses. Y el motivo para redactarla con tanta tardanza desde su estreno, el pasado Diciembre, se debe ni más ni menos a que no he podido ver la película hasta hace bien poco, tal es volumen de gente que, todavía a estas alturas, atesta las salas de cine (al menos, para el pase en versión 3D). Curioso, para ser una producción tan tirada por los suelos por muchos seguidores de este tipo de cine (que luego se agolpan en las colas para entrar y se acaban conociendo de cabo a rabo todas las particularidades del rodaje y los impronunciables nombres de sus personajes azulados, ehem).
Vaya de entrada que, a pesar de sus éxitos comerciales, James Cameron no es un director muy de mi devoción. Hay algo en este tipo que no acaba de convencerme, y esa especie de obsesión suya por elevar la barrera del presupuesto desorbitado y de romper la taquilla cada vez que presenta un nuevo proyecto, reconozco que hace que me caiga un tanto gordo (aunque la suya sea una postura muy respetable y, supongo, perseguida sin conseguirlo por muchos otros directores de cine). Pero en fin, ¡el caso es que había que verla!
Puesto que la temática sobre la que versa la película está ampliamente extendida, no creo necesario hacer una sinopsis de su argumento (en todo caso, tanto ésta como el trailer ya se encuentran en la agenda de novedades del mes correspondiente), así que voy a limitarme a expresar mi humilde opinión, como la de un espectador más, sobre el film en sus distintas facetas.
Uno de los puntos que más se ha criticado es la ausencia de un guión original y su falta de profundidad (a todos nos suena la ya repetidísima comparación con Pocahontas y Bailando con lobos). Y ciertamente este se trata del apartado más flojo del que adolece y sobre el que se observa menos trabajo de fondo. Aunque la concepción de los avatares como personalidades artificiales y la posibilidad de interactuar mediante ellos con los nativos del planeta sin duda resulta interesante, otras ideas como la del planeta abundante en recursos al que explotar sin reparos morales, una vez han sido esquilmados los de la Tierra, no es precisamente nueva. Como tampoco lo es el enfrentamiento entre la especie indígena benevolente, que vive por y para su entorno natural y mantiene una observancia impecable de la armonía con el medio y de los buenos principios, contra los invasores sin escrúpulos, armados hasta los dientes y dispuestos a destruirlo todo, que de la noche a la mañana se hacen dueños y señores del terreno conquistado por la fuerza. Esto deriva en otro de los puntos más negativos de la cinta, el dualismo de los personajes: los buenos hacen gala de una conducta intachablemente respetuosa, mientras que todos los malos lo son a rabiar, reflejando una constante oposición entre lo mejor y lo peor del carácter humano y Na’vi, sin estados intermedios. Luego ahondaré más en los personajes y la actuación de sus respectivos intérpretes.
Pero qué duda cabe que donde la película da lo mejor de si misma es en la representación del maravilloso y abrumadoramente florido mundo de Pandora. Aquí es donde entra el mensaje ecológico del film, que no por manido deja de ser necesario recordar. Un planeta en el que el verde y el azul son de una pureza inusitada, plagado de fascinantes especies vegetales y de una variada fauna de aspecto primitivo tan asombrosa como letal (a destacar las alucinantes monturas aladas o las bestias reunidas en manada). Un escenario donde la imaginación puede dispararse entre la biodiversidad de sus selvas frondosas, sus escarpados acantilados, sus santuarios naturales, sus montañosos islotes flotantes, etc. Es en este aspecto donde la película realmente puede tener más ganado al espectador ante tan sugerente despliegue visual. Los mismos Na’vi, como especie inteligente del lugar, despiertan mayor interés de lo que realmente se muestra de ellos en pantalla, pese a que durante el aprendizaje de Sully junto a estos seres semifelinos de piel azul veteada nos encontramos ante una lección sobre sus costumbres, su lenguaje propio, de su idiosincrasia para con el entorno que les rodea y, en definitiva, de la forma de vida de esta extraña raza cuya forma de entrar en comunión tanto con animales como plantas se lleva a cabo por medio de una peculiarísima, y un tanto extraña, unión a través de los tentáculos que emergen de sus cabelleras.
Respecto a los responsables de plasmar las impresiones que genera Pandora, debo reconocer que casi desde el principio su protagonista, Jake Sully (Sam Worthington), se me atravesó sobremanera. Sólo a medida que avanzaba la película, especialmente ya próximo el final del metraje, fue desapareciendo esta aversión. Pero al comienzo se me hizo insoportable: un tipo torpe (y no me refiero a su minusvalía) de actitud arrogante, a pesar de llegar al programa de la doctora Augustine sin ninguna experiencia o formación alguna, que cada vez que abría la boca era para soltar comentarios absurdos, desquiciantes y fuera de lugar (los diálogos de los personajes no se pueden decir precisamente muy elaborados, por cierto) o con reacciones estúpidas. Menos mal que, ya digo, a medida que progresa su integración entre los Na’vi parece que se va reformando un poco. Tampoco puedo afirmar que Neytiri (Zoe Saldaña) me pareciese demasiado convincente en su rol, aunque desde luego lo es más que su compañero de reparto. De hecho, he encontrado mayores dotes –tampoco muchas más- interpretativas entre los secundarios. En realidad tanto Sigourney Weaver (doctora Grace Augustine) como Michel Rodríguez (la piloto Trudy Chacón) hacen una vez más de sí mismas en este film (es decir, repiten los papeles en los que estamos acostumbrados a verlas actuar). Como me encanta el fuerte carácter y entereza de la primera, así como la bella cara de mala leche de la segunda, sus respectivos roles me parecieron más resultones. Tanto al coronel malísimo como al cientifiquillo de tres al cuarto no los vi a la altura, aunque al menos consiguen lo que se pretende de sendas figuras: resultar odiosos. Si hay más personajes en la película, no se pueden destacar por su profundidad: el resto de los componentes Na’vi de la comuna del gran árbol madre, así como los demás hombres de la base humana apenas pasan de meros figurantes. De modo que, tanto unos papeles principales más bien flojos unido a la ausencia de actuaciones significativas por parte del resto del reparto, dejan a la película bastante coja en este sentido.
No hace falta decir que prácticamente todos los escenarios naturales, así como los personajes no humanos, han sido generados por ordenador empleando las técnicas más novedosas de efectos especiales... En fin, yo no entiendo de eso, pero la verdad es que los resultados obtenidos en este plano son más que satisfactorios. Por eso, rescatando algunas anécdotas de las que se habla por la web, sorprende que con tales medios puestos sobre la escena y el derroche tecnológico del que se quiere que presuman los incursores humanos, existan incongruencias en el guión como que para encender una antorcha recurran a una cajita de cerillas o decidan volar por los aires un lugar sagrado a base de palets de explosivos comunes.
Al hilo del apartado técnico, existe como ya sabéis la exhibición en 3D (es sobre todo la que aún se mantiene en cartel), una buena opción a considerar teniendo en cuenta las virtudes del film en este apartado. Lo de ponerse unas gafas 3D no deja de tener su gracia, aunque sinceramente el efecto no es tan espectacular (o deja de serlo a los 20 minutos de proyección), algo que también puede deberse a que a priori Avatar no estaba concebida para esta modalidad, que fue incorporada posteriormente (al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con la versión de ‘Alicia en el país de las maravillas’ de Tim Burton, cuyo estreno promete ser un nuevo bombazo). Por otra parte, a mi modo de ver, el uso del 3D en cine no acaba de ser tan cómodo ni estar todo lo perfeccionado que sería deseable (existe un puntual efecto borroso que llega a inducir una ligera sensación de mareo; además las gafas a veces no te permiten abarcar toda imagen en pantalla y son un poco engorrosas, etc.)
En cuanto a la banda sonora que tiene la difícil tarea de cautivar nuestros oídos durante el largo rato sentados en la butaca, debo confesar que el nombre de James Horner a cargo de la misma me hacía presagiar mejores resultados de los que al final se han visto, u oído más bien. Una verdadera lástima que su aportación para Avatar no pase en esta ocasión de modesta, con temas refrito de trabajos anteriores que no destacan especialmente.
Avatar ha despertado todo un fenómeno fan a su alrededor y ya existen varias comunidades virtuales dedicadas exclusivamente a dar cobertura y extender el universo creado por Cameron. La otra cara de la moneda a la crítica que se ha ensañado con su producción viene por parte de un gran número de entusiastas del mundo de Pandora, que enseguida han creado las típicas wikis en distintos idiomas y se han puesto a investigar sobre los vericuetos del rodaje y la documentación que lo respalda. Así, se puede encontrar incluso una página cuyos integrantes se dedican a desarrollar el lenguaje na’vi, como su sistema de creencias espirituales y fondo cultural; tal es la pasión que la forma de vida de esta estirpe ha levantado. Y es que hay mucha gente a la que esta película le ha llegado a emocionar (y no lo digo con ironía, en vista de los sollozos que se presentían en la sala) y en verdad tiene momentos que conmueven, aunque no creo que a tal punto. Lo cierto es que no me importaría ver una segunda parte (se ha anunciado que consistirá en una trilogía) siempre que logren pulirse los defectos de esta primera entrega.
A buen seguro, Avatar acaparará merecidamente los premios técnicos de la cercana ceremonia de los Oscars, pero cualquier otro galardón más allá de estos puede caldear los ánimos de los nominados en el resto de categorías y de la crítica especializada (aunque de la academia norteamericana del cine, la verdad, se puede esperar de todo). Asimismo es más que evidente que se avecina una avalancha de merchandising, fruto de una fuerte campaña de marketing a nivel mundial: ya está anunciada la novelización de lo que vendría a ser una precuela a los hechos narrados en la película, y podemos imaginar una edición especial en DVD llena de extras que se venderá sola, a pesar de la distancia entre ver una película de estas características en la pantalla de cine y la tele de nuestras casas.
Capaz de sorprender más a jóvenes que a mayores, quizá porque los últimos hayamos perdido esa facultad de asombrarnos por todo lo nuevo, la expresión ‘no es para tanto’ refleja en cierto modo mi opinión personal, aunque eso no quiere decir que esta película no me haya gustado; la disfruté, pero creo que menos de lo que esperaba. Simplemente, pienso que tiene puntos muy importantes que mejorar, pero que es perfecta para dejarse llevar y pasar un buen rato entretenido (un rato de casi 3 horas, nada menos) y embriagarse con la belleza de sus imágenes. Aunque suene a un argumento ya repetido hasta la saciedad, lo dicho, hay que verla.
Vaya de entrada que, a pesar de sus éxitos comerciales, James Cameron no es un director muy de mi devoción. Hay algo en este tipo que no acaba de convencerme, y esa especie de obsesión suya por elevar la barrera del presupuesto desorbitado y de romper la taquilla cada vez que presenta un nuevo proyecto, reconozco que hace que me caiga un tanto gordo (aunque la suya sea una postura muy respetable y, supongo, perseguida sin conseguirlo por muchos otros directores de cine). Pero en fin, ¡el caso es que había que verla!
Puesto que la temática sobre la que versa la película está ampliamente extendida, no creo necesario hacer una sinopsis de su argumento (en todo caso, tanto ésta como el trailer ya se encuentran en la agenda de novedades del mes correspondiente), así que voy a limitarme a expresar mi humilde opinión, como la de un espectador más, sobre el film en sus distintas facetas.
Uno de los puntos que más se ha criticado es la ausencia de un guión original y su falta de profundidad (a todos nos suena la ya repetidísima comparación con Pocahontas y Bailando con lobos). Y ciertamente este se trata del apartado más flojo del que adolece y sobre el que se observa menos trabajo de fondo. Aunque la concepción de los avatares como personalidades artificiales y la posibilidad de interactuar mediante ellos con los nativos del planeta sin duda resulta interesante, otras ideas como la del planeta abundante en recursos al que explotar sin reparos morales, una vez han sido esquilmados los de la Tierra, no es precisamente nueva. Como tampoco lo es el enfrentamiento entre la especie indígena benevolente, que vive por y para su entorno natural y mantiene una observancia impecable de la armonía con el medio y de los buenos principios, contra los invasores sin escrúpulos, armados hasta los dientes y dispuestos a destruirlo todo, que de la noche a la mañana se hacen dueños y señores del terreno conquistado por la fuerza. Esto deriva en otro de los puntos más negativos de la cinta, el dualismo de los personajes: los buenos hacen gala de una conducta intachablemente respetuosa, mientras que todos los malos lo son a rabiar, reflejando una constante oposición entre lo mejor y lo peor del carácter humano y Na’vi, sin estados intermedios. Luego ahondaré más en los personajes y la actuación de sus respectivos intérpretes.
Pero qué duda cabe que donde la película da lo mejor de si misma es en la representación del maravilloso y abrumadoramente florido mundo de Pandora. Aquí es donde entra el mensaje ecológico del film, que no por manido deja de ser necesario recordar. Un planeta en el que el verde y el azul son de una pureza inusitada, plagado de fascinantes especies vegetales y de una variada fauna de aspecto primitivo tan asombrosa como letal (a destacar las alucinantes monturas aladas o las bestias reunidas en manada). Un escenario donde la imaginación puede dispararse entre la biodiversidad de sus selvas frondosas, sus escarpados acantilados, sus santuarios naturales, sus montañosos islotes flotantes, etc. Es en este aspecto donde la película realmente puede tener más ganado al espectador ante tan sugerente despliegue visual. Los mismos Na’vi, como especie inteligente del lugar, despiertan mayor interés de lo que realmente se muestra de ellos en pantalla, pese a que durante el aprendizaje de Sully junto a estos seres semifelinos de piel azul veteada nos encontramos ante una lección sobre sus costumbres, su lenguaje propio, de su idiosincrasia para con el entorno que les rodea y, en definitiva, de la forma de vida de esta extraña raza cuya forma de entrar en comunión tanto con animales como plantas se lleva a cabo por medio de una peculiarísima, y un tanto extraña, unión a través de los tentáculos que emergen de sus cabelleras.
Respecto a los responsables de plasmar las impresiones que genera Pandora, debo reconocer que casi desde el principio su protagonista, Jake Sully (Sam Worthington), se me atravesó sobremanera. Sólo a medida que avanzaba la película, especialmente ya próximo el final del metraje, fue desapareciendo esta aversión. Pero al comienzo se me hizo insoportable: un tipo torpe (y no me refiero a su minusvalía) de actitud arrogante, a pesar de llegar al programa de la doctora Augustine sin ninguna experiencia o formación alguna, que cada vez que abría la boca era para soltar comentarios absurdos, desquiciantes y fuera de lugar (los diálogos de los personajes no se pueden decir precisamente muy elaborados, por cierto) o con reacciones estúpidas. Menos mal que, ya digo, a medida que progresa su integración entre los Na’vi parece que se va reformando un poco. Tampoco puedo afirmar que Neytiri (Zoe Saldaña) me pareciese demasiado convincente en su rol, aunque desde luego lo es más que su compañero de reparto. De hecho, he encontrado mayores dotes –tampoco muchas más- interpretativas entre los secundarios. En realidad tanto Sigourney Weaver (doctora Grace Augustine) como Michel Rodríguez (la piloto Trudy Chacón) hacen una vez más de sí mismas en este film (es decir, repiten los papeles en los que estamos acostumbrados a verlas actuar). Como me encanta el fuerte carácter y entereza de la primera, así como la bella cara de mala leche de la segunda, sus respectivos roles me parecieron más resultones. Tanto al coronel malísimo como al cientifiquillo de tres al cuarto no los vi a la altura, aunque al menos consiguen lo que se pretende de sendas figuras: resultar odiosos. Si hay más personajes en la película, no se pueden destacar por su profundidad: el resto de los componentes Na’vi de la comuna del gran árbol madre, así como los demás hombres de la base humana apenas pasan de meros figurantes. De modo que, tanto unos papeles principales más bien flojos unido a la ausencia de actuaciones significativas por parte del resto del reparto, dejan a la película bastante coja en este sentido.
No hace falta decir que prácticamente todos los escenarios naturales, así como los personajes no humanos, han sido generados por ordenador empleando las técnicas más novedosas de efectos especiales... En fin, yo no entiendo de eso, pero la verdad es que los resultados obtenidos en este plano son más que satisfactorios. Por eso, rescatando algunas anécdotas de las que se habla por la web, sorprende que con tales medios puestos sobre la escena y el derroche tecnológico del que se quiere que presuman los incursores humanos, existan incongruencias en el guión como que para encender una antorcha recurran a una cajita de cerillas o decidan volar por los aires un lugar sagrado a base de palets de explosivos comunes.
Al hilo del apartado técnico, existe como ya sabéis la exhibición en 3D (es sobre todo la que aún se mantiene en cartel), una buena opción a considerar teniendo en cuenta las virtudes del film en este apartado. Lo de ponerse unas gafas 3D no deja de tener su gracia, aunque sinceramente el efecto no es tan espectacular (o deja de serlo a los 20 minutos de proyección), algo que también puede deberse a que a priori Avatar no estaba concebida para esta modalidad, que fue incorporada posteriormente (al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con la versión de ‘Alicia en el país de las maravillas’ de Tim Burton, cuyo estreno promete ser un nuevo bombazo). Por otra parte, a mi modo de ver, el uso del 3D en cine no acaba de ser tan cómodo ni estar todo lo perfeccionado que sería deseable (existe un puntual efecto borroso que llega a inducir una ligera sensación de mareo; además las gafas a veces no te permiten abarcar toda imagen en pantalla y son un poco engorrosas, etc.)
En cuanto a la banda sonora que tiene la difícil tarea de cautivar nuestros oídos durante el largo rato sentados en la butaca, debo confesar que el nombre de James Horner a cargo de la misma me hacía presagiar mejores resultados de los que al final se han visto, u oído más bien. Una verdadera lástima que su aportación para Avatar no pase en esta ocasión de modesta, con temas refrito de trabajos anteriores que no destacan especialmente.
Avatar ha despertado todo un fenómeno fan a su alrededor y ya existen varias comunidades virtuales dedicadas exclusivamente a dar cobertura y extender el universo creado por Cameron. La otra cara de la moneda a la crítica que se ha ensañado con su producción viene por parte de un gran número de entusiastas del mundo de Pandora, que enseguida han creado las típicas wikis en distintos idiomas y se han puesto a investigar sobre los vericuetos del rodaje y la documentación que lo respalda. Así, se puede encontrar incluso una página cuyos integrantes se dedican a desarrollar el lenguaje na’vi, como su sistema de creencias espirituales y fondo cultural; tal es la pasión que la forma de vida de esta estirpe ha levantado. Y es que hay mucha gente a la que esta película le ha llegado a emocionar (y no lo digo con ironía, en vista de los sollozos que se presentían en la sala) y en verdad tiene momentos que conmueven, aunque no creo que a tal punto. Lo cierto es que no me importaría ver una segunda parte (se ha anunciado que consistirá en una trilogía) siempre que logren pulirse los defectos de esta primera entrega.
A buen seguro, Avatar acaparará merecidamente los premios técnicos de la cercana ceremonia de los Oscars, pero cualquier otro galardón más allá de estos puede caldear los ánimos de los nominados en el resto de categorías y de la crítica especializada (aunque de la academia norteamericana del cine, la verdad, se puede esperar de todo). Asimismo es más que evidente que se avecina una avalancha de merchandising, fruto de una fuerte campaña de marketing a nivel mundial: ya está anunciada la novelización de lo que vendría a ser una precuela a los hechos narrados en la película, y podemos imaginar una edición especial en DVD llena de extras que se venderá sola, a pesar de la distancia entre ver una película de estas características en la pantalla de cine y la tele de nuestras casas.
Capaz de sorprender más a jóvenes que a mayores, quizá porque los últimos hayamos perdido esa facultad de asombrarnos por todo lo nuevo, la expresión ‘no es para tanto’ refleja en cierto modo mi opinión personal, aunque eso no quiere decir que esta película no me haya gustado; la disfruté, pero creo que menos de lo que esperaba. Simplemente, pienso que tiene puntos muy importantes que mejorar, pero que es perfecta para dejarse llevar y pasar un buen rato entretenido (un rato de casi 3 horas, nada menos) y embriagarse con la belleza de sus imágenes. Aunque suene a un argumento ya repetido hasta la saciedad, lo dicho, hay que verla.
10 comentarios:
Totalmente de acuerdo! Yo tengo mucha fe en que la segunda parte, no sólo mejore el guión, sino que introduzca más información sobre ese nuevo mundo, y que sirva para alimentar a todos los fans que actualmente llenan páginas y páginas en Internet.
Y con respecto al 3D, opino igual, creo que no está muy avanzado aún, y yo personalmente, salí del cine con un dolor de tarro impresionante por culpa de las incómodas gafas.
PEro bueno, en lineas genrales, valió la pena pagar cada uno de los 8 euros que me costó la entrada.
Buena crítica Jolan... estoy de acuerdo contigo al 100% y, aunque es una correcta película, entretenida y bien ejecutada visualmente, con un buen alarde de efectos especiales, y con la que se me pasó el tiempo volando (y eso es decir ya mucho hoy en día), hay que reconocer que el tema central está ya muy trillado a estas alturas y da la sensación que a veces al guión le falte fuerza y contenido original. Por lo tanto, creo sinceramente que este filme no tendría que obtener ninguno de los premios principales en los Oscars.
En cuanto a la 3D, a mí me costó adaptarme en un principio a las gafas, sí que ibas notando la tridensionalidad aquí y allá, pero tienen que aún perfeccionar aún más esta técnica, sobre todo en el aspecto de la luminosidad porque, la verdad, las escenas se veían demasiado oscuras y difuminadas, perdiendo claramente intensidad.
Pero, lo dicho, una cinta que perfectamente se puede ver, pasar un buen rato, e inculcarte por enésima vez el concepto ecológico tan presente hoy en día en cualquier discurso.
Yo pase tres horas entrenidisimo, se me pasaron volando, y eso muy pocas superproducciones de cine de los ultimos años han conseguido hacerlo.
Eso dice mucho de la peli (para mí claro esta), pese a los defectos que tiene, que los tiene.
Reconozco que es cine para adoloscentes pero disfrute como un enano con ella ( quiza mi parte adoloscente se impuso al resto)
Saludos.
No sabes la envidia que me produce cada vez que alguien me dice que ya la ha visto, no tengo tiempo para ir al cine y me veo que al final tendré que conformarme con verla a trozos(debido a su duración) en la pantalla de TV. cuando crezcan los niños que tengo les llevaré a todas partes...pero por ahora no puedo.Salu2
Kelemvor, EduXavi, Toni:
Coincidimos entonces en pensar que la peli merece la pena, que es entretenida y que sus tres horas se pasan sin darse cuenta. Pero como dice EduXavi, aunque la historia atrape, pasa sin que uno note un verdadero contenido de fondo fuera de lo ya visto habitualmente. Ahí es donde Avatar me ha dejado un poco decepcionado.
Por desgracia, es verdad también que el efecto 3D aún tiene que perfeccionarse más, y aunque sea un plus para una producción así, tampoco lo veo lo principal.
Pardi:
Pues es una lástima, porque esta es una de esas películas que merece la pena pagar la entrada para verla en la pantalla grande.
Saludos!
Ya lo comenté en algún otro blog, pero lo repito por aquí: creo que a nivel de guión, es una mezcolanza de “Bailando con Lobos”, “La Selva Esmeralda” o comics como “Bienvenidos a Alflolol” (de la serie Valerian).
A nivel visual más de lo mismo. Creo que sería posible, elemento a elemento, ver que son una copia, o “una clara inspiración” de cosas ya existentes en cómic, cine o videojuegos.
Pero si a nivel argumental no aporta nada, y a nivel visual tenemos unos buenos efectos especiales (que dentro de 10 años estarán desfasados y habrán otras técnicas muy superiores), pero una nula originalidad artística… ¿tiene Avatar algo bueno? Pues para mí su magnífica dirección. Intento recordar otra película de esta duración que fluya tan bien y no se me ocurre ninguna. La estructura es precisa a más no poder y el ritmo es prácticamente perfecto. Nada que ver con otras producciones “épicas” con grandes irregularidades de ritmo y claros excesos de metraje.
NOTA: me temo que la técnica del cine en 3D está bastante depurada. Sino conseguís enfocar bien, o notáis partes borrosas es posible que tengáis algún problema visual: es estrabismo, el “ojo vago” o incluso la hipermetropía y el astigmatismo no corregido hacen que no se perciba el efecto 3D correctamente.
NOTA: Jolan, me gustó mucho tu artículo de Usagi Yojimbo, una de mis series preferidas.
Coincido yo también en lo dicho por vosotros. La película es una buena mezcla de efectos visuales, entretenida y con un ritmo bastan bueno, aunque la parte del guión y demás queda por detrás de lo anterior. Aún así, por lo menos han creado una película que de seguro recordaremos pese a sus defectos.
A ver cuantos Oscars se lleva este domingo, aunque a lo mejor no llega al nivel de los ganados por "El Retorno del Rey". xDD
Skarloc:
Yo tengo algo de miopía; lo típico: uso las gafas sólo para ciertas cosas, entre ellas el cine. Imagínate el cuadro, con las gafas normales y encima las 3D... Eso hizo que fueran más incómodas de llevar, aunque tampoco es que resultara realmente molesto. La cosa es que amigos míos con una vista perfecta también dicen que veían los contornos algo borrosos y no llegaban a apreciar los colores demasiado bien en algunas escenas... No sé, igual es cosa de la sala de cine en cuestión. Yo creía que la técnica 3D todavía estaba en fase de mejora, pero si ya ha alcanzado prácticamente su cúspide...
¡Ah, también Usagi se ha convertido en una serie fetiche para mi! ;)
Loren:
Honestamente, si me dan a elegir entre la trilogía de El Señor de los Anillos, de Jackson, y Avatar, de Cameron... ¡me quedo indudablemente con la primera! Pronto veremos hasta qué punto la difusión mediática ayuda a Avatar en los Oscars...
Saludos!
Bien, sólo añadir unas palabras para anunciar que se confirman nuestras sospechas: Avatar resulta la gran derrotada de la edición de los Oscars de este año y se lleva únicamente 3 de las 9 estatuillas a las que estaba nominada: fotografía, dirección artística y efectos visuales (lo lógico, vaya).
Pues sí, la trama es algo "típica", pero la historia me encantó. Los personajes malos se dejan odiar, y los buenos caen bien :P
A ver si la secuela que dicen que estará lista en 4 años innova más...
Saludos ;)
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