¡Ya tenía ganas de hablar un poco de estos dos!
Es casi necesidad dedicar un espacio a uno de los dúos más olvidados de la BD, inmerecidamente desconocidos si los comparamos con ciertos duendecillos azulados a quienes catapultaron hacia el éxito desde sus páginas, los celebérrimos Schtroumpfs, Smurfs o -para nosotros- los Pitufos, cavando con esta acción su propia tumba.
Con Johan y Pirluit me ocurrió como con muchas otras cosas de la infancia: marcaron una época, en este caso la de los comics sacados de la biblioteca del colegio y los tebeos de Bruguera comprados en el kiosco de la esquina, pero a diferencia de otros personajes que siempre han estado ahí (como Astérix o Tintin, a quienes bien pueden mirar a la misma altura) capeando preadolescencias, periodos de estudios y todas las eventualidades que conlleva crecer, éstos pasaron a una especie de limbo del que sólo hace pocos años fueron rescatados por mi memoria. Y situados en el lugar que les corresponde, el que les otorga el talentoso trabajo del belga Peyo; el de la obra maestra.
Una de las ventajas de abarcar un tema tan amplio como el de la fantasía heroica es la de poder prestarle atención en este apartado tanto a las muchas obras que hoy día pueblan las estanterías de cualquier tienda, no necesariamente especializada, como de grandes clásicos inencontrables que, como les sucede a Johan y Pirluit, se mantienen completamente frescos en la actualidad y no reflejan de forma acusada en sus viñetas el paso de los años. Es en ese afán de revolver en el pasado y disfrutar nuevamente de aquellas experiencias, y también con cierto ánimo de reclamo por su recuperación y una pizca de esperanza por una improbable reedición, que me he decidido a poner en marcha este nuevo monográfico. Como en su día sólo pude leer algunas de sus aventuras (y gracias a que en los últimos tiempos he sido capaz de hacerme muy poco a poco y a costa de mucho esfuerzo con casi la totalidad de los números publicados aquí; aunque alguno se me escapa todavía) es además una ocasión perfecta para emprender una lectura completa de la serie y su correspondiente repaso aquí, que irá despacio, ya lo anticipo, pues la pila de comics pendientes no hace sino aumentar.
Seguramente el reciente cincuentenario de los archiconocidos Pitufos haya puesto un poco al día el nombre de su creador, el dibujante y guionista Pierre Culliford, alias Peyo (1928-1992), bruselense contemporáneo a otros grandes -como él- del noveno arte, entre los que podemos mencionar a Morris (Lucky Luke) y sobre todo a Franquin (Spirou, Tomás el Gafe), a quienes conoció en los estudios de animación C.B.A., donde trabajó como acuarelista antes de lanzarse a publicar sus propias historietas sucesivamente en los diarios Le Dernière Heure, Le Soir y finalmente -por mediación de su amigo Franquin, junto a quien desempeñaría uno de los papeles preeminentes de la Escuela de Marcinelle- en el semanario Spirou. Todo empezó con una tira de inspiración medieval muy sencilla que presentaba al personaje Johan, un joven y leal escudero al servicio del Señor de Hauvon, y que en poco tiempo evolucionaría enormemente, sobre todo con la aportación de Pirluit como compañero de fatigas. Pero también desarrolló otros personajes destacables, como Benoît Brisefer (Valentín Acero o Benito Sansón) y el gato Pusy, hasta que la arrolladora popularidad de Los Pitufos le arrebató el tiempo para dedicarse a cualquier otra cosa. Pero Johan y Pirluit siempre fue su creación fetiche y más de una vez habría de reconocer, no sin gran pesar, que la exigencia que le imponían Los Pitufos (a los que tal vez por este hecho guardo cierto rencor) no le permitía retomar a sus chicos preferidos. Sólo después de muchos años estuvo en disposición de hacerlo, pero la dolencia cardiaca que arrastraba se lo llevó en la Nochebuena de 1992 dejando el proyecto en manos de su hijo Thierry. El dibujo de Peyo, redondeado y caricaturesco, acompaña a una narración trepidante y álgida de principio a fin.
La mejor manera de homenajear esa predilección de Peyo es justamente hablar de la singular pareja. En los lejanos tiempos de un impreciso Medievo, por el cual Peyo siempre sintió un profundo entusiasmo (algo que compartimos, además de fecha cumpleañera) tienen lugar las andanzas de Johan, un muchacho al que su inexperiencia y recato nos permiten aproximarlo a la figura de paje o escudero, aunque sus posteriores aventuras lo conviertan más bien en un inusual caballero sin armadura u hombre de confianza del Rey. Hasta la etapa Le Soir, sus historietas se reducían a una composición de viñetas bastante elemental -e inicialmente mudas- que representaban en un comienzo un gag cómico y luego las pequeñas misiones que le encomendaba su señor. Existe poca información sobre el devenir del personaje por entonces, más allá de que sus cabellos eran rubios, y menos material gráfico todavía, aunque intentaré obtener algunos datos más para la siguiente entrada. Cuando realmente la serie empieza a adquirir madurez fue a partir de su publicación en Spirou, con un Johan moreno que protagoniza historias a color de mayor longitud. Estas aventuras son las que años después empieza a recopilar Dupuis en gran formato y que, a efectos prácticos, marcan el punto de partida de la colección. El Johan de entonces ya había interiorizado los valores que ostentaría en adelante: responsable, valiente, pragmático, poco dado a ensoñaciones, atento y prudente. Si todo se hubiera quedado en esto, lo más probable es que la serie no hubiera alcanzado un renombre más allá de lo anecdótico. Pero la creciente y natural evolución de Peyo, claramente afectada por el estilo de animación proveniente de USA, no podía dejar las cosas así, de modo que en 1954 (en la que pasaría a ser la tercera entrega en álbum) se produce una circunstancia que insufla al tebeo un elemento del que carecía: el humor. En efecto, al entrar Pirluit (españolización del original Pirlouit) y la cabrita negra que tiene por montura a formar parte de las aventuras de Johan, aporta un tono mucho más jovial que los lectores acogen con los brazos abiertos, contrarrestando con su carácter despreocupado la sobriedad de su compañero. Su sola figura física ya es motivo de chanza: de aspecto bajito y cabezón, infantil, con una despeinada cabellera rubia coronada por un gorrito rojo, parlanchín y dado a un constante griterío musical y al aporreo destemplado de instrumentos, travieso, histriónico, bromista en exceso, métomentodo, glotón sin hartazgo posible... en definitiva, la antítesis de Johan, con el que a pesar de todo congenia a las mil maravillas, confirmando una vez más que los polos opuestos se atraen, para así dar lugar a las situaciones más inesperadas e hilarantes. A partir de entonces, con Pirluit desempeñando el papel de bufón del Rey y chico de los recados junto a Johan, no paran de enredarse juntos en toda clase de aventuras de una Edad Media amable, ajena a las miserias propias del periodo histórico pero sin llegar tampoco a los años del amor cortés y trovadoresco a lo Hal Foster, pues lo que Peyo quiere destacar en sus viñetas son más las hazañas heroicas de sus personajes envueltas en una constante sucesión de situaciones cómicas.
Durante una larga temporada gozan de su mayor esplendor, habiendo asentado ya Peyo su estilo gráfico y dotado a sus aventuras de un buen caudal de secundarios (que siempre son indefectiblemente o muy buenos o muy malvados), como el hechicero Homnibus o el mismo Rey, hasta que un acontecimiento concreto viene a romper la calma establecida. Corre el año 1958 y el noveno álbum de Johan y Pirluit ve la luz: La Flauta de Seis Agujeros. Y con él, la llegada de los Pitufos, cuya aparición puntual no debía haber pasado de esta historieta. Sin embargo, dicen que más vale caer en gracia que ser gracioso, y el público aprobó con ardor la introducción de los diminutos seres azules. Tanto es así, que el título que les da a conocer cambia su nombre por La Flauta de Seis Pitufos y las presiones editoriales obligan a Peyo a reinsertarlos en los siguientes volúmenes, ocupando cada vez mayor espacio y relevancia, 'parasitando' sus páginas. Cuatro álbumes más les bastaron a los Pitufos para hacerse con el protagonismo absoluto y enviar, a comienzos de los setenta, a un injusto destierro a Johan y Pirluit.
Con el auge de los Pitufos se iniciaría un prolífico periodo para Peyo, centrado en sus nuevos -y ahora principales- protegidos, que se disparó más aún con la televisiva serie de animación de Hanna-Barbera, de amplísima difusión. En ella, Johan y Pirluit tuvieron alguna aparición más que esporádica, pero finalmente quedaron relegados a un plano muy secundario. Hay que realizar un gran salto temporal, hasta la década de los noventa, para que vuelvan a entrar en la escena editorial, esta vez de manos de Le Lombard, con cuatro álbumes nuevos a cargo de Thierry Culliford e Yvan Delporte que, si bien depuran e imitan con bastante limpieza el grafismo de Peyo, a nivel de guión se quedan un poco al descubierto. Pero desde 2001, con la salida del álbum decimoséptimo de la colección, se extiende el mutismo absoluto desde Le Lombard.
El mapa editorial en España de Johan y Pirluit (que abarca sólo los 13 volúmenes de la etapa Peyo) no es especialmente halagüeño, con una trayectoria muy irregular en diferentes publicaciones, siendo la edición más consistente (y eso es decir mucho) la llevada a cabo por Bruguera en su colección Olé!, que dejándose llevar por la marea de celebridad de Los Pitufos tenía la manía de anteceder cada título con un cortejo trompetil de éstos en la portada para presentar a nuestros denostados héroes, como si ellos no tuvieran suficiente entidad propia: los invitados les hacían así el pasillo, como en acto de escarnio, a sus antiguos anfitriones. Mucho se podría apuntar de la desordenada edición de Bruguera: una notable inferioridad en la calidad del color, el escaso respeto por los guiones, con recortes de frases enteras, defectos de traducción y pérdida del sentido original de varios chistes y bromas, una rotulación nefasta y un formato deleznable con tapas de cartón blando y papel semitransparente que, por otra parte, era lo habitual por entonces. Y con todo, hay que agradecer que al menos consiguieran traernos casi todo el material existente, dejándose sólo las aventuras de Johan en solitario y el tomo La Flecha Negra, publicado aparte en algún número de su semanario Zipi-Zape. No fueron los únicos que picotearon en la colección: las revistas Strong, Spirou Ardilla y, sobre todo, la catalana Cavall Fort fueron publicando periodicamente varias historietas. Y Grijalbo inició una edición en tapa dura que se quedó anclada en el cuarto volumen (aunque al menos nos permitió conocer los dos primeros números con Johan al frente). Incluso a Norma le dio hace unos años por lanzar el tebeo de mayores ventas de la serie, La Flauta de los Pitufos, en castellano y catalán. Semejante dispersión no solo ha traído consigo una caótica heterogeneidad de formatos, traducciones y títulos de los mismos álbumes, sino que además ha dado lugar a una liosa variedad en los nombres de los personajes protagonistas: Johan y Pirluit, Jano y Pirluit -o Pirulí-, Jan i Trencapins, Juan y Guillermo... Por no hablar de todos los que se le han aplicado a la cabritilla de Pirluit.
¿Perspectivas a la vista de una reedición digna, a imitación de la que Dupuis ha puesto en marcha en 2008, con material exclusivo y documentación inédita? Pues más bien pocas, teniendo presente que en Planeta, que es quien aparentemente posee los derechos, no parecen demasiado enardecidos con las ventas del relanzamiento, desde hace aproximadamente un año, de Los Pitufos. Y es una pena, porque eso significa que el gran público se perderá a una de las parejas heroicas más divertidas y transgresoras del comic, expresivos hasta la carcajada y eternamente entrañables.
Espero que la plataforma que desde aquí pueda ofrecerles, unido a las voces que claman su regreso, sea capaz de volver a auparles al puesto que les corresponde, entre lo más alto del comic europeo de fantasía.
Es casi necesidad dedicar un espacio a uno de los dúos más olvidados de la BD, inmerecidamente desconocidos si los comparamos con ciertos duendecillos azulados a quienes catapultaron hacia el éxito desde sus páginas, los celebérrimos Schtroumpfs, Smurfs o -para nosotros- los Pitufos, cavando con esta acción su propia tumba.
Con Johan y Pirluit me ocurrió como con muchas otras cosas de la infancia: marcaron una época, en este caso la de los comics sacados de la biblioteca del colegio y los tebeos de Bruguera comprados en el kiosco de la esquina, pero a diferencia de otros personajes que siempre han estado ahí (como Astérix o Tintin, a quienes bien pueden mirar a la misma altura) capeando preadolescencias, periodos de estudios y todas las eventualidades que conlleva crecer, éstos pasaron a una especie de limbo del que sólo hace pocos años fueron rescatados por mi memoria. Y situados en el lugar que les corresponde, el que les otorga el talentoso trabajo del belga Peyo; el de la obra maestra.
Una de las ventajas de abarcar un tema tan amplio como el de la fantasía heroica es la de poder prestarle atención en este apartado tanto a las muchas obras que hoy día pueblan las estanterías de cualquier tienda, no necesariamente especializada, como de grandes clásicos inencontrables que, como les sucede a Johan y Pirluit, se mantienen completamente frescos en la actualidad y no reflejan de forma acusada en sus viñetas el paso de los años. Es en ese afán de revolver en el pasado y disfrutar nuevamente de aquellas experiencias, y también con cierto ánimo de reclamo por su recuperación y una pizca de esperanza por una improbable reedición, que me he decidido a poner en marcha este nuevo monográfico. Como en su día sólo pude leer algunas de sus aventuras (y gracias a que en los últimos tiempos he sido capaz de hacerme muy poco a poco y a costa de mucho esfuerzo con casi la totalidad de los números publicados aquí; aunque alguno se me escapa todavía) es además una ocasión perfecta para emprender una lectura completa de la serie y su correspondiente repaso aquí, que irá despacio, ya lo anticipo, pues la pila de comics pendientes no hace sino aumentar.
Seguramente el reciente cincuentenario de los archiconocidos Pitufos haya puesto un poco al día el nombre de su creador, el dibujante y guionista Pierre Culliford, alias Peyo (1928-1992), bruselense contemporáneo a otros grandes -como él- del noveno arte, entre los que podemos mencionar a Morris (Lucky Luke) y sobre todo a Franquin (Spirou, Tomás el Gafe), a quienes conoció en los estudios de animación C.B.A., donde trabajó como acuarelista antes de lanzarse a publicar sus propias historietas sucesivamente en los diarios Le Dernière Heure, Le Soir y finalmente -por mediación de su amigo Franquin, junto a quien desempeñaría uno de los papeles preeminentes de la Escuela de Marcinelle- en el semanario Spirou. Todo empezó con una tira de inspiración medieval muy sencilla que presentaba al personaje Johan, un joven y leal escudero al servicio del Señor de Hauvon, y que en poco tiempo evolucionaría enormemente, sobre todo con la aportación de Pirluit como compañero de fatigas. Pero también desarrolló otros personajes destacables, como Benoît Brisefer (Valentín Acero o Benito Sansón) y el gato Pusy, hasta que la arrolladora popularidad de Los Pitufos le arrebató el tiempo para dedicarse a cualquier otra cosa. Pero Johan y Pirluit siempre fue su creación fetiche y más de una vez habría de reconocer, no sin gran pesar, que la exigencia que le imponían Los Pitufos (a los que tal vez por este hecho guardo cierto rencor) no le permitía retomar a sus chicos preferidos. Sólo después de muchos años estuvo en disposición de hacerlo, pero la dolencia cardiaca que arrastraba se lo llevó en la Nochebuena de 1992 dejando el proyecto en manos de su hijo Thierry. El dibujo de Peyo, redondeado y caricaturesco, acompaña a una narración trepidante y álgida de principio a fin.
La mejor manera de homenajear esa predilección de Peyo es justamente hablar de la singular pareja. En los lejanos tiempos de un impreciso Medievo, por el cual Peyo siempre sintió un profundo entusiasmo (algo que compartimos, además de fecha cumpleañera) tienen lugar las andanzas de Johan, un muchacho al que su inexperiencia y recato nos permiten aproximarlo a la figura de paje o escudero, aunque sus posteriores aventuras lo conviertan más bien en un inusual caballero sin armadura u hombre de confianza del Rey. Hasta la etapa Le Soir, sus historietas se reducían a una composición de viñetas bastante elemental -e inicialmente mudas- que representaban en un comienzo un gag cómico y luego las pequeñas misiones que le encomendaba su señor. Existe poca información sobre el devenir del personaje por entonces, más allá de que sus cabellos eran rubios, y menos material gráfico todavía, aunque intentaré obtener algunos datos más para la siguiente entrada. Cuando realmente la serie empieza a adquirir madurez fue a partir de su publicación en Spirou, con un Johan moreno que protagoniza historias a color de mayor longitud. Estas aventuras son las que años después empieza a recopilar Dupuis en gran formato y que, a efectos prácticos, marcan el punto de partida de la colección. El Johan de entonces ya había interiorizado los valores que ostentaría en adelante: responsable, valiente, pragmático, poco dado a ensoñaciones, atento y prudente. Si todo se hubiera quedado en esto, lo más probable es que la serie no hubiera alcanzado un renombre más allá de lo anecdótico. Pero la creciente y natural evolución de Peyo, claramente afectada por el estilo de animación proveniente de USA, no podía dejar las cosas así, de modo que en 1954 (en la que pasaría a ser la tercera entrega en álbum) se produce una circunstancia que insufla al tebeo un elemento del que carecía: el humor. En efecto, al entrar Pirluit (españolización del original Pirlouit) y la cabrita negra que tiene por montura a formar parte de las aventuras de Johan, aporta un tono mucho más jovial que los lectores acogen con los brazos abiertos, contrarrestando con su carácter despreocupado la sobriedad de su compañero. Su sola figura física ya es motivo de chanza: de aspecto bajito y cabezón, infantil, con una despeinada cabellera rubia coronada por un gorrito rojo, parlanchín y dado a un constante griterío musical y al aporreo destemplado de instrumentos, travieso, histriónico, bromista en exceso, métomentodo, glotón sin hartazgo posible... en definitiva, la antítesis de Johan, con el que a pesar de todo congenia a las mil maravillas, confirmando una vez más que los polos opuestos se atraen, para así dar lugar a las situaciones más inesperadas e hilarantes. A partir de entonces, con Pirluit desempeñando el papel de bufón del Rey y chico de los recados junto a Johan, no paran de enredarse juntos en toda clase de aventuras de una Edad Media amable, ajena a las miserias propias del periodo histórico pero sin llegar tampoco a los años del amor cortés y trovadoresco a lo Hal Foster, pues lo que Peyo quiere destacar en sus viñetas son más las hazañas heroicas de sus personajes envueltas en una constante sucesión de situaciones cómicas.
Durante una larga temporada gozan de su mayor esplendor, habiendo asentado ya Peyo su estilo gráfico y dotado a sus aventuras de un buen caudal de secundarios (que siempre son indefectiblemente o muy buenos o muy malvados), como el hechicero Homnibus o el mismo Rey, hasta que un acontecimiento concreto viene a romper la calma establecida. Corre el año 1958 y el noveno álbum de Johan y Pirluit ve la luz: La Flauta de Seis Agujeros. Y con él, la llegada de los Pitufos, cuya aparición puntual no debía haber pasado de esta historieta. Sin embargo, dicen que más vale caer en gracia que ser gracioso, y el público aprobó con ardor la introducción de los diminutos seres azules. Tanto es así, que el título que les da a conocer cambia su nombre por La Flauta de Seis Pitufos y las presiones editoriales obligan a Peyo a reinsertarlos en los siguientes volúmenes, ocupando cada vez mayor espacio y relevancia, 'parasitando' sus páginas. Cuatro álbumes más les bastaron a los Pitufos para hacerse con el protagonismo absoluto y enviar, a comienzos de los setenta, a un injusto destierro a Johan y Pirluit.
Con el auge de los Pitufos se iniciaría un prolífico periodo para Peyo, centrado en sus nuevos -y ahora principales- protegidos, que se disparó más aún con la televisiva serie de animación de Hanna-Barbera, de amplísima difusión. En ella, Johan y Pirluit tuvieron alguna aparición más que esporádica, pero finalmente quedaron relegados a un plano muy secundario. Hay que realizar un gran salto temporal, hasta la década de los noventa, para que vuelvan a entrar en la escena editorial, esta vez de manos de Le Lombard, con cuatro álbumes nuevos a cargo de Thierry Culliford e Yvan Delporte que, si bien depuran e imitan con bastante limpieza el grafismo de Peyo, a nivel de guión se quedan un poco al descubierto. Pero desde 2001, con la salida del álbum decimoséptimo de la colección, se extiende el mutismo absoluto desde Le Lombard.
El mapa editorial en España de Johan y Pirluit (que abarca sólo los 13 volúmenes de la etapa Peyo) no es especialmente halagüeño, con una trayectoria muy irregular en diferentes publicaciones, siendo la edición más consistente (y eso es decir mucho) la llevada a cabo por Bruguera en su colección Olé!, que dejándose llevar por la marea de celebridad de Los Pitufos tenía la manía de anteceder cada título con un cortejo trompetil de éstos en la portada para presentar a nuestros denostados héroes, como si ellos no tuvieran suficiente entidad propia: los invitados les hacían así el pasillo, como en acto de escarnio, a sus antiguos anfitriones. Mucho se podría apuntar de la desordenada edición de Bruguera: una notable inferioridad en la calidad del color, el escaso respeto por los guiones, con recortes de frases enteras, defectos de traducción y pérdida del sentido original de varios chistes y bromas, una rotulación nefasta y un formato deleznable con tapas de cartón blando y papel semitransparente que, por otra parte, era lo habitual por entonces. Y con todo, hay que agradecer que al menos consiguieran traernos casi todo el material existente, dejándose sólo las aventuras de Johan en solitario y el tomo La Flecha Negra, publicado aparte en algún número de su semanario Zipi-Zape. No fueron los únicos que picotearon en la colección: las revistas Strong, Spirou Ardilla y, sobre todo, la catalana Cavall Fort fueron publicando periodicamente varias historietas. Y Grijalbo inició una edición en tapa dura que se quedó anclada en el cuarto volumen (aunque al menos nos permitió conocer los dos primeros números con Johan al frente). Incluso a Norma le dio hace unos años por lanzar el tebeo de mayores ventas de la serie, La Flauta de los Pitufos, en castellano y catalán. Semejante dispersión no solo ha traído consigo una caótica heterogeneidad de formatos, traducciones y títulos de los mismos álbumes, sino que además ha dado lugar a una liosa variedad en los nombres de los personajes protagonistas: Johan y Pirluit, Jano y Pirluit -o Pirulí-, Jan i Trencapins, Juan y Guillermo... Por no hablar de todos los que se le han aplicado a la cabritilla de Pirluit.
¿Perspectivas a la vista de una reedición digna, a imitación de la que Dupuis ha puesto en marcha en 2008, con material exclusivo y documentación inédita? Pues más bien pocas, teniendo presente que en Planeta, que es quien aparentemente posee los derechos, no parecen demasiado enardecidos con las ventas del relanzamiento, desde hace aproximadamente un año, de Los Pitufos. Y es una pena, porque eso significa que el gran público se perderá a una de las parejas heroicas más divertidas y transgresoras del comic, expresivos hasta la carcajada y eternamente entrañables.
Espero que la plataforma que desde aquí pueda ofrecerles, unido a las voces que claman su regreso, sea capaz de volver a auparles al puesto que les corresponde, entre lo más alto del comic europeo de fantasía.
39 comentarios:
Para mí Johan y Pirluit son sinónimo de nostalagia, diversión y una tremenda sensación de vacío, ya que en mi niñez leí algunos albumes de los Bruguera pero nunca tuve ninguno, y me entusiasmaba. Parece que esto será así siempre porque nadie parece querer reeditar estos cómics aquí.
Peyo es un maestro, como demuestran algunos autores que salieron de su estudio, como Derib del que deberías leer su Yakari.
Por cierto, ¿te has fijado en la postura de Johan en la portada de la flauta de los Pitufos, y en la de ese tipo al que golpea Pirluit en la segunda ilustración que pones en este post?
Johan y Pirluit, Yakari... ¡cuántos recuerdos! ¡Qué pedazo de tebeos!
Dímelo a mi, Pedro, que volver a tener la mayoría me ha costado horrores, y todo porque veo que nadie se va a molestar en relanzarlos, aunque ojalá me equivoque.
Muy observador con lo de la postura... um, curioso...
Yakari... pues fíjaros que apenas recuerdo haber leído algún número. Tendría que remontarme todavía más atrás. Y hoy día tampoco debe ser nada sencillo conseguirlos. ¿Será una serie más sobre la que abrirme los ojos, como con Usagi? ;)
Con este nivel, y actualizando a este ritmo, este espacio es una visita obligada. Enhorabuena.
Hola!
Buf... Johan y Pirluit... qué recuerdos... ¿Me gustaría dibujar castillos si no los hubiera leído? Quien sabe...
Gran suerte la mía de nacer en una família subscrita al Cavall Fort i el Tretzevents... :)
Salut!
Hombre, Yakari es una serie enfocada hacia un público más infantil pero encantadora. Va sobre las aventuras de un pequeño indio y su caballo (con el que habla, por cierto). Tiene ese sello mágico característico del estudio Peyo, pero con personalidad.
Genial contar por aquí con Quim Bou.
Quim: Y más afortunados que sois aún los lectores de Cavall Fort, porque, que yo tenga constancia, ahí sí se han publicado algunos de los álbumes nuevos que hizo el hijo de Peyo; al menos La horda del Corb y Els trovadors de Rocacorb.
Pedro: He visto algunas imágenes y sí, algún Yakari creo que leí, pero hace muchísimos años...
Los de Yakari están difíciles de encontrar pero aún hay por ahí. Hace cosa de un año aparecieron bastantes ejemplares en una librería de aquí de Valencia y me pude pillar diez u once números. Todo es buscar.
Quim: En mi casa también había Tretzevents (aún no sé muy bien porqué), aunque los recuerodos de esta revista se me juntan con los de la STRONG y no me queda muy claro el aspecto que tenía.
Ha, ha!
Pues en mi memoria sólo queda bien definido el armario donde se guardaban los cómics (tebeos, en ese momento). Soy el quinto de seis hermanos, por lo que estaba lleno de Cavalls Forts, Tretzevents, álbumes de Barrufets, Mortadelos, Benitos Boniatos, y muchos otros qua no recuerdo ahora mismo...
Todos bastante machacados cunado más viejos, está claro (qué lástima!)
Yo tampoco soy demasiado capaz de distinguir exactamente qué cómics leí en dónde... excepto los "tradicionales" de Cavall Fort (Jep i Fidel, Bernat Tallaferro de Peyo...).
Y la pena que me da haver extraviado todos esos cómics...
Salut!
Para Quim Bou: aprovecho que has escrito aquí, si Jolan me lo permite, jeje... para felicitarte por tu excelente trabajo en Orn y en el mundo de Môn. M'agrada molt! :D
Jolan: A mí también me traen gratos recuerdos, sin duda. Hace tiempo pude comprarme de saldo "La flauta de los pitufos", en catalán y con el nombre de Jan i Trencapins; y el número 19 de los pitufos, "El pitufo salvaje". Ambos de Norma.
Qué gran serie... incluso en la autonómica han vuelto a reponer la serie de animación. :D
Gracies, Beldz! :)
Dios !!! acabo de descubrir este blog tambien a la vez que algo se me removía en el cerebelo retrotrayendome a mi mas añorada infancia: Johan y Pirluit, yakari....que tiempos y que comics tan buenos..........
Gran blog si señor(quedas agregado a mi lista de visitas diarias). Y ademas felicitar por mi parte también a Quim Bou del que sigo su trayectoria tebeística desde hace ya años y me pirra.
Saludos
Gracias por tus comentarios, caracrater, y desde luego eres bienvenido a pasarte por aquí cuando quieras. Saludos!
Para mí Johan y Pirluit junto a los primeros álbumes de Los Pitufos son lo mejor de la producción de Peyo.
Impacientes Saludos.
A mi me encantan Johan y Pirluit.
Yo no pierdo la esperanza de que planeta lo publique. Por eso os animo a que en su página en las consultas preguntéis por ellos, ya que estaban "en estudio".
Una edición como "comanche" en intregrales de 5 albumes sería muy adecuada y económica, y yo croe que tendría su mercado.
Con la cantidad de BD que se publica aquí, para mi es incomprensible que la BD juvenil clásica tenga tan poca presencia, no solo por nostalgia, sino por calidad.
Este es el link de las consultas de planeta donde pedir una reedición de johan y pirluit.
http://www.planetadeagostinicomics.com/vistas/consultas.aspx?Seccion=consultas
Pues a ver si me acuerdo y les dejo yo también un mensaje en ese hilo de peticiones; gracias por el enlace, Iván. Pude ver los integrales de Dupuis hace meses y son una pasada. Estaría genial que Planeta se hiciera con los derechos de esa edición para publicarla en castellano.
Por otra parte, también estoy contigo en que no tiene explicación que no se publique BD clásica en ediciones de calidad. Hay tantas grandes obras por recuperar: los mismos J&P, Alix, Gil Pupila, Natacha, son sólo algunos que me vienen ahora a la cabeza. Y juraría que hay publico de sobra deseando hacerse con ellos, si se lanza una edición en condiciones, claro.
Felicidades a todos por esta nueva página que trata de devolver a su merecido puesto-estrella en el panorama del cómic (por lo menos, el español) a esta pareja tan querida por mí, a la que conocí en Bruguera y he seguido, a lo largo de los años, por Spirou-Ardilla, Diáfora, Dupuis, le Lombard, Rombaldi, Cavall Fort, Norma, Planeta-Agostini, Spirou, etc.
Hace tiempo que clamamos, desde otros sitios, por un integral J&P en condiciones, en español, con los extras que se merecen, con recopilación de historietas cortas (como las especiales de Navidad), las páginas de Le Soir y La Derniere Heure, inéditos, dibujos publicitarios...
Poco a poco, y recurriendo sobre todo a compras en Francia o Bélgica, he ido recopilando todo lo que me faltaba, que es mucho, la gran mayoría.
No os olvidéis de la película "La Flauta de Los Pitufos", realizada por Belvisión en 1973-75. Tampoco los capítulos de "Los Pitufos" de los años 80 dedicados a estos héroes (temporada de 1982 y algunos episodios sueltos posteriores), de una animación de menor calidad, pero pasables.
También existen algunos discos (en francés, claro) dedicados a los héroes, por AB productions, tres singles y dos LP.
Para los que quieran saber más y más, recomendarles el libro de Hugues Dayez "Peyo, l'enchanteur", Ed. Niffle. Ahí descubrí anécdotas muy curiosas sobre esta serie, como por ejemplo la censura de ciertas escenas o que la cabra de Pirlouit, "Biquette", existió de verdad.
¡Muchos saludos a todos! ¡Johanypirluiteros de España, uníos!
PIIIIIIRLOUIT!!!
¡Muchas gracias por tu extenso comentario, Pirluit, y bienvenid@! Agradezco enormemente que gente que sabe del tema mucho más que lo que yo pueda contar, como se aprecia que es tu caso dado tu seguimiento de la colección, deje por aquí sus impresiones. ;)
Yo es que quedé encantado del vistazo que les pude echar en un viaje a Bélgica a los integrales de Dupuis. Si Planeta hiciera algo parecido aquí, seria la leche, porque creo que incluían un montón de material extra. La edición Rombaldi no la he visto nunca, pero tengo entendido que también es muy buena y que traía las primeras historias cortas de Johan.
En el próximo artículo de este monográfico sobre Johan y Pirluit espero poder hablar un poco más a fondo de los comienzos de la serie, con Johan en solitario (espero que no tarde mucho, aunque estoy teniendo un mes infernal, sin tiempo para apenas actualizar).
Sobre la peli de La Flauta de los Pitufos igualmente contaré algo cuando llegue el momento, aunque por ahora no quiero restar protagonismo a nuestros dos héroes, sin mezclarlos todavía con los Pitufos, aunque su destino va inevitablemente ligado.
Queda apuntado ese libro sobre Peyo. Imagino que se centrará bastante más en los Pitufos que en J&P, no? En unas semanas espero estar por suelo francés, así que aprovecharé para buscar material de este tipo.
¡Hola, Jolan! Pues ahora que lo pienso, creo haberme "cruzado" contigo en otro blog que también hablaba sobre J&P. Encantada de saludarte de nuevo.
Pues sí, las historietas cortas de Johan en diarios fueron publicadas en el magnífico integral sobre Peyo que Ed. Rombaldi publicó en los 80. Eran doce tomos, tres de los cuales (6, 7 y 8) estaban dedicados a "Johan et Pirlouit" a falta de algunas historias con pitufos, las cuales, a su vez, se encontraban en el bloque "Pitufos" ("Schtroumpfs"), tomos 1-5. El resto de tomos eran para Benoît Brisefer y Poussy. Yo sólo tengo los tomos 6, 7 y 8, porque me gusta Peyo, pero sólo soy auténtica "fan" de su serie J&P.
En el integral de Dupuis me parece que sí están también publicadas las primeras historias que, como tú bien dices, muestran sólo a Johan, rubio y (en las primerísimas) con un peinado rarísimo, como con rulos, y un papel más bien cómico.
El libro de Hugues Dayez, contra todo pronóstico, se ocupa más de Johan y Pirlouit que del resto de las series, y esto es una suerte. Yo creo que se debe a dos razones: el autor, como él mismo confiesa en el prólogo, es un enamorado de la serie medieval, y también su autor Peyo, que se la reservaba para hacerla sólo él y que no permitía que nadie le ayudara a hacerla (bueno, al final tuvo que ceder y en los últimos capítulos, 12 y 13, intervinieron ayudantes, pero muy a su pesar).
No dejes pasar la bio de Peyo, te lo recomiendo. Si estás haciendo un estudio de esta profundidad y magnitud, como veo, te será de mucha ayuda.
También te invito (y a todos los que aman la serie) a participar en el hilo que sobre ella tenemos abierto en "El Foro de la T.I.A.", en donde puedes ver algunas imágenes de las primeras historietas y enlaces varios. No incluyo aquí enlace porque no me parece correcto, pero si quieres, Jolan, te lo pongo en un próximo post. Sería estupendo saludarte por allí alguna vez (ya tenemos el enlace a tu blog en nuesto hilo johanypirlouitero).
Por cierto, cuenta conmigo si necesitas que te pase material "no encontrado". Muy bueno el comentario del bloguero que comenta lo parecido de las posturas del vikingo y de Johan. A mi parecer, Peyo se fue estereotipando con el tiempo, sobre todo al final, y todas sus posturas (las de sus personajes) eran muy parecidas, casi clónicas. Hughes Dayez opina que había llegado a un cierto perfeccionismo, pero que se había convertido en prisionero del mismo. En fin, cito de memoria porque no tengo el libro delante.
Ah, el año pasado (2008) fue nada menos que el 50 aniversario de Los Pitufos, y hubo fiestecita en Bruselas. Allá que me fui yo, con mi eterno disfraz de Pirlouit (siempre me lo pongo para estos casos, jejeje), acompañada por algunos foreros fans de la serie: Señor Ogro (la persona que, en mi opinión, sabe más de todo esto en territorio nacional) y Barrufets (el catalán que tiene la más increíble de las colecciones sobre Peyo). Y lo pasamos muy bien. Allá estaban también Johan y Pirlouit, con menos espacio en las expos pero muy queridos.
En fin, otro día sigo.
Por cierto, Planeta está "estudiando" un lanzamiento -o relanzamiento- de la serie. Les invito a que entren en su página de consultas y pregunten por ella, solicitando su regreso. Si somos muchos, a lo mejor nos hacen caso y todo.
¡Saludos!
Pirluit:
Sí, es muy posible que en nuestras respectivas búsquedas de material sobre J&P por la red hayamos coincidido con anterioridad. :) Aunque compruebo que mis conocimientos de la serie no alcanzan ni de lejos los tuyos o de otros acérrimos aficionados al trabajo de Peyo. Es más, como decía en el artículo, yo ni siquiera he llegado a poder leer todas las aventuras de J&P debido a la dificultad para encontrarlas (al menos en tebeo, que no en descarga de internet). Por eso me planteé este monográfico como una excusa ideal para leerme finalmente la colección de principio a fin!
Aunque de pequeño lei varias historietas de los Pitufos, en realidad siempre he tenido mayor predilección, como en tu caso, por Johan y Pirluit. Seguramente porque, al igual que Peyo, tengo un gran interés por las aventuras medievales.
Mi dominio del francés todavía es muy básico, pues apenas llevo unos meses estudiándolo, lo que unido a una lejana esperanza de una reedición española me echó para atrás a la hora de pillar los integrales de Dupuis, pero tratándose la biografía escrita por Dayez de un material altamente improbable de ver editado en castellano, trataré de hacerme con ella, y más si, como dices, abarca ampliamente la etapa de J&P.
¡Yo también estuve el año pasado, 50 aniversario de los Pitufos, en Bruselas! Sin embargo, encontré muy poco espacio dedicado a J&P en el CBBD... :( De nuevo, los Pitufos se llevaban casi todo el protagonismo.
He echado un vistazo rápido a vuestro hilo sobre J&P del foro de la T.I.A., y debo decir que estoy impresionado y muy gratamente sorprendido por toda la cantidad de información que allí se contiene! Creo que alguna de las imágenes que he ido encontrado con la "búsqueda de imágenes de google" incluso proceden de ese foro, sin que me hubiera percatado de la página en qué estaban alojadas. Para este fin de semana, que tendré tiempo para leer el post a fondo, me registro y me uniré encantado a vuestro debate! ;)
¡Y muchas gracias por tu amable ofrecimiento de información y por todos estos datos que aportas, ya que son más que bienvenidos!
Saludos! :)
¡Pues hola de nuevo, Messire Jolan! :-D
Yo he de confesar que no he aprendido "formalmente" francés en mi vida, lo que sé se lo debo precisamente a la lectura de los tebeos de Peyo en V.O. y a la lectura de diferentes páginas sobre los personajes, diccionario en mano. El libro de Dayez, como descarto una edición española, lo tengo traducido "a mi manera", así como otros por el estilo: monográficos en "Cahiers de la BD", "Le Monde de la BD-Johan et Pirlouit", etc.
Yo soy muy cabezota y llevo desde los 14 buscando cosas de estos personajes, tengo 42 años conque ya me dirás.
¡Caramba! ¿Estuviste en Bruselas en esos días? Pues entonces tuvimos que coincidir por la fuerza, estuve en el cbbd y tengo pendiente de escanear mogollón de fotos. También estuve en la expo itinerante de Place de la Monnaie, compré pitufillos blancos porque no llegué a pillar ninguno de los que, supuestamente, "soltaron". Me imagino que verías la última aparición (casi anecdótica) de J&P en el álbum conmemorativo "Les schtroumpfeurs de flûte", precuela simpática de "La Flauta de los Pitufos". Es una aparición muy breve, en las últimas páginas, cuando los Pitufos y ellos aún no se habían conocido y tal.
Si has leído el foro, te darás cuenta de que soy bastante irregular, he empezado cosas y he prometido colgar imágenes que luego he desatendido. Pero todo llegará con el tiempo, pues estoy convaleciente de una enfermedad que me ralentiza a veces cuando quiero ponerme a "trabajar" en esto, y no me deja avanzar al ritmo que yo querría. De todas formas, procuro cumplir mis compromisos, y como el tema sigue fascinándome, espero recuperar pronto el ritmo habitual.
Sigue en pie mi oferta de material, ayuda con las traducciones y todo eso.
Por cierto, la próxima cita con disfraz de Pirluit será en el Saló del Cómic, en Barcelona, m'agrada molt.
Casi se me olvidaba comentar que, aunque durante mucho tiempo no hubo forma de encontrar figurines de Schleich de Pirluit, en el cbbd los vendían "de nueva hornada". También vi un Pirlouit precioso de resina, de unos 20 cm o así, pero era demasiado caro, 220 euros. Dentro de poco saldrá el Johan con pitufos que completa el conjunto. Pues anda que cuando salga el conjunto Johan-Pirlouit-Rey-pitufo de la portada de "El País Maldito..."
Reholas Pirluit!
Yo también tengo el número dedicado a Johan y Pirluit de "Le Monde de la BD" (por cierto, qué colección tan estupenda! es una pena que no saquen por aquí algo parecido sobre los clásicos francobelgas). Además, tengo un especial cariño por este volumen porque fue el primer comic en francés que adquirí, y a medida que voy aprendiendo el idioma, lo retomo y cada vez pillo más cosillas. La información que contiene al principio, aunque escasa, es interesante. Y también incluye una aventura inédita en español: Le rose des sables.
Pues sí, también estuve dando vueltas por el CBBD y me lo pasé pipa! Lástima que fue antes de la liberación de pitufos por toda la ciudad. Ah, y no tenía ni idea de ese conmemorativo de J&P, qué curioso debe de ser!
Y de irregular nada, que he visto mensajes tuyos en ese foro que son auténticos dossieres magníficos sobre la serie! También leí un artículo en la Tebeosfera que me parece buenísimo y ahora me he enterado que es tuyo, creo! Mi enhorabuena por el trabajazo.
Descuida, que tiraré de tus conocimientos para cubrir mis lagunas de información cuando prepare las próximas reseñas de J&P. ;) Ya iré lanzando preguntas en el foro...
Jeje, y también tengo las dos figuritas de J&P de Schleich! ¿Las de esa última tirada son nuevas? Es que las figuras que vendían en el CBBD y otras tiendas especializadas son de estas que están esmaltadas y son carísimas! La de la portada de El país maldito: una pasada! (a más de mil euros las he visto en ebay, casi nada...)
Saludos! :)
¡Requeteholas, Jolan!
Bueno, la historia conmemorativa es en realidad de Los Pitufos. Se hizo para responder a una incógnita que siempre nos hemos hecho: ¿por qué la Flauta de Seis Agujeros, si la construyeron los pitufos, se hizo a escala humana? Esta historia explica este (aparente) fallo, al cual creo que yo ya he hecho mención alguna vez.
Sí, la de la Tebeosfera soy yo (ejem), y una de mis espinitas en la vida es que, justo cuando empecé mis colaboraciones, fue cuando me puse enferma (sufrí un pequeño ictus hace tres años), y tuve que dejar de escribir. El texto "Breve historia del Tebeo Francobelga" ya lo tenía escrito desde antes de ponerme enferma, por eso se pudo publicar, aunque las correcciones las tuvo que hacer Javier Alcázar, ya que yo era incapaz de leer textos largos (aunque fuesen míos). Me cansaba mucho. Ahora estoy en vías de recuperación.
También están en preparación otros textos largos sobre Peyo, y tengo un montón de cosas en el cajón, esperando a poder utilizarlas. Es que me daba un poco de rabia ver que, de Johan y Pirlouit, había casi nada hecho en español, y por lo tanto tenía que recurrir siempre a páginas francobelgas, foros de allá, etc. para enterarme. Hasta los americanos habían escrito más sobre "Johan and Peewit" (como allí son conocidos) que nosotros. Por eso me puse como tarea investigar y publicar lo que pudiera ir pillando yo, modestamente, para que otros aficionados que no supiesen francés pudiesen enterarse, que haberlos haylos.
En La Cárcel de Papel también estuve soltando el rollo un tiempo, fue allí donde conocí al Zorro Aullador (actual puntal del foro) y a Barrufet. Je, precisamente usé el libro "Le Monde de la BD-J&P" para enviar un mensaje secreto a Zorro Aullador y que éste pudiera comunicarse en privado conmigo... Si tienes ese libro, podrás descifrar tú también el mensaje, y conseguir así mi dirección de e-mail...
¡En seguida me paso por el foro a saludarte!
Otra cuestión que me preguntabas: las figurillas "caras y esmaltadas" son de la fábrica Pixi. Son de metal. Yo tengo sólo una, "Pirlouit sur Biquette en jouant de la guitare" (Pirluit sobre Biquette, tocando la guitarra). De esta fábrica hay también otro modelo, sacado de una viñeta de "La Flauta de Los Pitufos": Pirlouit dando un beso a un pitufo, con otros pitufos alrededor. Ése no me lo compré, aunque se encuentra fácilmente en tiendas. El mío me costó 60 euros (aunque lo he visto a 70), y el que no me traje era más caro.
Cuando fui a Bruselas en 2006 por primera vez, busqué como loca los "Schleich" de PVC de Johan y Pirlouit, ya sabes, Johan con su espada y Pirlouit con su mandolina. Pero me informaron de que estaban descatalogadas y ya no se fabricaban. Un amigo coleccionista me regaló un par, fechadas en 1978. Sin embargo, el Pirluit que había en el cbbd era de nueva factura, se ve que habían hecho algunos más. A Johan no lo vi. Me gustan más los de 1978. Éste nuevo estaba pintado con colores más brillantes, no sé...
Y luego, claro, están las figuras de resina, de unos 20 cm. de altura. Hay varias: un grupo (Pirlouit, Johan y un pitufo que les entrega la flauta), un Pirlouit con un pitufo en la mano (copia exacta de una viñeta de "El País Maldito", que muestra el reencuentro en la cueva) y próximamente saldrá el Johan que le acompaña con todos los otros pitufos, así como otro grupo distinto que ya te comenté (el de la balsa de la portada).
En fin, ya seguiremos pitufando, es decir, pirluiteando, a buen seguro.
¡Saludos!
Vaya, he tratado de saludarte y ponerte un pm desde el foro, pero he tenido problemas técnicos (es que estoy en otro ordenador) y no me deja enviar mensajes, se me llena todo de spam y se me borran los posts.
En fin, seguiré la conversación desde aquí, que es más fácil. Date por saludado y bienvenido al foro, y si quieres puedes enviarme un mail a mi dirección personal (supongo que, al ser tuyo el blog, la tienes disponible).
Si no, te enviaré otro mensaje secreto igual que hice con el Zorro Aullador, jejeje.
¡Hasta la próxima!
Ah, no te había hablado de "Le Bois aux Licornes", un cuento ilustrado sobre la vejez de Johan y Pirlouit, realizado por Convard y Juillard... Es muy bonito. Le tengo un cariño especial.
¿Cómo te los imaginas, de ancianos?
También hay una historia erótica sobre los héroes, dibujada por los amigos de Peyo como una broma-regalo a éste. Sólo conozco algunos detalles y la primera media plancha, que colgué en el foro en su día. Estaría muy bien que se publicara entera, ¿no? Sería muy cómico.
Pirluiiit! :D
A ver si veo alguna plancha de esa historia conmemorativa; debe de ser muy curiosa...
Pues me ratifico en mis felicitaciones por tu artículo de Tebeosfera! Deseo sinceramente que tu recuperación vaya bien y que, entre otras muchas cosas, te permita poder dedicar más tiempo a escribir, para disfrute de todos, pues lo que he leído tuyo hasta ahora es genial. ;)
He visto fotos de algunas de las figuras que mencionas. Entiendo estas ediciones de calidad para coleccionistas, pero no sé por qué no hacen versiones, de goma u otro material más modesto, para que fueran más accesibles a todo el mundo. Las que yo tengo de J&P son las que describes de Schleich, las de 1978.
He visto la portada de esa versión de J&P en su 'tercera edad', jeje. Se ve que es una colección que muestra la vejez de distintos héroes del comic. Qué idea más interesante! ¿cómo habrán retratado a J&P?
¡Ah, y lo que mencionas de la historia erótica de J&P me ha hecho recordar algo! En una tiendecita de Bruselas encontré un pastiche super curioso que consistía en una gran cantidad de personajes clásicos de la BD (incluídos J&P) en situaciones, digamos, comprometidas, jaja. Estaba tirado de precio y me lo llevé, más que nada por la singularidad del tebeo! No sé si te refieres al mismo...tal vez sea el que mencionas... Cuando saque tiempo, escaneo alguna de las páginas donde salen los héroes de Peyo y os las enseño en el foro.
Al no tener perfil de blogger no puedo ver tu mail, pero para cualquier cosa, puedes contactar conmigo en la dirección de correo del blog que verás arriba, en la sidebar. O, cuanto puedas acceder al foro, podemos contactar por ahí (pasaré a menudo). En todo caso, ya me has picado con esa especie de enigma extraido de Le Monde de la BD, jeje! Ya me contarás...
Ciao!
(por cierto, menuda charla nos estamos marcando en este hilo, jaja. Espero poder sacar la siguiente entrada del monográfico para primeros de marzo... porque está siendo la mar de entretenido conocer tantas cosas sobre la colección!) ;)
¡Hola de nuevo, Jolan!
Luego intentaré ponerte un pm, pero mientras tanto contestaré aquí a eso que me preguntas:
La historia erótica de J&P a la que me refiero no es ésa que dices tú, que supongo que será una en la que se ve a los héroes tratando de despertar a una princesa dormida en el castillo de Castellac.
La que yo digo, y que me intriga mucho, es una dibujada en 1969. Resulta que Peyo había empezado la historia "Le Sortilege de Maltrochu" (El Sortilegio de Malasombra), pero sufrió un infarto y tuvo que estar un tiempo en reposo. Entonces, Yvan Delporte escribió el guión para una historia "entre amigos", que dibujaron todos los dibujantes de Dupuis por turnos. En la biografía de Peyo se ve la primera plancha, que muestra a Pirlouit, practicando la alquimia y convirtiendo a Johan en una tía maciza y tal. Esta primera plancha, fechada el 15 de abril de 1969, la dibujó Roba, y luego participaron Franquin, Walthéry, Leloup, etc.
Me gustaría precisar más, pero no tengo el libro delante. Es que estoy de obras en casa, "refugiada" en casa de mis padres, y casi todas mis cosas están empaquetadas. Más adelante, si tienes paciencia, te contaré más cosas. De todas formas, estoy casi segura de que escaneé esta primera media plancha (a lápiz, en blanco y negro) en el hilo correspondiente en el foro (sobre J&P había un par de hilos).
Igualmente, si no puedes conseguir "Le Bois aux Licornes" en tu visita a Francia, pronto estaré en condiciones de mostrar unas planchas. La idea de esta colección, "Le Dernier Chapitre", fue de Convard, que decidió reunir a unos cuantos de sus "héroes de la infancia" para inventar historias sobre su hipotética vejez. De algunos no pudo hacerse por cuestiones de derechos (por ejemplo, no se pudo hacer la de Tintin), pero la familia Culliford dio su aprobación. Estaban previstos ocho títulos, pero, que yo sepa, sólo han salido unos cuatro o cinco. Lo divertido de esta historia, más poética que cómica, es la forma en la que se invierten los temperamentos de los héroes envejecidos: Johan quiere disfrutar por fin de un descanso, en cambio Pirlouit es el que se empeña en salir de aventuras. Como de costumbre, es el espíritu de la contradicción en estado puro, igual que cuando se marea con la mar en calma y se anima con las tormentas. También aparece un Hómnibus que ya chochea un poco. Johan se pasa todo el tiempo haciendo predicciones de futuro, ninguna de las cuales se cumplirá.
Lo único que deploro es la forma en la que están dibujados los héroes. Ninguno de los dos parece un auténtico anciano. Por lo demás, el dibujo de André Juillard me encanta. No es caricaturesco, sino realista.
Bueno, voy a ver si hoy tengo suerte y consigo ponerte un pm, de lo contrario vas a tener que descifrar mi código secreto... juajuajua (tranquilo, que no es difícil).
Saludos
Pirluit, acabo de ver tu pm en el foro. Te escribo por ahi. Pero ya aprovecho para responderte sobre alguna de las cosas que comentas. :)
Pues creo que la historieta erótica de J&P que yo encontré es otra diferente. Ahora no recuerdo quién la dibujó... En cuanto pueda, escaneo alguna página y os las enseño en el foro.
Voy a anotar también ese 'Boix aux Licornes' por si tuviera suerte y me lo encontrara, además de la biografía de Peyo. Desde luego, la colección ideada por Juillard tiene un punto de originalidad enorme.
Saludos!
Jolan, ayer terminé de leer todo el comentario de tu entrada (ya te dije que leo despacio), y lo he encontrado francamente genial. Maravillosamente sintetizado y expuesto.
Se me olvidó decirte que mencionan "le bois aux licornes" en el libro de "Le Monde de la BD-19-J&P", y que este libro lo vimos en tiendas de segunda mano en Bruselas. Espero que tengas suerte y consigas un ejemplar, si no ya te mostraré algunos dibujos (los hay muy bonitos).
Yo coincido contigo en todos los comentarios que haces sobre la versión de Bruguera, la más conocida en mi entorno. El recorte de textos fue lo que más llamó mi atención, aunque supongo que lo harían por cuestiones de espacio (la versión Bruguera tenía un formato menor). También destacaría que, además de cortar los textos (Peyo, sobre todo al principio, escribía demasiado y el texto pesaba mucho sobre la imagen, a veces incluso era reiterativo. Pero era lo que a él le gustaba, narrar más que dibujar), además de cortar los textos, Bruguera cambió algunos de ellos, de forma que no sólo se perdieron chistes, sino también explicaciones necesarias para entender la historia (el caso más exagerado lo encontré en "La Piedra de Luna"), incluso cambios en la situación (en el álbum 6, Johan se burla de Pirlouit, en cambio en Bruguera cambiaron la burla por una expresión más amistosa). Sustituyeron términos "medievales" (palabras pasadas de moda) por otros contemporáneos, eliminaron los apuntes "didácticos", cambiaron el "vos" por el "tú" en muchos casos y también cambiaron ciertas expresiones "duras" por otras más blandas (en el original se habla más de muerte, tortura, heridas, etc., y en cambio Bruguera lo traduce por "ir a prisión" y cosas por el estilo). Y, sobre todo, lo que más me llamó la atención, es que en el original se hace mucha mención, en los textos de los personajes, a aventuras de los álbumes anteriores, dando ya por conocidos lugares y personajes, en cambio en Bruguera no se hacen estas menciones (esto ocurre con la reaparición de la bruja Raquel en "La Guerra de Tomoylomo", o también, en "Los Pitufos tienen hambre", en donde uno de ellos recuerda con nostalgia sus tiempos de salchicha -"Los Pitufos y el Huevo", cosa que Bruguera no tradujo).
También me di cuenta, cuando vi el original, que la rotulación mecánica había impedido muchos juegos visuales que Peyo había hecho con los textos, a los que trataba casi como a un dibujo. Por ejemplo, cuando Pirlouit canta o se marea...
Ah, si te gustan los dibujos originales sobre J&P, busca la serigrafía de Jean-Claude Denis "Johan et Pirlouit" dentro de la colección "Hommage- Hèros de la BD" (era la número 5, creo). Se llama, oficialmente, "Les Champignons du Bois aux Roches".
¡Saludos!
Hola, amigos. Sólo comentar, respecto a la posible publicación de Johan y Pilrluit por Planeta, que por lo que parece la cosa sigue igual; de vez en cuando he vuelto a consultar, pero no han respondido; las útimas respuestas, como dije en mi blog, siguen diciendo que está en estudio.Un saludo de Tornasol.
Hola Tornasol!
Bueno, al menos no dan un NO rotundo, como ocurre con otras de las series propuestas a reedición. Mantengamos la esperanza. Yo creo que acabará saliendo más pronto o más tarde. Pero, en todo caso, puede que en unos días me pille el primer tomo del integral en francés, aprovechando mis vacaciones de semana santa por allí. Saludos!
Pues si ya estás de vuelta, amigo Jolan, podrías resumirnos las compras que has hecho, para poner los dientes largos, je,je, un saludo!
Así es, Jose Luis! :) En los próximos días veréis por aquí una entrada en la que os contaré un poco cómo ha sido eso de ir a comprar comics en París (incluyendo las referentes a Johan y Pirluit). Saludos!
Feliz cumpleaños, no sólo al creador de este blog, sino también a Peyo, Pirlouit y Biquette. Feliz santo a Johan... Hoy es 24 de Junio y, entre otras cosas (también se celebran las fiestas fundacionales de mi ciudad), hay mucho acontecimiento peyístico que celebrar... ¡Alegría, alegría!
Muchas gracias, Pirluit! Muy observadora, jeje... Aunque te has adelantado tan sólo un poquito: tanto el de Peyo como el de un servidor son mañana, 25.
Lo que sí es bien cierto es que casualmente (o quizá con intención del autor) se juntan ahora muchas fechas relacionadas con Peyo y sus J&P, empezando por el santoral de hoy. Por cierto, que si Peyo siguiera vivo, mañana haría... 81 años!
Uuups, pues es cierto... los que me conocen ya saben lo despistada que soy con las fechas, jajaja.
Ayer fue el de Delporte y hoy el de Peyo...
Pero sobre todo es el tuyo, Jolan. ¡Feliz Cumplaños! :-D
Sobre Yakari: no es tan difícil de encontrar como parece. Existe una librería en una calle turística perpendicular a la Via Laietana y que entra hacia el Barri Gòtic de Barcelona, donde hay Yakaris entre 2 y 4€ (no recuerdo).
¡Dios mío, cómo estoy disfrutando! No sé si alguien me leerá ya, porque este hilo tiene casi tres años, pero en fin...
Comienzo con un comentario un poco "off-topic": ¡¡¡qué gusto da leer un blog en el que ortografía y gramática son IM-PE-CA-BLES!!! ¡Estoy tan acostumbrada ya a que todo el mundo escriba mal...! ¡Gracias por demostrar que leer tebeos aporta cultura!
Yendo al grano: me presento como una rendida johanpirluitera, que también lleva media vida tratando de rescatar los "Olés" de J&P para, al menos, darse el gusto de leerlos todos. En este monográfico me estoy llevando sorpresas como descubrir que los guiones también eran de Peyo (en Bruguera acreditan a Delporte como guionista ?), y que aquí se censuraron y recortaron bastante... Bueno, en realidad no sé de qué me extraño, si estamos hablando de Bruguera... :/
Me muero de ganas de echar un vistazo a todas esas cosas de las que habláis: precuelas, historias cortas y sobre todo homenajes. Ya sean eróticos, filogays o gerontológicos, seguro que tienen tanta gracia y sentido como los dedicados a otra de las grandes ("inmensas", que diría Pirluit) parejas de ficción: Epi y Blas. ¿No detectáis cierta similitud...?
En fin, seguiría un rato largo, pero mejor dejo esto como introducción. Sólo quería aprovechar para recomendaros otra obra del pseudoPeyo, Derib, que a mí me gusta mucho más que Yakari: la serie de "Buddy Longway", una suerte de "Jeremiah Johnson" (la peli de Sidney Pollack) muy conseguido.
"¡Soy el alegre trovadooor
que canta como el mejooor!
¡Tralarí tralarááá!
¡Y aquel que me escucharááá
también muy feliz serááá!
Ya está".
Hola Liebre de Marzo:
¡Naturalmente que me llega tu comentario! Y, es más, siempre hace especial ilusión ver nuevos comentarios en entradas antiguas. Muchas gracias también por tus amables palabras sobre el blog.
Delporte creo que es el guionista de los Pitufos post-Peyo, pero Johan y Pirluit siempre quedarán como el ojito derecho del autor belga. Sólo los cuatro últimos tomos, realizados tras su muerte, pertenecen a sus continuadores, y sin demasiado acierto, me temo.
Veo que conoces de sobra los atropellos de Bruguera, así que poco que añadir en ese sentido. Pero seamos condescendientes y demos por bueno que al menos nos trajeron, aunque muy trastocadas, algunas grandes historietas del cómic francobelga que en España estaban inéditas.
Fíjate, nunca había pensado en J&P como Epi y Blas, pero ahora que lo dices es verdad que se podrían establecer ciertas analogías entre ambas parejas.
Me confieso desconocedor de la obra de Derib en general (a día de hoy todavía no me he embarcado en Yakari, y eso que su reedición va viento en popa) y de Buddy Longway en particular. Pero siempre tomo nota de las recomendaciones que me hacéis por aquí, así que le echaré un vistazo a este último.
Llevo largo tiempo con la idea de retomar este abandonado monográfico de Johan y Pirluit, e ir reseñando cada uno de sus álbumes (tengo los Olé y también los dos primeros tomos integrales en francés). Pero no llego a todo, así que mejor no prometer nada por ahora. Cuando pueda volver a echarle el guante a esta sección del blog, me gustaría empezar por hablar de las primeras aventuras de Johan en solitario, las anteriores a los álbumes. Me propondré retomarlo en este año.
Saludos y de nuevo gracias por comentar!
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