Una web de opinión sobre el género fantástico y de aventuras en todos sus medios.

sábado, 26 de enero de 2013

El Hobbit: Un viaje inesperado

A estas alturas, pasado más de un mes tras su estreno en cines, doy por hecho que estaréis ya un poco saturados de leer críticas y valoraciones de toda clase sobre El Hobbit: Un viaje inesperado, pero tratándose de una de las mejores películas de género fantástico que nos ha procurado la cartelera últimamente, y siendo la temática de este blog la que es, creo que sería imperdonable no aportar la opinión que se merece. Por una vez voy a intentar no enrollarme demasiado y en esta enésima reseña subida a la red sobre la aventura épica de Bilbo, me centraré en resaltar mi punto de vista sobre los distintos aspectos de una película que, al contrario de su título, era muy esperada por todos los aficionados a la obra de J. R. R. Tolkien, así como por quienes la descubrieron gracias a la adaptación cinematográfica previa de El Señor de los Anillos (2001-2003).

Una década después de El Retorno del Rey y con cambio de dirección por medio, tras el abandono de Guillermo del Toro a la cabeza del proyecto, de nuevo Peter Jackson asume las riendas para sumergirnos una vez más en la Tierra Media de Tolkien, que ahora nos resulta agradablemente familiar sobre la pantalla gracias al trabajo desarrollado en la ya mítica trilogía. Y lo hace tirando de su precuela literaria en una decisión que ha levantado ampollas entre el fandom a nivel mundial: trasladar la novela original (de apenas 300 páginas) al cine, a lo largo de nada menos que tres nuevas películas; una osadía juzgada excesiva por casi todos, que sólo parecía justificarse en la ambición de hacer dinero gracias a una más que segura taquilla millonaria. Vista la primera entrega, sin perder de vista el indudable peso de las motivaciones económicas, uno no puede dejar de admirar la personalísima devoción que el director neozelandés ha demostrado por dar vida a la creación de Tolkien en conjunto y plasmar al detalle este maravilloso mundo fantástico, al margen de otras metas más materiales.

Vamos con un resumen muy conciso de la trama con la que da inicio esta nueva trilogía, si es que existe alguien que aún hoy no está al tanto de su argumento. El Hobbit: Un viaje inesperado narra el periplo de Bilbo Bolsón, que se ve repentinamente arrastrado a una búsqueda épica para reclamar el reino perdido de los enanos de Erebor, conquistado largo tiempo atrás a sangre y fuego por el dragón Smaug. Empujado por Gandalf el Gris, Bilbo acaba uniéndose a una compañía de trece enanos, liderados por el legendario guerrero Thorin Escudo de Roble. Su misión les llevará a través de tierras salvajes y peligrosas montañas atestadas de trasgos y criaturas aún peores. Pero un encuentro casual en las profundidades pondrá a Bilbo sobre un descubrimiento que cambiará el curso de la historia de la Tierra Media en los años venideros: el hallazgo de un misterioso anillo mágico que cuenta con la capacidad de volver invisible a su portador.

Situadas cronológicamente sesenta años antes de los sucesos que tienen lugar en El Señor de los Anillos, las peripecias de Bilbo, más allá de la importancia que subyace en la revelación de un secreto que articula el futuro del universo tolkieniano, destacan por componer una increible aventura en sí misma; un viaje iniciático en toda regla plagado de anécdotas y un fabuloso enredo que comienza en el acogedor salón de un agujero-hobbit y no terminará hasta alcanzar el sombrío cubil de un terrible dragón. Pero todo a su debido tiempo, porque esta primera entrega cinematográfica concluye con el grupo a salvo al otro lado de las Montañas Nubladas, merced a la ayuda de las águilas de Gwaihir y con medio camino aún por delante.

Parecía que no iba a ser posible... y sin embargo Jackson logra dar forma a una vibrante producción de tres horas de metraje y guardarse aún en la manga contenidos suficientes para repetir la experiencia en las dos partes que están por llegar. No cabe otro veredicto, desde mi postura de espectador, que un incuestionable aplauso. Para quienes adoramos la novela, que ésta también pase a englobar el acervo fantástico del mundo del séptimo arte no puede ser mejor noticia. Y para los que únicamente vieron las películas que la suceden argumentalmente, y las disfrutaron entonces, sin duda agradecerán este regreso a la ficción fantástica que explica el origen de los eventos que ya les cautivaron en la butaca hace diez años.

En su calidad de adaptación (como siempre digo en estos casos, en el sentido de mantenerse esencialmente fiel al espíritu de la obra retratada, y no de aferrarse a cada uno de sus pormenores) discrepo de opiniones que he podido ver recogidas en distintos medios, donde se crítica la manera en que el film se aparta del guión original. O hemos visto películas distintas o diría que esto no es cierto salvo en detalles que no guardan una importancia excesiva, ni desvían sustancialmente el hilo de la trama principal: todos los episodios fundamentales de la novela y las anécdotas que éstos contienen están ahí. Cosa distinta es que se hayan incluido secuencias y momentos necesarios como elementos de enlace entre una trilogía y otra, con mínimas variaciones y unos cuantos complementos que reconducen la historia para hacerla más viable y coherente, y acabar así ciñéndose en forma y resultado a su fuente narrativa.

Un perfecto ejemplo de este ardid que Peter Jackson pone en práctica es la celebración del Concilio Blanco en Rivendel, que además de sembrar la sospecha sobre la identidad del nigromante del Bosque Negro hacia quien todos ya sabemos, nos regala la oportunidad de ver nuevamente a Galadriel y a Saruman, ausentes en el libro. Y también esa maravillosa intro, extensión de lo que en el texto sólo se cuenta por boca de Thorin, con la recreación del reino de Erebor y la ciudad de Valle, dando sentido a la misión que está por venir (perfecta sobre todo para meter en la historia a quienes no hayan leído la novela) y presentando a Thror y a Thrain, abuelo y padre de Thorin respectivamente, en una suerte de preámbulo de la lucha por Moria.

Personalmente, lo que menos me ha satisfecho o interesado, más bien del guión adaptado ha sido el empeño de crear un sanguinario enemigo para Thorin Escudo de Roble en la figura del jefe orco Azog (de quien no se explica muy bien su odio hacia la casta de Thror), así como ese enfrentamiento en los minutos finales de la película como uno de sus pocos añadidos un tanto superfluos, a mi parecer. Entiendo, sin embargo, que se ha querido introducir un antagonista desde el principio de esta nueva trilogía (que además sirve de excusa para el apodo del líder enano), ya que es de suponer que Smaug no hará acto de presencia hasta mucho más tarde. Hay otros pasajes que también han sufrido alguna ligera modificación, sea para no confundir demasiado al espectador o para acrecentar el tono épico de la cinta, como el famoso encuentro con los trolls (algo diferente en su forma de resolverse) o la escena de los gigantes de piedra, más bestia y ruidosa de lo que resulta en el libro.

Pero en líneas generales, como apuntaba antes, da gusto ir reconociendo plano tras plano las distintas jornadas del fascinante viaje que se pone en marcha en esta primera entrega, empezando por la voz en off de Bilbo que abre la proyección con los inconfundibles primeros renglones de El Hobbit. He agradecido ver nuevamente al bueno de Frodo, cuya presencia es totalmente razonable en vista del modo que se ha enfocado el arranque de la película. Y siguiendo con la reunión en el smial de Bilbo, fiel reflejo de la súbita tertulia donde se presenta a los trece enanos a los que sigue en esta odisea, constituye, como en el libro, uno de los momentos grandes de la historia, alternando el tratamiento humorístico de su accidentada llegada con la solemnidad del proyecto expedicionario.

Mientras que el paso por Rivendel añade las escenas ya mencionadas (estupendo ver también de nuevo a Hugo Weaving en la piel de Elrond), con la particularidad de una enfatizada animadversión de Thorin hacia sus anfitriones (aunque es bien sabido que enanos y elfos nunca han hecho demasiadas buenas migas, a pesar de ser aliados a veces, y que ese trato incómodo entre ambas razas viene de edades antiguas), la travesía por las Montañas Nubladas se desenvuelve con exactitud milimétrica respecto a la obra literaria. Al tiempo que los enanos y Gandalf se las ven con el rey trasgo, nuestro hobbit vive en la pantalla una de las escenas que aguardábamos con más expectación: su tropiezo con Gollum, demorándose en adivinanzas calcadas a las de su capítulo, claro en las oscuras cavernas de la tenebrosa cordillera, antes de salir nuevamente a la luz del día, ya con el anillo único en su poder. Por delante: la casa de Beorn y la marcha a través del Bosque Negro y el reino oculto de Thranduil, antes de abordar el ascenso a la Montaña Solitaria. Pero para eso tendremos que esperar todavía a finales de 2013 y 2014.

Honestamente, no diría que a la película le sobre un solo minuto y me ha embelesado de principio a fin. Sí es cierto, no obstante, que hay secuencias alargadas más de la cuenta, como el recorrido por la ciudad de los trasgos que recuerda un poco al de Moria y alguna que otra lucha-persecución-huída; por ejemplo, la que tiene lugar contra los jinetes de huargos antes de alcanzar Rivendel. Pero es que en la obra de Tolkien es así: a menudo la compañía se ve en apuros, Gandalf les saca del atolladero y les pone a correr a toda prisa. Por lo demás, como ya intuíamos, tanto el film como sus actores destacan por exhibir un tono más heroico respecto a la inocencia del relato escrito; más adulto, si se quiere ver así, aunque no faltan toques cómicos y expresiones del mismo humor que posee este último.

Quizá una de las situaciones peor encajadas por el público-lector en ese sentido ha sido la inclusión en la historia de Radagast (apenas mencionado de pasada en el libro por Gandalf), que interpreta el escocés Sylvester McCoy; una de las apariciones que más polvareda ha levantado y foco de los principales reproches, a tenor de los comentarios que he leído hasta ahora. A pesar del planteamiento algo ridículo de su actuación y de cosas muy sui géneris como el trineo de conejos del Rhosgobel, no es un personaje que me haya irritado y doy por buena su intervención para anticipar lo que ocurre en el Bosque Negro; todo lo relativo a las sombras que se extienden por la floresta y al nigromante de Dol Guldur, de modo que el espectador sepa con qué se van a encontrar los enanos y el hobbit en un futuro próximo.

En fin, contando con este guiño al poderoso Istari, amante de los animales y de la naturaleza, hay que decir que todos los sucesos de la Tierra Media que se aluden en el film están correctamente mudados al mismo desde obras como, por ejemplo, el imprescindible Silmarillion o los Cuentos Inconclusos. Pero soy de los que piensan que quien no haya leído estos títulos, y no ya solamente El Hobbit, puede sentirse un poco desorientado ante la profusión de nombres y referencias de cualquier tipo. Con todo, sin duda es un placer percibir citas en relación, por ejemplo, a Gondolin, cuando se habla de las espadas Orcrist y Glamdring, o acerca del Rey Brujo de Angmar.

Y, entretanto, nuestros oídos se dejan seducir por la espléndida banda sonora compuesta, como para El Señor de los Anillos, por Howard Shore, con piezas nuevas que se entremezclan con las provenientes de la célebre trilogía (de la cual la película es innegablemente deudora en este punto). De hecho, una particularidad del conjunto de sinfonías del film es otorgarle por momentos cierto aire de musical, que obedece al hecho de que la novela también está salpicada de varios fragmentos melódicos y canciones, en su vertiente escrita, claro está. La muestra más clara de este matiz en Un Viaje Inesperado es sin lugar a dudas su tema por excelencia, el grave y ceremonioso Misty Mountains Cold que resuena a lo largo de distintas secuencias de carácter épico del metraje desde el momento que el séquito de Thorin lo entona a coro. En mi opinión, doblarlo al castellano no ha sido la mejor decisión de la productora y seguro hubiera quedado más modulado y bonito en su versión original, con subtítulos. Sé que lo habréis escuchado ya mil veces desde la fecha del estreno en un montón de sitios donde también se han hecho eco de este admirable cántico, pero no me resisto a que quede grabado igualmente en mi bitácora como seña de identidad de la versión cinematográfica de El Hobbit, dentro de un repertorio de 32 temas de los que habrá que adueñarse pronto.


Hay que hacer una observación obligada al apartado técnico y el manido nuevo formato 3D HFR (o lo que es lo mismo, a 48 fotogramas por segundo) para el que la producción ha sido concebida desde el principio, más próximo que nunca a la percepción del ojo humano y a una sensación de realidad sobre la pantalla no conseguida hasta hoy. A mí estas cuestiones la verdad que se me escapan un poco, y aunque no dudo por un momento que influyan decisivamente en el proceso artístico, creo que no han de estar por encima de un guión bien dispuesto y una correcta actuación del reparto, que es de lo que siempre se ha tratado en cine, se hable de la película que sea. En mi caso, la vi en la versión digital estándar y tan a gusto, oiga.

Me queda hacer un apunte acerca de las interpretaciones principales, si bien a modo de resumen tengo que confesar que todas ellas me parecieron excelentes, así que para qué darle vueltas al tema. Decididamente la elección de Martin Freeman (el Dr. Watson de la serie Sherlock) como Bilbo no podía haber sido más idónea; diría incluso que superando el trabajo de Elijah Wood como Frodo. El Bilbo de la ancianidad, que representa Ian Holm, complementa a la perfección el papel del hobbit protagonista. A la cabeza de la troupe de enanos tenemos al resolutivo Richard Armitage que cumple con creces en el rol de Thorin, algo más severo quizás que el expuesto por Tolkien. Y, como dije hablando de la novela hace unos días, mis preferencias se decantan por Gandalf, que encarna el genial Ian McKellen (volviendo a clavar un papel que parece pensado para él), en una actuación que refleja al famoso mago tal y como le corresponde en la narración, esto es, no tan adusto como durante El Señor de los Anillos, donde se le presentaba más malhumorado por el peso de las responsabilidades. Por último, ovación de honor una vez más para Andy Serkis, gracias a una prolongación de su Gollum todavía más pulida si cabe que en intervenciones previas.

Se ha realizado una gran labor en lo que atañe a la caracterización de los enanos que, libres de la imagen bonachona y un poco infantil de la novela, despliegan una apariencia de lo más variada: desde la fiereza guerrera de Thorin, a la sabia expresión de Balin, o la chispa juvenil e impetuosa que aportan Fili y Kili. Del proceso de transformación para disfrazar a los actores a la guisa de enanos (algo similar ocurre con los figurantes que han ejercido de trasgos) ya hablaré más a fondo cuando comente la guía oficial de la película uno de mis regalos de las pasadas fiestas que se centra en estas y otras cuestiones del rodaje, incluyendo las brillantes localizaciones que evocan las diferentes etapas del camino hacia el este. Eso sí, mi enhorabuena a los encargados de vestuario y maquillaje, que han logrado disimular el paso de los años, casi imperceptible en actores y actrices como Christopher Lee, Ian McKellen y Cate Blanchett.

Aún después de haber visto y gozado esta extraordinaria producción, admitiendo como válidas las secuencias insertadas que alargan su extensión, sigo considerando que tres entregas tal vez sea demasiado. Creo que una segunda película, como estaba previsto inicialmente, bastaría para bordar el argumento de El Hobbit a la perfección, incluyendo escenas extra. La verdad, no sé cómo harán Peter Jackson y su equipo para distribuir el relato hasta tal longitud, pero casi no me cabe duda de que sabrá apañárselas para meterse de nuevo a la mayoría del público en el bolsillo. Mientras el resultado se sitúe en los niveles de calidad de esta primera parte, bienvenido sea. Por lo pronto, nos toca ser pacientes todavía hasta finales de año para cuando llegue La Desolación de Smaug.

Nada, que al final igual sí me he enrollado más de lo debido... pero, ¿qué queréis? Se trata de El Hobbit... ¡es inevitable hablar sin parar de esta obra, y más ahora que ya forma parte del mundo del cine! Sé que me dejo alguna que otra curiosidad por comentar, pero dado que continuaré con esta monografía sobre todo lo que ha surgido recientemente alrededor del sublime cuento de Tolkien, ya me aplicaré en ello. Una última ocurrencia: ¿alguién se había percatado que el estreno de El Hobbit: Un Viaje Inesperado, el pasado 14 de diciembre, coincidió con el Día de Durin (según indicaciones del autor, el primer día tras la última luna del otoño)? ¡Comprobadlo! ¿Golpe de ingenio de Peter Jackson o pura casualidad..?

Tan sólo anunciar que la película estará disponible en DVD y Blue-ray en apenas un par de meses, mientras que la versión extendida llegará a las tiendas para el tercer trimestre de 2013. ¡Así que estad atentos! Desde aquí hago también un llamamiento al respetable por si alguien tiene a bien regalarme una réplica de Dardo, la espada corta de Bilbo, para colgarla en mi frikoteca particular, en la salita de estar del blog.

Calificación:

Otras reseñas en Adalides sobre El Hobbit:
El Hobbit, de J.R.R. Tolkien (la novela)
El Hobbit (el cómic)

11 comentarios:

Fawn dijo...

Fantástica reseña, Jolan!!! he disfrutado muchísimo con ella. He empezado a leer la novela esta semana y si que aprecio ciertos cambios con respecto a la peli pero son cambios que me han gustado mucho. Ya te contaré cuando acabe de leerla ;)

Un besazo y feliz y mágico fin de semana!!

Jolan dijo...

Gracias, Fawn. Estoy seguro de que vas a disfrutar mucho con la lectura de El Hobbit. Y dado que has visto la película previamente, aunque ya se hayan asentado algunas imágenes en tu cabeza que corresponden a sus primeros capítulos, también te dará una perspectiva diferente, sobre todo al poder ir haciendo la comparativa.

Además, ahora podrás descubrir el final de la historia sin tener que esperar a los dos próximas películas. :)

Un abrazo y buen finde!

Raistlin dijo...

Pues estoy prácticamente de acuerdo con todas tus apreciaciones de la película :-)

Hay algunas cosas que no me terminan de convencer (Azog, aunque lo entiendo, o Radagast, demasiado caricaturizado), aunque en general entiendo los cambios a nivel de adaptación a la gran pantalla, es decir, los motivos para incluir a Azog o Radagast, así como otros cambios. Un libro no es lo mismo que una película.

Se me hicieron algo más dolorosos algunos chascarrillos como el del Rey Trasgo o similar, pero en fin, nada grave.

A pesar de esos detalles menores, disfruté bastante con la peli el día del estreno, y disfruté aun más cuando la vi por segunda vez. Una adaptación minuciosa y que creo que rezuma cariño por la obra original, interpretaciones portentosas (grande ese Gandalf el Gris, cómo lo echaba de menos...), una música evocadora y reminiscente (como no podría ser de otra forma) de El Señor de los Anillos... En fin, una gozada.

Por mi parte, caerá la versión extendida en BR. Todo minuto grabado de la Tierra Media tiene que estar en mi estantería :-)

Un saludo!

Jolan dijo...

Es ese Azog lo que creo que muchos hemos visto como innecesario. Vale que la primera parte no tiene un antagonista claramente definido, pero están los trolls, los trasgos de las Montañas Nubladas, los wargos, etc. Realmente, no creo que hiciera falta meter un enemigo principal, pero bueno...

En cuanto a Radagast... pues es cierto que choca un poco la pinta ridícula que le han puesto. Sobre todo si consideramos la imagen que Tolkien nos transmitió de él, ya que se le supone uno de los Istari más poderosos, tal vez incluso por encima de Gandalf.

¿Cuáles son los chascarrillos del Rey Trasgo que comentas? Ahora mismo no me vienen a la cabeza...

En fin, como tú mismo dices, y es como yo lo he ententido también, aparte de los intereses comerciales de esta nueva trilogía, en el trabajo de Peter Jackson se advierte cariño y devoción por la obra de Tolkien en general. Y creo que eso disculpa sus posibles errores.

No me habría importado verla una 2ª vez en cine, la verdad. Pero yo aguardaré igualmente a la versión extendida.

Saludos.

Raistlin dijo...

Al chascarrillo del Rey Trasgo me refiero a su enfrentamiento con Gandalf y su "Oh. Será suficiente.", después de la bravata que le suelta xD

Esas cosas me descolocan bastante.

Jolan dijo...

Ay, pues no caigo en la anécdota, Raistlin; me fijaré cuando vuelva a ver la peli. Pero supongo que será como algunos de los anacronismos que tiene la novela, como las coñas que hace Tolkien sobre la invención del golf, creo recordar ahora, y cosas similares a esa, a partir de situaciones que les suceden al grupo de enanos.

Saludos!

Jareth dijo...

Saludos, Jolan

al fin la he visto y la verdad es que ya me estaba demorando demasiado. Aunque me ha entretenido y gustado lo suficiente no participo de tu entusiasmo por ella. Principalmente, porque, una vez más, me desanima ver que el espíritu Hollywood vuelve a imponerse al espíritu Tolkien, aunque lo entiendo, el dinero viene de donde viene y el cine es un arte industrial imposible de realizar ( al menos con este tipo de producciones ) si no hay mucha pasta de por medio. Aunque hay momentos que he disfrutado como un enano, y con ellos me quedo, hay otros que me han hecho removerme seriamente del sofa. Como tanto se ha comentado, apariciones como la de "este" Radagast hacen que el proyecto pierda credibilidad y autenticidad, y eso que soy uno de esos que agradece los "ewoks" en el "Retorno del Jedi", pero esto ya es demasiado. La ridiculización a la que somete a un personaje que encima ni aparece, ni tiene porque aparecer en "El Hobbit" me ha parecido bochornosa. Escenas como las del trineo infográfico tirado por conejos a lo "Santa Claus", me alejan directamente del regusto Tolkien para rememorarme otros directamente más pentilentes. Y es que las extensas escenas, como esta o la persecución de los trasgos en las cuevas, pierden completamente el tono, espíritu o climax que uno experimenta al leer cualquier obra de Tolkien ( incluso ésta, que tiene uno tono más juvenil ). Eso no significa que desprecie el humor en esta serie de películas, supuestamente épicas. Por ejemplo, en "Willow", que me encanta, se encuentra un buen equilibrio entre humor-acción, que aquí no esta tan logrado. Por otro lado, y como decía, estoy un poco cansado de que se confunda épica y acción con exceso infográfico, coreográfico y de lo que se quiera. El dramatismo en las escenas de lucha no se consigue viendo a los personajes encadenando salto tras salto, espadazo tras espadazo, y azar tras azar, como en estos juegos de plataformas de los que tira esta película como tantas otras. A ver si les da por ver un poco más de clásicos a estos realizadores, porque encima les saldrán las pelis más baratas.
Leí el Hobbit por vez primera con unos 7 años, y "El señor de los anillos" cuando aún dormía en pijama en la cama de mis padres, y aunque he disfrutado viendo la caracterización de ciertos personajes, la escenificación de algunos pasajes, y escuchando buenos temas musicales, me sigue faltando "algo". Después de meditarlo pienso que esta película está aquejada de uno de los males habituales en el cine de hoy día, sobretodo de este tipo. Les falta sobriedad. Precisamente el "Tintin" de Spielberg, que me gustó mucho, falla cuando se lanza a esas pirotécnias futiles y desproporcionadas. Jackson cae en el mismo error.

Soy un defensor de las adaptaciones libres, por lo tanto intento no juzgar las obras en base a la fidelidad o literalidad con la que se acercan al original. De hecho, hay excelentes películas que varían a su manera el material de procedencia para dar grandes obras, pero este no es el caso. Viendo el resultado, este "Hobbit" de Jackson queda muy lejos de lo que Tolkien me ha regalado a lo largo de tantos años. Es injusto, lo sé. No puedo pedir a Jackson que sea Tolkien, pero si me hubiera gustado que en algunos momentos hubiera recordado que pese a su desbordante fantasía, y su peculiar humor, Tolkien era un tipo comedido, con buen gusto para la recreación de atmósferas, que dudo hubiera aprobado muchas de las cosas que en esta película aparecen.

La verdad es que me ha dejado un sabor agri-dulce este "Hobbit", del que esperaba más, pero que seguro volveré a ver otras veces. Quizás con el tiempo mi opinión mejore, quizás empeore o se mantenga igual. La verdad es que no lo sé. Aún así agradezco haber visto en imágenes escenas o momentos, que como chisporroteos de una gran hoguera, si me han devuelto esa tono "Tolkien".

Jareth dijo...

...no sé, en general, y pese a que no me ha desagradado la encuentro fallida respecto a lo que podía haber llegado a ser.

Aprovecho el rollo este que estoy soltando, para reivindicar, una vez más, esa joya más por talento y por traslación de un espíritu que es "El señor de los Anillos" de Ralph Bakshi. Aún con las deficiencias que se le puedan señalar recrea una atmósfera que ni Jackson consigue con su trilogía ( que me encanta también ). De hecho, se nota muchísimo que Jackson la vio con detenimiento antes de hacer la suya...pero eso es otra historia. El guión corre a cargo de Peter S. Beagle, célebre escritor de Fantasía, conocido por su clásicazo "El último unicornio", del cual también hay una estupenda versión en dibujos animados.

Para no acabar negativamente este comentario, decir que me ha encantado ese tema de los enanos que suena en los créditos finales y que aún canturreo...eso sí, me parece puro y genuino Tolkien.

Saludos desde dentro del laberinto!!...y perdón por dar la lata con tanto texto, Jolan, amigo.

Jolan dijo...

Hola Jareth!

En primer lugar, muchas gracias por expresar tu opinión de un modo tan detallado y completo! Da gusto encontrarse comentarios así. ^^

Si te soy sincero, a medida que la película se ha ido haciendo sitio en mi memoria, he pensado en más de una ocasión durante el tiempo que ha transcurrido desde que fui a ver esta primera parte de El Hobbit, que a la película se le podría haber exigido más en determinados aspectos y que quizá fui muy indulgente otorgándole nada menos que un 9 en la calificación.

Hay varias cuestiones en las que estoy muy de acuerdo con lo que indicas. Una de ellas es esa sobriedad Tolkieniana a la que haces referencia, que seguramente habría sido más efectiva que tanta pirotecnia en la peli, con la que a Jackson tal vez se le ha ido la mano en esta ocasión. Además es que es verdad que las escenas que menos me llegaron fueron precisamente en las que se anda con tanto salto, mandoble y carrera.

Por otra parte, sin llegar al punto de revolverme en la butaca, tengo que admitir que si se hubiera suprimido directamente la escena de Radagast (a quien tan sólo se cita en El Hobbit), y muy en particular la del famoso trineo, igual el acabado de la peli hubiera mejorado incluso. Sé que la imagen de Radagast en el film ha levantado ampollas; no en vano se le cita como uno de los Istari más poderosos y aquí sale como un pelele. A ver de qué manera enfoca Jackson a este personaje en las dos partes siguientes... Para mí lo de Azog, por cierto, también sobraba en gran medida.

He visto varias veces, hace muchos años ya eso sí, la peli de Bakshi. Y, a pesar de que hay cosas de ella que me parecían defectuosas, es cierto que la ambientación conseguida es formidable. Desconocía que Peter S. Beagle hubiera estado detrás de esta cinta animada...

En fin, efectivamente hemos de que reconocer que también hay momentos muy buenos (como la canción de los enanos), y lo que espero es que la segunda y tercera parte limen los defectos que padecía este Viaje Inesperado. También la primera entrega de ESDLA de Jackson fue la peor valorada de las tres, al fin y al cabo.

No quisiera terminar mi respuesta sin remarcar que observo que también eres un enamorado de Willow (y por extensión de las producciones de su mismo estilo, como ya sabía). ;) Qué tendrá esta peli para que todos la encontremos tan increible! Sin duda, es una de mis producciones cinematográficas de fantasía favoritas. Este año, aprovechando que se cumple su 25 aniversario, ¡casi ná!, quiero dedicarle una buena reseña.

Un saludo, Jareth, y de nuevo gracias por tu comentario. :)

Dimitri dijo...

Excelente reseña y excelente nivel de los comentarios... creo que ya lo habéis dicho todo, así que sólo añadiré que yo me lo pasé en grande y que espero YA la segunda entrega de la saga.

Sobre su fantástica música, hacemos un análisis: http://booksymusic.blogspot.com.es/2013/05/el-hobbit-howard-shore.html, por si os interesa saber algo más de la BSO.

Saludos!

Jolan dijo...

Gracias, Dimitri. En general me gusta mucho la música que acompaña a la fantasía en cualquier medio. Veo que tienes un blog muy interesante orientado en ese sentido. Lo anoto y me paso por allí a leerte.

Saludos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...