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miércoles, 16 de marzo de 2011

Bulles Jazz Blues


Dentro de las diversas propuestas culturales que integran el programa de actividades de la Semana de la Francofonía, que se celebra estos días en Madrid (del 7 al 24 de marzo), no podía faltar alguna forma de mención al noveno arte. Este año se ha querido ofrecer un homenaje a la música en general -y al jazz, blues y swing en particular- utilizando el cómic como medio de expresión.

Gracias a la aportación de fondos de varias entidades francobelgas, como la propia Embajada de Bélgica en Madrid, o el conocido C.B.B.D. (Centro Belga de la Bande Dessinée) que ha colaborado en las acciones de búsqueda documental, podemos asistir a un pequeño muestrario de láminas y carteles de cómic de autores belgas, relacionados con la temática elegida para este año.

A continuación os dejo con unas cuantas fotos de las planchas más representativas que pude realizar durante mi visita. Las primeras están destinadas a narrar y reflejar gráficamente la vida de algunas grandes figuras, en especial el belga Adolphe Sax (inventor del saxofón), de Sydney Bechet, Louis Armstrong, Thelonious Monk, Miles Davis, Lester Young, etc. que incluso en varias ocasiones se convierten en verdaderos protagonistas de las páginas del cómic. Esta parte va seguida de una sucesión de planchas, viñetas, gags y portadas que se han hecho eco de estas vertientes musicales.

«Los autores de cómic valones y bruselenses están hechos a semejanza del jazz, de su alma y de sus corrientes: creativos, curiosos, apasionados, cultivando tanto lo irrisorio como un gusto por lo festivo, o la noche y sus apariciones. Por algo han crecido en un país que fue la cuna de Adolphe Sax.

Reflejo de la sociedad y de su imaginación, el cómic se ha apropiado del jazz. Contando la vida de sus grandes solistas o del más célebre habitante de Dinant, el mismo Sax, la exposición ha conjugado el swing y el blues en todos sus aspectos de día y de noche.

Aquí, la narración es simplemente biográfica y transforma a un famoso trompetista en un héroe de cómic, en un modelo a seguir... Después, es el jazz y su universo el objeto mismo de la obra dibujada... Paralelamente, encontramos la música venida de Nueva Orleans, de Nueva York o de los sótanos de Saint-Germain-des-Prés, que dibuja un ambiente y una decoración.

Trabajadores solitarios, inspirados tanto por lo que escuchan como por sus emociones o sus aspiraciones en la vida, los autores de cómic nos cuentan en imágenes historias tiernas, ardientes o salvajes. Se han convertido en maestros en el arte de comunicar su pasión por el ambiente que el jazz les inspira. Sus herramientas son lápices y tintas, guaches y acuarelas puestos al servicio de estos hombres del jazz que reinventan los colores de la vida con simples notas musicales: Burbujas, Jazz, Blues.

Junto con el Centro Belga del Cómic, Wallonie-Bruxelles International, las Delegaciones Económicas y Comerciales de las Regiones Valona y Bruselense, y la Embajada de Bélgica en Madrid se sienten particularmente felices de proponer este homenaje cruzado al jazz y al cómic, mediante la obra de autores valones y bruselenses.

Esta exposición forma parte de los actos que se desarrollan dentro del marco de la Semana de la Francofonía 2011 en Madrid.»
Jean Auquier


(Hacer click en las fotos para ampliar.)


El Pitufísimo: Pitufonía en do. (Peyo e Yvan Delporte). Éditions Dupuis



Passe-moi l'ciel: Au suivant (Stuf y Janry). Éditions Dupuis
Les belles histoires de l'oncle Paul (Eddy Paape y O. Joly) Revista Spirou nº 1199



Ostende-Miami (Louis Joos y Andrieu). Ice Crim's


150 ans d'avatars de la province de Namur (Laverdure, Streng y Laloux).
Éditions de la Province de Namur



Aquiles Talón, el rey de la ciencia-dicción (Greg). Éditions Dargaud


Louis Armstrong (Hermann y Step). Revista Tintín / Éditions Lombard
Thelonious Monk (Louis Joos). Éditions Point Image



Natacha: La gran apuesta (Walthéry, Laudec y Mitteï). Éditions Dupuis


El gato (Philippe Gelück). Éditions Casterman
Saint-Germain des Morts (Bodard y Streng)



Jessica Blandy: Nuits couleur blues (Renaud y Dufaux). Éditions Dupuis
Maestros Cerveceros: Julienne, 1950 (Vallès y Van Hamme). Éditions Glénat



La Ribambelle gagne du terrain (Roba). Éditions Dupuis


Bob Slide: Trente-troisième rue (Maurice Tillieux). Éditions Dupuis
Jerry Spring contre KKK (Jijé y Lob). Éditions Dupuis



Gaston Lagaffe (Franquin). Éditions Dupuis


Le réseau Madou (Goffin y Rivière). Éditions Casterman
Lucky Lucke (Morris). Éditions Dupuis



Demandes spéciales (Walthéry). Noir Dessin
Sydney Bechet (Raymond Reding). Revista Tintín / Éditions du Lombard


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Galería abierta del Centro Comercial Moda Shopping
Entrada libre y gratuíta en horarios comerciales
Avda. General Perón 38-40 (Madrid)
Hasta el 20/03/11

sábado, 12 de marzo de 2011

Tiresias


Siempre que surge por ahí una adaptación de algún mito o de una leyenda de la antigüedad, ya sea por medio del cómic, en el cine o en otro formato, la verdad es que capta mi atención de inmediato, ya que me atrae bastante todo lo que huela a mitología clásica, como habréis observado por otras reseñas. Tras un vistazo rápido a un avance de Tiresias, de Rossi y Le Tendre, enseguida me hice con él al poco de su salida aquí (aunque luego el pobre se haya pasado más de un largo año acumulando polvo en la pila de lecturas pendientes). Pero lo cierto es que, pese a entrever al adivino ciego que aparece en La Odisea prestando su ayuda a Ulises, me extrañaba bastante el aparente enfoque que, de entrada, parecía dársele en esta obra, hasta el punto de dudar si realmente abarcaba la historia del mismo personaje, o si se trataba de otro ficticio con el mismo nombre.

Para identificarlo sin adelantarme en la lectura más de lo debido, me tuve que armar de mi diccionario de mitología universal, del tocho de mitos griegos de Robert Graves y ya de paso de Wikipedia, a fin de corroborar que la visión que aporta el cómic es precisamente la de los orígenes de esta historia y de cómo Tiresias llega a convertirse en el personaje que nos presenta la leyenda. No es, de hecho, hasta pasar la última página que terminamos de encajar las piezas de la agitada vida del tebano. Los autores han tomado las referencias que existen al respecto y las han cruzado y versionado de una forma curiosa, amena y sorprendente, desde un punto de vista que, a mi parecer, funciona bastante bien y resulta perfectamente válido. Así que tenemos un relato consistente, que guarda además una moderada fidelidad hacia las distintas vías de interpretación del mito; en el fondo un drama griego como tantos otros.

La verdad es que, teniendo en mente al venerable adivino de predicciones infalibles, cuesta un poco ponerse en situación al empezar la lectura, encontrándonos con un apuesto y bien parecido joven de Tebas cuyos encantos causan furor entre las mujeres y los efebos de la polis. Tiresias es uno de los soldados que participan en las escaramuzas contra la ciudad de Orcómeno por el control de Beocia, que eventualmente desembocará en una guerra abierta. Tocado de ese gesto despreocupado y gamberro que tienen los vividores, salta de cama en cama sin el menor reparo, dejando más de un corazón roto por el camino, como el del inocente Calipto, y provocando tanta admiración como habladurías entre camaradas y habitantes de la urbe. Ese estilo de vida licencioso no hace más que granjearle envidias por parte de las féminas desairadas, así como de sus compañeros de armas, a la vista del rencor que le guarda Glaucón, uno de los guerreros más brutales de las filas tebanas. A tal punto llega el atrevimiento de Tiresias en su sed de nuevos escarceos sexuales, que un día le arrebata el honor a una de las sacerdotisas del templo de Atenea, protectora de la ciudad. Como escarmiento por tan inmoral afrenta, la diosa le castigará metamorfoseándole en mujer. Pues, en esa época, los dioses intervienen activamente en la vida de los mortales y entretienen sus horas sometiéndoles al capricho de su juicio. Así, el correctivo que Atenea aplica al joven conquistador le convertirá en blanco de la disputa dialéctica que en esos momentos sostienen Zeus y Hera en cuanto a quién obtiene mayor placer, el hombre o la mujer, de la relación carnal.


Como decía, el guionista Serge Le Tendre (más conocido por su debut en ‘La búsqueda del pájaro del tiempo’, pero también por su trabajo en ‘Los viajes de Takuan’ o en las primeras aventuras de ‘Jérôme K. J. Blôche’) decide tirar por la vía de en medio y hacer una versión híbrida de las diversas variantes del mito: por un lado, aquella que lo relaciona con Atenea; por otro, con el matrimonio Zeus-Hera y su disensión sobre la voluptuosidad humana. La conclusión en todo caso es la de un Tiresias transformado en mujer que se ve sometido a experimentar las sensaciones del mundo femenino, hasta que sea capaz de realizar un sacrificio digno de su recién adoptado sexo, y que al final, junto a la condena de la ceguera, recibirá también sus dones proféticos.


El aspecto donde más se extiende el guión, el referido a la nueva vida de Tiresias bajo una forma femenina y el engaño que esta situación le obliga a llevar para con los suyos, recuerda un poco al de las comedias al estilo de ‘¿En qué piensan las mujeres?’, o la aún anterior ‘Una rubia muy dudosa’, si recordáis –que, por cierto, ahora veo dónde se remonta la fuente en la que se inspiraron–. Hasta cierto punto, incluso, el tebeo refleja algunas secuencias humorísticas consecuencia del cambio de género del protagonista, más o menos típicas, en las que incidían estas producciones.


Durante una primera parte, más ligera, Le Tendre nos presenta al puñado justo de personajes principales y secundarios para dirigir la narración (haciéndoles entrar en escena desde el comienzo, quizás de forma un poco precipitada), sin omitir detalles en la tempestuosa vida del Tiresias masculino. Los sucesos giran en torno a sus hazañas sentimentales, incluidas las homosexuales, tratadas con lógica naturalidad, y posteriormente en la atracción que, como Tea –su impactante encarnación en mujer–, genera entre sus vecinos. La segunda parte, en cambio, se encamina hacia la faceta más trágica del mito; es mucho más emotiva. Si el primer álbum se revela una lectura ágil y entretenida, a la que enseguida tomamos el pulso, la segunda mejora en calidad y concluye la historia muy correctamente. Es de destacar que con sólo unos pocos personajes, muy bien manejados, se logre articular una sólida puesta en escena de la leyenda, sin desechar las diferentes versiones que existen de la misma, picoteando un poco en anécdotas puntuales de todas ellas.


Por otro lado, no le encuentro tacha al dibujo de Christian Rossi, que logra perfilar con buen gusto la belleza y expresividad de rostros y cuerpos de la fisonomía tanto masculina como femenina. En ese aspecto, una de las señas características de su aportación aquí es que no vacila en mostrarnos desnudos y retratar escenas amorosas, pero con tacto y sencillez, sin volcarse en cierta frivolidad dada en otros dibujantes. No ahonda demasiado en las arquitecturas que una etapa histórica como esta le habría brindado, pero sí se deleita con algunos hermosos paisajes bucólicos. Y el uso del color me parece idóneo, con los tonos cálidos, estivales y mediterráneos afectos a un relato de este tipo. Su descripción gráfica resulta el complemento perfecto para la narración de su compañero. Rossi aprendió la profesión del mismo Jijé y ha sido colaborador en otras ocasiones de Le Tendre, e igualmente ha trabajado con Makyo y Bonifay. También es conocido por haber asumido el dibujo de obras como Jim Cutlass o W.E.S.T.


Pasemos a cuestiones más materiales: el polémico formato integral reducido en el que se han juntado los dos tomos de Casterman por parte de Planeta, que parece que fuera tanteando formatos de publicación según la temporada (al mismo periodo y modalidad de edición de Tiresias pertenecen Aldebarán o el integral de Durango, por ejemplo) para luego olvidarse definitivamente de ellos. No soy demasiado exigente con esas cosas, aunque ya me he llevado algún que otro chasco en cuanto a esto de las reducciones. Pero en este caso diría que el dibujo no se ve especialmente dañado por el cambio. Además, el tomito en cartoné que contiene los dos álbumes incluye las respectivas portadas originales y, para una obra de esta envergadura, con pocas posibilidades de verse publicada de otro modo, no me parece inadecuado; e incluso diría que es lo más cómodo. Su precio, por último, entra en lo razonable. Eso sí, una pega importante que se le puede achacar es el tamaño de la letra: una rotulación ridículamente microscópica, de lupa, en relación al espacio del bocadillo. Aparte de eso, señalaría también un reiterado, hasta la saciedad, error de traducción que disgusta bastante encontrarse una y otra vez (idéntico error con el que, por cierto, ya me he topado en otros álbumes de Planeta). Definitivamente, las traducciones son un factor que la editorial debería preocuparse de cuidar mucho más.

Meses después de la salida en nuestro mercado de ‘Tiresias’, apareció en las librerías ‘La gloria de Hera’ (que también cayó en mis manos) en formato idéntico al primero. Obra de los mismos autores -es una de esas colaboraciones que antes citaba-, sigue una línea similar a la del cómic del que hoy hemos hablado, aunque no se trata de una continuación ni mucho menos (de hecho, fue realizado con anterioridad, aunque en España su publicación haya sido posterior). Repite el tándem de artistas, sí, pero con sólo un vistazo se aprecian diferencias de enfoque y estilo, tanto de guionista como de dibujante respectivamente, que quizá se expliquen en parte por esa distancia temporal en su creación. Ya hablaremos más de él.


Tiresias es una más que digna adaptación al cómic de un pasaje legendario que agradará sobre todo a los aficionados a la mitología grecolatina, pero cuya ligera carga de erotismo no impide que sea de lectura abierta a todos los públicos. Tenemos la mala costumbre -yo el primero- de utilizar la vara de medir de Murena cada vez que sale una publicación de estas características. Descartemos de una vez la comparación y disfrutemos de un tebeo que ni sigue la misma senda que el clásico de Dufaux-Delaby ni lo pretende, pero no deja por ello de ser muy aprovechable. En este sentido, veremos cómo se comporta la versión de La Ilíada que está preparando Panini y a la que en un par de meses podremos echar el guante por estos lares.

martes, 8 de marzo de 2011

Jugando online (BG's)


El mundo de los videojuegos siempre ha gozado de una atracción incontestable para abarcar nuestras horas de ocio desde hace ya unas cuantas décadas, y los últimos años han visto nacer, gracias a la red, una nueva modalidad que ha disparado todavía más el interés entre todos los públicos. Son los llamados juegos online multijugador masivos, también conocidos como MMOG's, que ponen en contacto simultáneamente y a gran escala a jugadores de todo el mundo para cooperar y competir en escenarios de distintas temáticas.

Entre los más populares seguro que os suena el ambientado en el universo de Warcraft (WoW), por citar el mejor ejemplo que inmediatamente se nos viene a la cabeza. Con cientos de miles de seguidores y el lanzamiento periodico de expansiones que permiten ampliar el marco de sus ya gigantescas fronteras, se trata de juegos que requieren por fuerza de una cuota de suscripción mensual y del software apropiado para garantizar interminables horas y más horas de entretenimiento, amén de una conexión a la web.


Sin embargo, con el auge de Internet y su extensión a todos los soportes -consolas portátiles y smartphones incluidos- también ha proliferado una variante mucho más sencilla, pero nada despreciable, de este tipo de juegos, que destaca por su carácter gratuíto y abierto. Igualmente llamados juegos de navegador (BG's, Browser Games), no requieren de instalación alguna y tan sólo precisan de un registro libre para empezar a jugar. Todos los hemos visto mientras navegamos o andamos googleando por cualquier rincón de la red: sus llamativos banners nos asaltan de pronto en múltiples páginas.

La facilidad de acceso permite jugarlos en cualquier lado y casi desde cualquier medio (junto a las redes sociales o el correo electónico, son de hecho una de las actividades en las que más de uno emplea sus ratos vacíos -bueno, y no tan vacíos- en el trabajo). Y es que a veces basta con dedicarles 10 minutos al día para llevar la cuenta personal de jugador actualizada (aunque el nivel de enganche de cada cual es muy relativo), si bien la acción que transcurre en los mismos no se detiene; está en un constante desarrollo que implica la necesidad de varios servidores en función de su número de adeptos.

Antaño yo era jugador asiduo de videojuegos, incluso con etapas de adicción frenética a algún título en concreto. Pero quedó en cosa del pasado; hasta el punto de que hoy día soy más dado a rejugar aquellos abandonware que me marcaron, o como mucho algún que otro cartucho de la NDSi, que los lanzamientos más actuales. Así que si os lo preguntábais: no, no participo en ninguno de estos pequeños juegos online ni mi ánimo es patrocinarlos especialmente.


Para ser sincero, no me interesan demasiado. Partiendo de su gratuidad, tengo entendido que a la larga implican el pago de mínimas sumas, ya sea vía sms o por otros métodos, para acceder a determinadas características reservadas, o bien llegado un punto concreto del juego para evolucionar en el mismo y poder competir con efectividad. Digamos que en esa ligera aportación consiste el truco de las empresas desarrolladoras de estos juegos, aunque imagino que no todos funcionan así. En cambio, no he podido permanecer ajeno a este fenómeno al percatarme -cómo no hacerlo- de la enorme oferta existente y en gran medida enfocada hacia la temática fantástica (si bien también los hay estratégicos, de simulación, deportivos, espaciales, de gestión de recursos, etc.)

Sin duda parecen entretenidos, no hay que descargar nada, la mayoría cuentan con su versión en español y corren bien en equipos de rendimiento modesto. Voy a centrarme, pues, en los de género fantástico o de aventuras y a enumerar unos cuantos de entre los muchos por los que es posible decidirse (hacer click en el banner o enlace correspondiente para acceder a la pantalla de registro). Seguramente alguno los habréis probado y tendréis una opinión más certera de hasta qué punto merecen la pena.

Travian

Uno de los juegos de navegador más veteranos, con millones de usuarios registrados. Ambientado en el periodo de la Pax Romana, el jugador tiene la posibilidad de elegir entre romanos, galos y germanos. Combinando la obtención de recursos y la estrategia militar, la finalidad es desarrollar el nivel de civilización de una primitiva aldea gracias a la colonización y la conquista.

Tribal Wars

Parecido al anterior, Guerras Tribales se inclina más por el factor estratégico y de conquista en la Edad Media. Como soberano de un pequeño pueblo, debes luchar por el poder y la gloria entrenando a tus tropas y llevándolas a la guerra contra otros poblados.



Seafight

El juego online para piratas y filibusteros. Conviértete en capitán de navío: compra tus barcos y equípalos, dirígelos a través de los mares en busca de tesoros, libra batallas navales y hunde los buques de tus enemigos para ampliar tu dominio en alta mar.

4Story

Apoya a uno de los reinos, Valorian o Derion, en su lucha incesante por la supremacía del continente. Elige a cuál de ellos unirte y toma parte en las batallas fantásticas para asegurar la paz y ayudar a revelar secretos legendarios. Un emocionante juego de rol de misiones y exploración. Visualmente parece muy bonito.

Empire Strike

Juego de estrategia militar y civilización que te transporta a un mundo de fantasía donde eres el controlador total de todo un imperio. La tensión aumenta cada instante pues estarás rodeado de otros Imperios dispuestos a aprovechar cualquier debilidad para arrasar tus ejércitos y arrebatarte tus ciudades.

Grepolis

Un intuitivo juego en el que deberás encargarte de tomar las mejores decisiones para tu ciudad, desarrollando tu ejército y tu armada iniciando el glorioso camino que te llevará a convertirla en una gran metrópolis, sin descuidar la atención a los dioses del panteón griego, cuya ayuda puede determinar tu victoria o tu derrota.

Bitefight

¿Vampiro o Licántropo? La batalla ha comenzado. Elige tu bando y gana oro, experiencia y botín en forma de carne o sangre humana. Compra armas y pociones para mejorar tus fuerzas.


Modalidades Héroe y Lord según prefieras enfocar tus esfuerzos al desarrollo de tus tierras o a vivir una épica aventura RPG. Una tierra mística donde muchas razas compiten por la soberanía. Gráficos de alta calidad y multitud de aspectos tácticos por controlar, convierten este juego de navegador en una de las opciones más destacadas.

Ikariam

Otro de los preferidos, de ambientación helenística en este caso, que también combina colonización y conquista con el comercio y la diplomacia. Gestión de materias primas, batallas marítimas y terrestres, evolución de un asentamiento, etc. hacen de Ikariam el enésimo juego en el que debes levantar un imperio de la nada.

Lord of Ultima

Y para terminar, uno que ya comenté en el momento de su puesta en marcha. Inspirado en la fabulosa saga de videojuegos Ultima de Richard Garriot, no tiene, por desgracia, realmente mucho que ver con esta. Se reduce a un producto más de estrategia en la misma línea de los comentados anteriormente.


Pues bien, creo que no es necesario continuar para hacernos una idea. Como he dicho, esta no es más que una minúscula selección entre la ingente cantidad de juegos de este tipo que podéis encontrar (la mayoría demasiado parecidos entre sí, la verdad) y a los que echar una partida a través de vuestro navegador web.
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