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domingo, 12 de mayo de 2013

Once upon a time (Érase una vez). T1


«Érase una vez... Un bosque encantado repleto de todos los personajes clásicos que conocemos... o que creemos conocer. Un buen día se vieron atrapados en un lugar donde les habían arrebatado sus finales felices: nuestro mundo. Así es como sucedió todo...»

Y así es como da comienzo una de las teleseries que mejor ha encajado dentro del género fantástico en estos últimos años, de los guionistas Adam Horowitz y Edward Kitsis (Lost) para la ABC, emitida posteriormente en España primero por AXN y en abierto por A3, compuesta de 22 episodios de unos 40min. Sé que la mera referencia a dos de los creadores de Perdidos os producirá escalofríos y cierto repelús a más de uno (yo no pasé de su 3ª temporada, pero soy consciente del desencanto que a muchos provocó el desenlace). Sin embargo, por lo pronto puedo afirmar que esta primera sesión de Érase una vez se desarrolla con soltura y buena química, aunque nunca se sabe hacia dónde puede derivar todo... El caso es que antes de que se diluyan mis recuerdos de la primera temporada de la serie (al escribir estas líneas está finalizando ya la segunda, de la que llevo visto aproximadamente la mitad) quería comentar mis impresiones de la misma, no sea que luego empiece a mezclar situaciones y personajes de una y de la otra.


Varias veces me habréis oído hablar por aquí de la exitosa colección Fábulas, escrita por Bill Willingham y dibujada por Mark Buckingham entre otros, la obra en cómic a cuya legión de seguidores no extrañará que la saque a colación al tratar de Once upon a time, pues ésta se nos presenta como una especie de adaptación libre y no-oficial de la primera (por cierto, que a raíz de la serie de TV me han entrado ganas de seguir leyendo el cómic). No estoy muy enterado del asunto, pero parece ser que nunca se llegó a un acuerdo formal para llevar Fábulas a las pantallas por discrepancias en el enfoque. En cambio, tiempo después aparecería la serie que nos ocupa, que guarda una buena cantidad de similitudes con su hipotética fuente de inspiración, si bien es cierto que también hay muchos aspectos de planteamiento que las diferencian. Es normal, ya que en la franquicia de cómic había madera para hacer algo grande y al final alguien ha decidido aprovecharlo sin darle más vueltas.

Al margen de cuestiones comerciales que no vienen al caso, empecemos por relatar de qué trata esta emocionante teleserie, que se ha ganado un público fiel e incondicional, para que podáis comprobar hasta qué punto los parecidos no son precisamente casuales. Leed tranquilos aunque aún no la hayáis visto, pues lo que sigue a continuación no va más allá de lo que se revela en la sinopsis general y el episodio piloto.


El día de la boda entre Blancanieves y el Príncipe la ceremonia se ve súbitamente interrumpida ante la aparición de la Reina Malvada, que anuncia a los presentes su intención de lanzar un maleficio mediante el cual todos —salvo ella misma, claro— quedarán privados de sus finales felices. Por efecto de este hechizo, los personajes de los cuentos se verán trasladados a un lugar en el que no existe la magia y donde no serán conscientes de sus recuerdos, de los seres a los que amaban ni, en resumen, de memoria alguna de sus vidas anteriores. Ese lugar, contenido en el mundo real pero al mismo tiempo aislado de él, ya que nadie puede entrar ni salir del mismo so pena de graves consecuencias, es Storybrooke, un pueblecito de Maine, en las inmediaciones de Boston.

Una vez el diabólico sortilegio surte efecto, con los habitantes del bosque encantado sumidos en una existencia anómala, suspendida en el tiempo, sólo queda una persona que conoce la verdad, la Reina Malvada, ahora convertida en alcaldesa de este pequeño pueblo desde donde puede controlar los destinos de todos. Pero también existe otra capaz de romper el encantamiento: Emma, la hija a la que Blancanieves dio a luz justo antes de desencadenarse el hechizo, apartada y puesta a salvo sobre nuestro mundo para que, según la profecía, regrese al cabo de 28 años como salvadora de sus semejantes.


Con esta original puesta en escena, la serie da comienzo narrando cómo Emma —que evidentemente no sabe nada de sus orígenes ni de su verdadera familia, creyendo ser durante toda su vida una huérfana abandonada a su suerte— se ve atraída hacia Storybrooke en el día de su vigésimo octavo cumpleaños por mediación de Henry, un niño de 10 años que dice ser el hijo al que Emma dio en adopción poco después de nacer, y que a su vez está actualmente bajo la tutela de la Regina, la Reina Malvada. La intriga está servida desde el momento en que se produce el choque entre ambas mujeres.

Seductoramente perversa.
"Desde niña he cultivado un manzano donde crecen,
y a día de hoy no he degustado nada más delicioso que el fruto que ofrece
."
A través de un desarrollo a caballo entre el mundo real (o ese reducto del nuestro donde se encuentran encerrados) y el fantástico, cada capítulo nos cuenta la vida pasada (en el bosque) y presente (en Storybrooke) de las principales gentes de fábula, alternándose secuencias a modo de flashback que explican los vínculos entre ambas vidas del personaje en cuestión, ya que normalmente en esta primera temporada cada episodio se centra en uno de ellos. Al mismo tiempo, iremos presenciando los planes de Emma, pese a su incredulidad total al principio, y de Henry para restablecer los finales felices de todos ellos.



En esta época en la que tan de moda se ha vuelto a poner la recuperación de los personajes clásicos de los cuentos de hadas, uno de los mayores atractivos de la serie consiste en presenciar la reinterpretación que se ha hecho de todas estas leyendas de carne y hueso para afrontar su existencia como personas normales en el mundo corriente, sabiendo que algo en sus mentes no termina de ajustarse. Así, irán haciendo acto de presencia además de Blancanieves, los siete enanitos y el Príncipe, la Cenicienta, Pepito Grillo y Pinocho, la Bella y la Bestia, Caperucita Roja y su abuelita, el Sombrerero Loco o los gemelos Hansel y Gretel, junto a un largo etcétera. Y, entre ellos, un inquietante individuo que tiene mucho que decir en esta historia: el brujo Rumplestiltskin.

Rumplestiltskin: genio y figura.
¡Pero no haría tratos con él ni aunque me lo pidiera "por favor"!
El episodio piloto ya contiene los ingredientes suficientes para enganchar de inmediato. Como anticipaba, cada capítulo va descubriendo nuevos personajes y situaciones que han llevado a los habitantes del bosque a su nuevo estado a causa de la maldición, como la relación existente entre unos y otros, que a menudo está por encima de lo que evocamos gracias a los cuentos. Asimismo, la idea de este curioso colectivo dentro de la realidad y al mismo tiempo excluido como por arte de magia de ésta, está muy bien hilada y da margen de sobra para la imaginación. También hay cosas un poco absurdas, la verdad sea dicha, pero no es cuestión de buscarle tres pies al gato, sino de dejarse llevar por nuestra vena más crédula y soñadora, supongo, pese a ciertas ñoñerías puntuales perdonables.

Blanca, el Príncipe y Emma: todo queda en familia.
Como cabe esperar de una temporada tan prolongada, hay episodios mejores y peores, lógicamente. El de Cenicienta, por ejemplo, o el de los siete enanitos (centrado en la historia del Gruñón), me dejaron un poco frío o me parecieron directamente cursilones. Por el contrario hay otros, como los dedicados a Caperucita Roja o el de la Bella y la Bestia, que son estupendos, con giros que poco tienen que ver con los relatos originales en los que se basan sus personajes. También se describen varias historias que empiezan de un modo muy distinto a como las conocemos, y es a lo largo de la emisión que se van desvelando las circunstancias que llevaron a esos personajes a ser lo que hoy sabemos de ellos. Y no faltan las sorpresas, ya que en ciertos casos la reinterpretación que se realiza del clásico sufre una completa vuelta de tuerca (por supuesto, omito decir de cuáles se trata para no spoilear a nadie), proporcionando un resultado de lo más original. No obstante, la historia de Blancanieves y del Príncipe constituye el eje alrededor del cual se articulan los demás relatos, y es por tanto a la que siempre se concede más minutos, dado que también la mayoría de personajes se ven implicados de un modo u otro en ella.


Pero, rivalizando con esta última, si hay un par de historias que tienen encandilado al público seguidor de la serie y que atrapan en seguida a los recién llegados a ésta, sin duda son las del dúo de antagonistas fundamentales: la Reina Malvada y Rumplestiltskin. Tanto la mala malísima, cuya perfidia sólo es comparable a sus notables encantos, como el ser oscuro de nombre casi impronunciable, destacan entre el reparto —merced a sendas actuaciones magníficas por los actores que los encarnan— y se comen con patatas al resto de personajes e intérpretes. Así que, llegados a este punto, lo mejor es que hablemos ahora un poco de los protagonistas principales, pues son ellos quienes dan vida a la serie y ponen la esencia a las historias que se detallan en cada nueva entrega semanal.

Emma Swan, la heroína moderna

Jennifer Morrison, la metódica doctora Cameron de House, ejerce esta vez un papel menos adusto y le toca ser el personaje que debe sacar las castañas del fuego a las otrora felices gentes del bosque encantado, ahora involuntariamente atrapadas en Storybrooke, donde no tardará en instalarse. Aunque la actriz realiza una interpretación muy correcta, quizá se luce menos por no disponer en esta temporada de la perspectiva doble que aportan los flashbacks al resto de personajes. Siempre enfundada en su chupa roja de cuero, sus trifulcas con Regina por la custodia de Henry serán muy sonadas.

Blancanieves / Mary Margaret Blanchard

La verdad es que tengo que reconocer que me gusta el enfoque que le han dado a este personaje, clásico entre los clásicos. En el mundo fantástico del que proviene no tiene nada de damisela remilgada y demuestra manejar las riendas de su destino con determinación, sin perder ni pizca de feminidad, frente a las ofensivas de la Reina Malvada que amenazan con apartarla una y otra vez de su príncipe azul. Al contrario, en su traspaso a Storybrooke, donde trabaja como maestra de escuela y voluntaria en el hospital, parece que la hubieran despojado de esa fuerza. Y sin embargo, pese a su carita inocente, su atuendo monjil y su frágil aspecto (sobre todo al principio, luego vemos que de tonta no tiene un pelo) allí también posee una entereza admirable. La actriz que la representa, Ginnifer Goodwin, además de monísima, le ha sabido dar un aire muy interesante.

Príncipe James (Azul o Encantador) / David Nolan

Para no caer en un perfil demasiado modélico, los guionistas han decidido levantar una historia personal tras un personaje del que en realidad no es que trasciendan muchos datos del cuento. Valiente y decidido en su labor de gobernante del reino, posición a la que llega un poco por arte de birlibirloque, y a la vez tierno con Blanca, lo encarna el actor Josh Dallas (que tuvo un papel en la versión cinematográfica más reciente de Thor) y la verdad que el chico da bien el pego como príncipe por su fisonomía de guaperas y sus maneras, aunque a veces resulte un poco sosillo. Eso que dicen del romance que surge en los platós de rodaje debe de ser cierto, pues tengo entendido que en la vida real está liado con su también partenaire en la ficción (¡ay, qué bonito!) :P

Reina Malvada / Regina Mills

La pimienta de la serie, sin lugar a dudas. Nos encanta que sea tan mala, pero a la vez que deje escapar ese puntito de humanidad (lo cual demuestra que, hasta los malos —o al menos los malos bien planteados— tienen sus propias motivaciones lógicas). En el reino fantástico asistimos a su conversión paulatina en cabrona oficial de la corte, ayudada por un espejito mágico muy peculiar, función que traslada en su desempeño implacable de la alcaldía de Storybrooke sin perder ripio de todo lo que se cueza en sus nuevos dominios, donde mantiene subyugados a sus odiados convecinos. Un personaje capaz de todo por lograr sus fines, que además hace gala de un manifiesto poder erótico. Impagables las escenas en las que, volviendo a las andadas, emplea sus manzanas ponzoñosas para tratar de librarse de molestos adversarios. La actriz Lana Parrilla (como curiosidad, según cuenta la wiki, a pesar de su evidente ascendencia latina, no fue hasta 2009 que aprendió a hablar español durante una estancia en Granada) borda un papelón sin el cual la serie no tendría la misma chispa. ¡Bravísima!

Rumplestiltskin / Mr. Gold

Este personaje toma su nombre de un curioso y no muy conocido duendecillo creado por los hermanos Grimm que, si no me equivoco, ya aparecía también en una de las últimas partes de Shrek. Como aquel, el Rumple de la serie está basado en un siniestro individuo que va urdiendo una interesada cadena de favores, con fatales consecuencias para sus deudores cuando éste desea cobrárselos. Al principio es un pusilánime molinero sin apenas arrestos para sacar adelante a su familia, pero luego se convierte posiblemente en el ser más temible del reino y es quien mueve los hilos en la sombra. Al igual que Regina, no vacila en emplear la magia oscura con las más aviesas intenciones (¡me encanta su risilla nerviosa cuando logra consumar sus retorcidos propósitos!) Su otro yo en Storybrooke, donde regenta una umbría tienda de antigüedades y es dueño de media ciudad, inspira el mismo temor entre la población, pues como buen usurero recurre a técnicas poco amables para extorsionar a todos y salirse con la suya. Vamos, uno de esos tipos que te soltarían a las primeras de cambio el consabido "tú no sabes con quién estás hablando..." El gran Robert Carlyle también está que se sale en su interpretación, que seguramente marcará de forma importante su currículo, con la que se ha granjeado mis simpatías.

Henry Mills

El hijo biológico de Emma y adoptivo de Regina es el causante de que la trama se ponga en marcha y un personaje que no ha acabado de perfilarse aún, en torno al cual hay todavía enigmas por descifrar, como la manera en que fue a parar a Storybrooke quedando a cargo de la Reina Malvada (sólo sabemos que fue gracias a la mediación de Gold). Jared S. Gilmore es el joven que se mete en su piel y, afortunadamente, resuelve el papel sin caer en la repelencia de la que suelen pecar muchos niños actores.

Caperucita Roja / Ruby

Mucho más crecidita de como la recordábamos en el cuento, esta Caperucita —cuyo rol desempeña Meghan Ory— es uno de los personajes más sugerentes, puesto que guarda un complicado as en la manga. Su historia es una de las más misteriosas y atractivas. Trabaja como camarera en Storybrooke junto a la abuelita, que administra la cafeteria y el hostal local, con la que tiene unas peloteras tremendas porque la anciana la ata en corto y no le deja darle a su cuerpo alegría macarena. Luce un rollo vamp que renueva de pleno la estética de la famosa muchachita asustadiza de Perrault.

Pepito Grillo / Dr. Archie Hopper

La conciencia de Pinocho, y por extensión de otros pobladores del bosque a quienes ofrece sus consejos, es uno de los casos que mencionaba antes donde se plantea la historia del personaje de un modo diferente, hasta que lo vemos convertirse en la imagen que hoy tenemos del mismo. Pepito Grillo (o Jiminy Cricket, como se le conoce por otras tierras) no podía ejercer de otra cosa en Storybrooke que no fuera, obviamente, de psiquiatra del pueblo, donde lleva una consulta que frecuenta Henry, paciente y amigo del afable doctor.

La Bella

Haciendo honor a los atributos de su personaje, Emilie de Ravin (actriz rescatada de la plantilla de Lost, caso que veremos no será único) representa a la joven que las leyendas emparejan a una horrenda bestia, que aquí tomará una apariencia un poco diferente, y no digo más. Su relación con esta dispar bestia es una de las más seguidas por el fandom de la serie. Sin embargo, Bella no tiene un papel demasiado acusado en esta primera temporada (también guarda diversos secretos que por ahora es mejor no desvelar) y no será hasta la segunda donde su actuación cobrará un mayor despliegue.




Junto a este abultado plantel de personajes surgen muchos otros que, aunque secundarios, cuentan con cierto protagonismo en un momento dado, e incluso con capítulos que se dedican a ellos en exclusiva. Tal es el caso, por ejemplo, del Cazador, que en Storybrooke es el sheriff Graham y dirige la comisaría del pueblo (por cierto, las celdas de su calabozo tienen más movimiento que Alcatraz); un personaje atormentado en ambos mundos que depara sorpresas inesperadas en el curso de la emisión. También hallamos a Cenicienta, para mi gusto una de las participaciones menos convincentes: sosipava como ella sola, no me extraña que perdiera el zapatito de cristal, y suerte que sólo fuera eso... En el mundo real interpreta a una desconsolada madre soltera. Cerrando el círculo de héroes y villanos, les acompañan asimismo las Hadas mágicas, el Genio de la Lámpara, el Sombrerero Loco, la ondina del Lago Nostos, la Reina de Corazones (atentos a este personaje en el futuro), Maléfica (la bruja de la Bella Durmiente, si bien ésta última no se dejará ver hasta la 2ª temporada) o el Rey Midas y su hija Abigail, por citar a unos cuantos.


En fin, de sobra para no aburrirse ni un minuto y poder decantarse por nuestros preferidos. Además, quizá hayáis observado el hábil juego que se ha llevado a cabo para identificar a los seres de muchos de estos cuentos con sus homólogos mundanos a través de sus nuevos nombres u ocupaciones. De este modo, Blancanieves es la profesora Blanchard, la Reina es la alcaldesa Regina, Cenicienta se llama ahora Ashley (de ash, ceniza en inglés), Roja pasa a ser Ruby, el ávido de riquezas Rumplestiltskin será el señor Gold (de oro) y las inocentes hadas formarán parte de una congregación religiosa.

Un par de apuntes finales que conviene resaltar. Por un lado la mención a los efectos especiales y la puesta escénica. No os voy a mentir: tanto los ambientes ficticios (paisajes con castillos recortándose en el horizonte o de frondosos bosques) como las criaturas montruosas y el bestiario de fantasía (dragones, ogros, unicornios) y la expresión de efectos mágicos (encantamientos, transformaciones, juegos visuales) son un pelín cutrecillos. No malos, ni mucho menos, pero diría que pertenecen a un tipo de animación que hoy día ha quedado superada. Pero, como pasa siempre, se demuestra que si el guión de fondo atrapa y las actuaciones están a la altura, el resto queda al servicio de un buena disposición del público. Y, en esos aspectos, esta sesión de la serie se defiende con nota.


La banda sonora en sí es estupenda y casi cualquiera de las 25 sintonías que contiene, compuestas por Mark Isham para la ocasión, merece ser escuchada con placer. Hay que poner especial hincapié en algunos temas preciosos como Hope will return, Unhappy Endings y Belle's Story, al igual que en otros más inquietantes y lúgubres, aunque no menos palpitantes, como The Queen's Curse o Dealing with Rumplestiltskin. Tampoco debemos omitir que cada episodio da comienzo con un característico, pero muy breve, opening que nos da algunas pistas sobre los derroteros de la trama que se mostrará a continuación, o bien de qué personaje va a tratar el capítulo que nos avanza.

Ya he apuntado más arriba que actualmente estamos asistiendo al final de la segunda temporada (que, como adelanto, puedo deciros que no me está enganchando tanto como lo hizo esta primera, pero bueno, aún queda mucha serie por delante antes de emitir una opinión completa), en la que se incorporan personajes y situaciones totalmente novedosos. Y hace apenas unos días se ha dado luz verde para el rodaje de una tercera. Así que tenemos Once upon a time para rato, por lo que no os quepa duda que seguiremos hablando por aquí de esta amena y alucinante serie, recomendable para todos aquellos que —como Henry— aún quieran creer un poco en la magia de los cuentos, a pesar de que un maleficio permanente nos retenga en este frecuentemente ingrato mundo de disgustos y decepciones. Menos mal que productos de entretenimiento de buena calidad como el que he tratado de mostraros hoy nos permiten asomarnos por ratitos al otro lado...

Calificación:

4 comentarios:

Fawn dijo...

Fantástica reseña Jolan!!!

Tengo que decirte que estoy absolutamente de acuerdo con tu opinión sobre esta primera temporada ^_^

La segunda a partir de la mitad parece retomar el rumbo de la primera, quizás echaba en falta más personajes de cuentos...

Sobre "Fábulas", se dan cierto aire, pero creo que tienen poco que ver una con otra, Fábulas es una historia mucho más adulta y morbosa, de la que estaría genial poder ver una serie también. Quizás en un futuro no muy lejano y dada la moda por los cuentos, así será ^_^

Besos de colores y feliz semana, Jolan!

Jolan dijo...

Pues gracias por partida doble, Fawn, porque es de tu fabuloso blog (una entrada donde subiste fondos de escritorio de OUAT) de donde he extraído algunas de las imágenes para este artículo.

A la segunda temporada me está costando algo cogerle el pulso. Mientras que de esta primera me encantaron la mayoría de capítulos, en la siguiente los estoy viendo un poco a trompicones.

Las diferencias con Fábulas son muchas, es verdad, aunque también hay algunos parecidos bastante acusados. Sin duda la serie de cómic es mucho más cruda y realista, como apuntas: hay sexo, los personajes profieren tacos y tienen una moralidad más dudosa (la misma Blancanieves, sin ir más lejos) o se dan situaciones más brutales. En fin, ambos puntos de vista, teleserie y cómic, tienen matices muy interesantes.

Un besote y gracias por pasarte a comentar! ;)

Algo pasa con Mey dijo...

Hola Jolan!Me he pasado por mi blog y al ver tu actualización no he podido evitar entrar aquí. Me encanta que hayas dedicado un huequito a esta serie. O más bien un huecazo, siempre me pregunto cómo lo haces para escribir tantísimo!!

A mi me encanta la serie, siempre he dicho es que yo en serie. La verdad es que al principio no me enganchó mucho, fue a partir del 3º capi o así cuando ya empezó a gustarme más. Me parece super divertido cuando va apareciendo un personaje nuevo y tu mente se traslada automáticamente a tu infancia^^

En fin, pues eso, que menudo análisis más chachiruli has hecho. Me gusta que te hayas parado a hablar de cada personaje, así me he enterado de cosas o he caído en la cuenta de otras. Como que el principe azul sale en Thor!

Sigue así Jolan, un besazo mágico desde el mundo de Mey!

Jolan dijo...

Hola Mey! Qué tal va todo? Me alegra verte por aquí!

Sí, a menudo me temo que se me va la mano escribiendo sobre algunos temas y luego me salen estos tochos que, imagino, a mucha gente le dará una pereza tremenda pararse a leer, jaja! Pero bueno, admito que me cuesta dejarme cosas por medio que realmente me apetece destacar, como en este caso el análisis de los personajes principales. Pero si te ha gustado, doy por bueno entonces el mamotreto que he soltado en este artículo. :D

Pues a mí la verdad es que la serie ya me enganchó desde su piloto, y el 2º capítulo no hizo sino acrecentar mi interés por seguir viéndola. De esta primera temporada, desde luego que uno de los mayores atractivos es ir descubriendo un nuevo personaje en cada capítulo, y comprobar cómo se enlaza su vida en el mundo de fantasía con su situación actual en la realidad de Storybrooke. Quizá por eso la 2ª temporada no me está convenciendo tanto... Aunque salen también nuevos personajes, se pierde un poco esa estructura que tan limpiamente funciona en la primera.

Un beso, Mey, y nos seguimos leyendo! ;)

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