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domingo, 2 de diciembre de 2012

XV Expocómic de Madrid

Un año más he podido acercarme durante un rato a lo largo del fin de semana por el Expocómic, el salón internacional del tebeo de Madrid, que alcanza ya su XV edición, aunque no va a ser tampoco la de este año una crónica muy extensa sobre mi visita, muy a mi pesar teñida además de un cierto tono crítico y agridulce.

A todas luces, el cambio de última hora del lugar donde debía celebrarse el evento ha afectado de manera negativa a su organización y trastocado su correcto desarrollo. El trágico incidente sucedido hace unas semanas durante la macrofiesta del Madrid-Arena, en la que fallecieron cinco chicas (la última hace sólo unos días a causa de las lesiones sufridas), motivó la inmediata clausura de otros espacios municipales para revisar y poner a punto sus sistemas de seguridad y de emergencia. Entre ellos, estaba el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, donde iba a tener cabida el Expocómic de este año, como en las dos ediciones anteriores. Finalmente el emplazamiento designado ha sido el Matadero de Madrid, en el Paseo de la Chopera, junto a la Plaza de Legazpi.

En primer lugar, quiero aclarar que no considero en modo alguno culpable a la Asociación Española de Amigos del Cómic —encargada de la realización de la feria— de que se haya producido esta situación (después de todo, ellos han sido los primeros perjudicados al encontrarse de repente con semejante pastel), sino que todo es debido a la nefasta gestión de la crisis generada por ese desgraciado suceso que el Ayuntamiento —y a la cabeza del mismo, la marioneta de trapo que tenemos por alcaldesa— está llevando a cabo. Entiendo que tenerlo todo preparado y que a menos de un mes del comienzo de la feria te desbaraten los planes por completo, no es precisamente un contratiempo fácil de capear. De hecho, hemos tenido hasta suerte de que la edición de 2012 no fuera finalmente cancelada.

No creo que la afluencia de público se haya duplicado o triplicado respecto a la de años anteriores, y sin embargo, en vista de las colas kilométricas que se perdían en la distancia, ésa era la primera sensación que se percibía al acceder al área principal que acoge las diversas naves que albergaban los stands y demás instalaciones feriales, por lo menos durante la sesión del sábado por la tarde, momento de mayor concurrencia del acontecimiento. La limitación del aforo por las menores dimensiones del recinto y por un cierto temor preventivo a que se produjesen aglomeraciones, ha motivado que se dieran problemas que no ocurrían ni siquiera en el viejo Pabellón de Convenciones donde se hacía el Expocómic antiguamente. Y es que alrededor de una hora de espera en la cola de entrada para acceder al anexo principal (y el mismo tiempo o más para las taquillas donde sacar los tickets, de no ser porque los que íbamos nos dividimos en dos grupos para guardar sendas filas) a la intemperie, con 0º de temperatura ambiente, enfrían los animos de cualquiera.

Hubo un momento que se podría tachar poco menos que desastroso, donde en taquilla basicamente venían a decirte que te vendían la entrada, pero no se te garantizaba en absoluto que pudieras acceder al edificio donde se encontraban los stands, autores y principales actos, y que volvieras al día siguiente. Es decir, pagas tu entrada y te marchas a casa... Tampoco quiero cargar demasiado con el tema, porque igual tuve la mala suerte de llegar en el peor momento posible y quizás el resto del fin de semana el salón se ha desarrollado con total normalidad, pero reconozco que acabé un poco quemado por este asunto. Por otra parte, no es mi intención calificar de ninguna forma al público que asistió a la macrofiesta de la discordia, pero pienso que el que acude a una feria del cómic es bien distinto del de una concentración de aquellas características. Es decir, que me parece harto improbable que en el Pabellón de Cristal, donde tan cómoda y limpiamente se ha desenvuelto el Expocómic los dos últimos años, se hubiesen producido las mismas estampidas; sobre todo porque la coordinación entre taquilla y accesos eran perfectas y apenas daban lugar a la formación de colas. Pero bueno, ya sabemos que en este país pasamos del todo vale al nada es suficiente...

Sea como fuere, desanimado por la tremenda espera, el caso es que no he disfrutado del salón de 2012 como en ocasiones anteriores, y eso que nunca he sido de los que reciben esta feria con demasiado optimismo ni de pasarme la tarde allí metido. Tratando de poner al mal tiempo buena cara, lo que para mí ha salvado la tarde ha sido poder obtener algunas firmas y dedicatorias deseadas de los autores nacionales más accesibles a los que sigo, así como el poder llevar conmigo por primera vez a mi sobrino de 5 años a una velada de este tipo e intentar que se lo pasara lo mejor posible.

Como ya viene ocurriendo de unos años para acá, Expocómic coincide con las llamadas Jornadas Comiqueras del Fnac, que han discurrido durante toda la semana, alternándose las sesiones de firmas y las conferencias entre un sitio y el otro. Por cierto, y sin ánimo de que parezca que quiero sacar falta de todo, la organización en este centro (el de la Plaza de Callao) también dejaba un poco que desear, ya que la idea de traer hasta 60 autores al mismo tiempo, hacía que les tuvieran que apiñar de mala manera en los de por sí estrechos pasillos, y en más de un caso fui testigo de que se produjeron errores en la distribución de ejemplares a firmar por sus respectivos artífices, que no tenían volúmenes para dedicar porque la superficie no se los facilitaba en tiempo y cantidad suficiente.

Vale, dejo ya de quejarme de una vez y pongo aquí las —pocas, pero magníficas— dedicatorias conseguidas en esta edición:

Jose Luis Povo en su debut editorial en Netcom2 con el primer álbum de Miquel Mena (Ladrones de almas), a quien por fin pude conocer y saludarnos cara a cara


Gol y Pedro Camello (Cruz Negra 1: La Frontera)


Jordi Bayarri, para la 8ª entrega de Entre Tinieblas (Escama de mi escama), firmaba como siempre en el stand de Aleta


Desde aquí dar las gracias a todos ellos por su amabilidad y dedicación. Me habría gustado conseguir alguna que otra firma más, como las del veterano Max (encargado del cartel oficial), Oscar Martín, Juan Díaz Canales o Miguelantxo Prado, pero no pudo ser y tampoco andaba yo muy por la labor este año de aguantar más colas.

Aunque estoy encantado de poder contactar con algunos de mis autores españoles preferidos, sigo echando en falta que Expocómic invite a más autores extranjeros si quiere distinguirse como un salón del cómic de cierta categoría y lucir verdaderamente esa etiqueta de "internacional". En tanto que no supere esta limitación, creo que seguirá siendo un festival regional de tantos; más multitudinario, eso sí, pero sin grandes diferencias de los que se celebran en otros puntos de nuestra geografía. Tengo entendido que en Fnac iba a estar Frank Le Gall, aunque no llegué a verle por allí. También estuvieron presentes dibujantes como Frederik Peeters o Marc Jailloux, pero no había este año una gran estrella invitada de fuera como en ocasiones anteriores (en las que sí se ha contado con algún autor especialmente destacado de proyección internacional).

Por lo demás, aparte de las sesiones de firmas, apenas he realizado compras en este salón (cosa que, por otra parte, mi bolsillo agradece). No es algo que lamente, porque suelo realizar mis compras comiqueras en las librerías que visito con frecuencia, donde consigo mi descuento de siempre, y entre eso e internet uno acaba llegando a casi todo lo que quiere conseguir, pero desde luego esta vez no me sentía motivado para hurgar entre las cajas de los stands como antaño ni en dar demasiadas vueltas entre estos; aparte de que las ofertas brillaban por su ausencia. Como única compra efectuada mencionaré que me hice con un par de tomos que no tenía aún de Fábulas, la obra de Bill Willingham, que he retomado con ganas a raíz de la teleserie Once upon a time, a la que ando enganchado.

El oso y el madroño madrileños, símbolos de la ciudad y también mascota del Expocómic, en una figuración de Oscar Martín

Concluyendo: en líneas generales, mi opinión sobre este Expocómic es que ha estado muy por debajo de lo que debería ser, y ya no sólo por cuestiones de ubicación. Las muestras y exposiciones de este año no me atraían especialmente (por no hablar del aspecto de los soportes que sujetaban alguna de ellas, que era un poco desolador), pero a eso se le unen las escasas actividades alternativas de verdadero interés y la falta de información con suficiente antelación sobre charlas, coloquios y otros actos con apariencia de estar creados muy sobre la marcha; completándose así la experiencia con una valoración decepcionante. Hasta el libreto oficial de este año es más reducido y cutrecillo que de costumbre. Aspectos todos estos de los que sí son responsables los organizadores del evento y que supongo que ellos mismos asumen que deben ser mejorados de cara a futuras ediciones (con esa intención los destaco, sin empeño alguno de reprocharles su duro trabajo y siendo consciente de las dificultades a las que se han enfrentado este año). Bueno, tengo que decir que al menos una cosa sí ha mejorado sustancialmente, y es en lo que se refiere a la entrega de un cómic gratuito con la entrada, gracias a lo que pude traerme un Peter Pan de Loisel a casa.

Para terminar, un breve apunte sobre los Premios Expocómic de esta XV Edición: en el panorama nacional, dominio absoluto de Teresa Valero y Montse Martín, que han arrasado con su Curiosity Shop (obra a la que tendré que echar un buen vistazo algún día de estos). Por lo demás... ¿es una impresión mía o se ha reducido drásticamente el número de categorias premiadas?

En fin, a menos de una hora de su cierre, si algo ha quedado claro con este Expocómic es que definitivamente el Matadero del Pº de la Chopera no es en ningún caso el emplazamiento idóneo para acoger una feria que, por sus dimensiones y público creciente, está clamando a gritos ser instalada en años sucesivos bien en el IFEMA, bien al menos en el Pabellón de Cristal donde tan desahogadamente se había desarrollado en años anteriores. Ojalá para 2013 no tengamos una evaluación tan pobre como la de este año de nuestra feria del cómic.

12 comentarios:

Mr. Gibson dijo...

A pesar de todos los inconvenientes, eres un tío con suerte, porque nosotros los de "provincias" ni siquiera soñamos con algún evento así.
Ya hace años me ponían los dientes largos unos amiguetes de Barcelona cuando me contaban sus visitas al salón de cómic de Barcelona.
Y en cuanto a lo del Madrid Arena, otro ejemplo de la idiosincrasia española: hasta que no hay muertos por medio no se hace nada, y luego se hace de manera desproporcionada. Los que mandan se van de rositas y los de a pie pagamos el pato. Viva España y olé.
Y por cierto, muy bien eso de iniciar a tu sobrino en estas sanas aficiones, aunque después de tanto lío no sé qué tal se lo habrá tomado.

jose luis povo dijo...

Jolan, gracias de nuevo por tu presencia y apoyo. Frank Le Gall en efecto estuvo en la Fnac, y ayer sábado participó en la mesa redonda. Es un hombre lleno de gracia e histrionismo que puso la nota de humor a la tarde. Yo tuve la suerye de estar con él en el hotel y más tarde en la cena con otros autores y me firmó un ejemplar de "atrapados en el pasado" de Spirou. Todo un lujo. Un abrazo.

Jolan dijo...

Hola Mr. Gibson:

Entiendo que desde ciudades más pequeñas se mire con ganas a este tipo de eventos, pero creeme que tampoco te pierdes el acontecimiento del siglo. Está bien por la posibilidad de conocer autores, eso sin duda, y de adquirir material descatalogado en algún stand, pero dista mucho de ferias del cómic 'de verdad' como la de Angouleme, con actividades de todo tipo y la organización volcada por completo en ello. No sé, seguramente peco de exigente, pero creo que en la capital y con un número cada vez mayor de lectores de cómic, aunque sean ocasionales, deberíamos tener algo mejor.

Por el tema del Madrid-Arena lo peor de todo es que en cuanto pase el revuelo las cosas volverán a hacerse como siempre, es decir, mal y por la puerta de atrás. ¿Los culpables? también los de siempre: asco de políticos...

Y sobre mi sobrino, ni loco le hubiera tenido esperando todo ese tiempo con el frío que hacía. Gracias a que tuve la precaución de llegar antes y quedar con mi cuñada y mi hermano, que le trajeron justo poco antes de entrar, sino me habría vuelto a casa. Por lo demás, se lo pasó bomba y alucinaba con la gente disfrazada de sus personajes favoritos (le flipan los superhéroes como Spiderman, Batman o Linterna Verde; eso no lo ha heredado de mí, pero sí el gen comiquero que ya lleva dentro, jeje).

Saludos.

Jolan dijo...

Gracias a ti, Jose Luis! ;) Estoy seguro de que disfrutaré de las aventuras de Miquel Mena!

Vaya, pues me habría gustado conocer a Le Gall, que de los pocos autores extranjeros presentes era el que más me interesaba, pero recuerdo que tenía su mesa de firmas cerca de la tuya y cuando salí del Fnac aún no había llegado... De saberlo hubiera intentado que me firmase algún tomo de Theodore Poussin o su Spirou.

Un abrazo y mucha suerte con el álbum!

Pardi dijo...

Hola Jolan!! Yo estuve en la cola el sábado casi hora y media.... creía que nme daba el ataque y sobre todo por la gente que se colaba por todas partes sin control por parte de la organización. Tienes razón que las prisas del cambio justifica cualquier cosa pero cuando estás congelado no lo entiendes. Nunca tuve que comprarlas por adelantado pero por si acaso ésto no me vuelve a pasar.

No me puedo quejar de las firmas obtenidas en la expo, y buenas compras... Incluido un original de Oscar Martín que pondré en el blog.

Le Gall llegó tan tarde que ya no lo esperaba pero ha sido una grata sorpresa, y tengo que agredecerte a tí haberlo descubierto cuando recomendaste la compra de su Poussin.

Salu2!!!!

Jolan dijo...

Hola Pardi:

Ya lo creo... ¡menudo frío pasé! Yo que sólo llevaba mi camiseta de manga corta de Perceván y una simple cazadora, pensando que dentro del recinto me iba a asar de calor... Pero como dices, ya no me pillan en una de estas: el próximo año me plantearé comprar las entradas por anticipado.

Vaya! Y también te has hecho con un original de Oscar Martín!! Definitivamente, me das muucha envidia, porque pillarle sí que estaba difícil! Ya he visto en tu blog las dedicatorias que te hizo Le Gall; otro de los que me gustaría haber conseguido firmas. Me tienes que dar la fórmula para desdoblarte y lograr llegar a tantos autores! :D

Ya me contarás también tus compras en los stands; de haber tenido más tiempo y ganas me hubiera gustado buscar alguna que otra cosa descatalogada que se me resiste, pero bueno, otra vez será.

Saludos!

Pardi dijo...

Jeje... El truco de desdoblarse es fácil... Hija de 11 años que me acompaña todos los años a la Expo. Tu sobrino todavía es pequeño, pero dentro de poco te ayudará igual.

Pero la verdad es que este año, por su cuenta ha conseguido un dibujo de Roger Bonet ,Tirso Cons y de Corominas. Seguramente haré una entrada a parte.

Salu2

J.J. González Haro dijo...

Tengo muchas ganas de un evento de este calibre, pero espero que al que finalmente asista no cuente con las dificultades a las que se ha enfrentado esta edicion del Expocomic...

Un abrazo chaval...

Jolan dijo...

Pardi: Tendré que comenzar a entrenarle para futuras ediciones XD

Jose Joaquín: Este Expocómic se ha visto afectado sobre todo por cuestiones ajenas a la organización, pero bueno, no está de más acudir a ferias de este tipo porque siempre se obtiene algo bueno de ellas.

Saludos.

Jareth dijo...

Menuda suerte y qué envidia sana me dais. Me hubiera encantado hacerme con una dedicatoria de Frank Le Gall, de Oscar Martín y de Frederick Peeters, al que adoro después de leer su magnífico "Aama". Acaba de salir la segunda entrega, por cierto.

También me hubiera encantado poder conocer a José Luis Povo y que me dedicara su cómic. Tendré que esperar a la semana que viene para conseguirlo y leerlo ya que me dijeron que aún no les llegó en una de mis tiendas habituales.

Un saludo desde dentro del laberinto a todos. Espero reseñas vuestras sobre esas adquisiones!!

Jolan dijo...

Bueno Jareth, estoy seguro de que el Saló de Barcelona no le va a la zaga. Es más, tengo entendido que suele funcionar mejor que el Expocómic, a nivel de convocatoria al menos.

A mí también me hubiera encantado hacerme con la firma de Le Gall. Es Pardi quien ha conseguido un buen alijo de dedicatorias en esta edición! XD Te animo a pasarte por su blog a echarles un vistazo.

Peeters estaba en Fnac precisamente promocionando Aama. De él la verdad que sólo he leído su Píldoras Azules, por el momento.

Y seguro que a Jose Luis le podrás conocer en alguna ocasión, porque Netcom2, según veo, está preparando una pequeña gira con coloquios y dedicatorias de sus producciones. Ya hablaremos por aquí de 'Ladrón de almas', claro que sí! :)

Saludos.

Beldz dijo...

Uauu, ¡qué buenas firmas conseguiste, Jolan! Te han hecho unos dibujos preciosos.

Desgraciadamente, lo de las colas es un tema que incordia mucho. Yo he llegado a ver auténticas monstruosidades en el Salón del Manga de Barcelona (incluso estuve en ocasiones haciendo cola dos horas). En fin, quizá sea mala organización, pero tampoco se puede hacer mucho si al final viene más gente de la esperada. En este sentido, el Salón del Cómic siempre ha estado mejor.

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