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domingo, 17 de junio de 2012

Antigua Vamurta

Tras años de lecturas dedicadas a héroes de brillante armadura e intachable reputación, a sus hazañas gloriosas y a gestas dignas de ocupar renglones de oro en las crónicas de la fantasía épica, empieza a ser más común encontrarnos con obras protagonizadas por personajes de carne y hueso, más falibles; héroes –quizá ni eso– en el ocaso de su trayectoria o a los que vemos tocar fondo para luego levantarse y remontar sus desgracias. En el caso de Antigua Vamurta se trata de toda una ciudad y sus habitantes, desde los ilustres hasta los más humildes, quienes comparten esta fatídica suerte y padecen sus terribles consecuencias. Y para ello, su autor, Igor Kutuzov (pseudónimo y álter ego de Lluís Viñas) se centra en la historia del líder natural y príncipe destronado del otrora esplendoroso condado de Vamurta y de un repertorio de personajes de su entorno, tanto de aquel al que pertenece por derecho de nacimiento como del sobrevenido a instancias de sus posteriores avatares, despojado ya de todo privilegio y del respaldo de su noble posición.

El novel escritor catalán aborda así varias líneas argumentales que discurren conjuntamente, aunque separadas en el espacio, fundadas sobre la historia de su principal protagonista, el conde Serlan de Enroc, y de Sara, una compañera fortuita que en cierto modo ejerce de su ángel de la guarda. Al mismo tiempo nos introduce en la descripción de nuevos lugares a medida que se amplía el radio de actuación de unos y otros personajes, dentro de un mundo de ignotas y desconocidas fronteras (no hay mapa que ilustre los distintos puntos geográficos que enmarcan la acción –siguiendo una tendencia reciente en el género– de modo que nada acota los márgenes de nuestra imaginación) plagado de topónimos hispánicos y catalanes que suponen una agradable y curiosa sorpresa.

Sin destripar más de lo que cuenta la sinopsis de contraportada, el relato empieza con Serlan convaleciente de sus heridas a consecuencia de la guerra de desgaste que enfrenta a los hombres grises con los murrianos, una raza semi-salvaje de las llanuras que ha logrado llevar la primera línea de batalla hasta los vetustos muros de la capital de los primeros, Vamurta. Con la ciudad a punto de caer, las tropas aguantando los embates enemigos hasta la extenuación y sus líderes en desbandada, resignados a la inevitable derrota, se inicia un éxodo en masa de los grises hacia las colonias de ultramar, territorio que escapa al control de la vieja urbe y donde la ley recae en el albedrío de unos pocos hombres, la mayoría corruptos, exiliados tiempo atrás por orden de varias generaciones de condes de Vamurta. A pesar de que muchos quedan atrapados en la ciudad a merced del dominio murriano, Serlan consigue ser uno de los últimos en embarcar, sabedor de que navega rumbo a unas tierras donde su presencia es considerada hostil y el nombre de su familia se repite como una maldición en boca de sus dirigentes.

Ante la imposibilidad de asilo, despreciado por sus congéneres de este lado lejano de la costa y con el estigma de la pérdida de la histórica capital bajo su mandato, siéndole negado todo derecho de cuna sobre las Colonias, comienza para Serlan un periplo durante el que tendrá que forjarse una vida desde cero, sin dejar de lado el recuerdo de su pasado y con la intención de recuperar algún día el honor perdido. Su principal consuelo es tener a Sara a su lado, una chiquilla que la tragedia de los acontecimientos de los últimos días de la antigua Vamurta ha puesto en el camino del malogrado conde. En este deambular errático por comarcas ignotas, habitadas por razas y seres más extraños y enigmáticos a cada paso, se toparán con posibles aliados inesperados de su causa, pero también con otros personajes influyentes que, conscientes de sus orígenes, tratarán de ganarles en su provecho con algún propósito oculto.

Alternándose con la historia del conde en su ostracismo, la narración no se olvida de los que le han acompañado en el exilio, aunque pronto les depare un destino muy diferente al suyo; camaradas y amigos como el médico Ermengol y el capitán Álvaro, de quienes el narrador nos mantiene al corriente a través del intercambio de cartas que se dirigen entre sí. Por otra parte, del lado de los vencidos que no consiguieron huir a tiempo, seguimos la personal ordalía del alférez Dasteo, que pasa de flamante adalid militar del batallón sagrado de Vamurta a víctima de la esclavitud bajo las garras de los murrianos, ejerciendo de cabeza visible de una tenue pero creciente resistencia ante el invasor que se enseñorea sobre las fértiles tierras de los hombres grises, que ahora cuentan con otros dueños.

Sin duda, la medida psicológica de los personajes es una de las claves que marca la diferencia de Antigua Vamurta con otras novelas de fantasía de corte más clásico. El mismo Serlan de Enroc se revela como un protagonista verdaderamente atípico, de un perfil tan desconcertante como acertado, con reacciones que le hacen humano y muy apartado de idealismos heroicos, resultando más próximo al lector. Con todo, debo admitir que se trata de un personaje con el que al principio me ha costado empatizar, debido a que algunas de sus acciones entrañan un carácter inconstante y que no comprendía su forma de reaccionar ante según qué situaciones. Lo bueno es que, desde luego, se sale de lo común y de los cánones del guerrero de conducta irreprochable, pues por momentos es algo cenizo, derrotista, un tanto inocente y a la vez casi siempre temerario, lo que le hace ir aprendiendo de sus errores a base de un palo tras otro y adquirir una visión distinta de la que posee por la educación que ha recibido hasta entonces, al haber pertenecido a la alta alcurnia. Algo en lo que convendrán conmigo quienes hayan leído esta novela es lo sorprendente del tratamiento de la mujer, al menos entre la estirpe de los grises, como un estamento igualitario, ocupando un lugar que en otras circunstancias parecería reservado para el hombre, ya sea entre las clases militares o la aristocracia; no en vano ejercen importantes roles durante la narración –con ejemplos como Ermesenda, Sara, Leandra y Amalia– que llaman poderosamente la atención por su talante fuerte y decidido, a menudo superior al de los protagonistas masculinos, siendo las que realmente manejan los hilos en gran parte del texto.

El contexto en el que está ambientado el relato es un mundo de inspiración entre medieval y renacentista –hay, por ejemplo, armas de fuego, como arcabuces, bombardas y culebrinas, así como otros aspectos más sofisticados– y con un tono más realista que fantástico (la magia, si existe, permanece por el momento en un segundo plano). Pero, sobre todo, lo que Kutuzov nos muestra es un escenario del que el lector es espectador de un cambio, un vuelco de civilizaciones que se encuentran y entre las que surgen lazos y pugnas por resolver. Así, se despliega la atractiva idea de la llegada a los puertos de las Colonias, y a partir de ahí todo un mundo nuevo que tenemos la sensación de descubrir a medida que Serlan recorre esas tierras extranjeras, de las que es un completo forastero. Además, el relato está lleno de lugares evocadores que, como hitos en el camino, van constituyendo el decorado de los distintos personajes; tales como Villalaia, la hacienda solariega de Leandra, la lacustre Ciudad de los Lagos, cuyas aguas e islotes están infestados de sircads, espricones y otras misteriosas criaturas, el inexpugnable bastión murriano de Orcómeno, las minas de mercurio de Uherské, o la misma Vamurta, con sus ordenadas calles pavimentadas jalonadas de limoneros que son testigo del pánico que genera la brutal invasión.

El autor ha sabido manejar un repertorio de razas distinto y original, en el que las supuestas bestias a menudo presentan un mayor grado de organización que las diversas variantes de los hombres, diferenciadas por la tonalidad de su piel. Con el asedio de Vamurta y su resultado se entra precisamente a valorar hasta dónde llega el alcance de la culpa de los ocupantes, en una reflexión de que ni todos los murrianos son los seres despiadados que podríamos pensar, ni todos los hombres grises resultan tan honorables (hecho que se remata en la relación que nace entre Serlan y Aldier). Es, en definitiva, una forma de ahondar en el enfoque sobre el miedo y la desconfianza hacia los que son distintos, y la falta de entendimiento que esa idea puede generar. Pero no son sólo los murrianos (seres que personalmente me recuerdan a una especie evolucionada de faunos) los que pueblan las páginas de esta saga, sino también otra serie variopinta de etnias que juegan su papel en la historia, como los vesclanos y sufones, así como otras especies aún más inquietantes.

Quiero resaltar la forma en que está escrita esta novela y la huella personal que lleva impresa, pues para ser Igor Kutuzov un recién llegado al campo de la fantasía (género que por lo visto le proporciona una gran satisfacción y que, además de los clásicos británicos, compone buena parte de sus lecturas) se desenvuelve de maravilla. Antigua Vamurta es una novela francamente bien escrita, reflejo de que su autor goza de una gran habilidad narrativa que atestigua su formación periodística y su interés por la Historia clásica (le delatan alusiones como Orcómeno o la Falange Roja), manejando un léxico formidable y un estilo descriptivo muy rico (pocas veces me he encontrado con tantas y tan poéticas maneras de describir los cielos y las aguas). Para saber un poquito más del autor, os incito a dar un paseo por su recomendable weblog, donde además de conocer una de sus obras recientemente publicadas, 37 relatos para leer cuando estés muerto, veréis un apartado con abundantes datos y varios cuentos ambientados en el mundo de Vamurta.

Publica Grupo Ajec dentro de su Colección Excalibur Fantástica este primer volumen, de dos, dividido a su vez en tres bloques principales. En este caso no podemos decir que la historia comprendida en su primera entrega sea autoconclusiva en absoluto sino todo lo contrario, pues quedan muchos cabos sueltos y una trama completamente abierta de la que no veremos su resolución hasta la salida del segundo tomo (previsto para el último trimestre de este año, creo). Preciosa y atrayente portada, por cierto, pero lástima que haya errores tipográficos achacables exclusivamente a la editorial, que salpiquen la lectura con cierta frecuencia.

Antigua Vamurta supone una lectura ágil y entretenida de factura nacional, muy apta para estos largos días de verano que vienen, que escapa de lo típico y deja buen sabor de boca. Aviso que cuesta un poco dar con el libro (uno aún no está muy acostumbrado al formato digital para leer novela, así que me llevó un tiempo encontrar un ejemplar en su edición impresa), lo cual es indicativo de que debe estar vendiendo bien. Una nueva pieza a tener en cuenta y de la que felicitarnos entre la literatura fantástica en nuestra lengua.

7 comentarios:

Txema dijo...

He oído hablar bastante de este libro y creo que terminaré leyéndolo; más aún después de leer tu análisis.

La verdad es que el grupo Ajec está haciendo una buena labor en cuanto al diseño y edición de los libros, ya que suelen ser bastante atractivos a la vista.

Por otro lado, lo de las erratas es algo muy típico, pero tal y como dices solo achacable a una mala gestión por parte de la editorial.

Apunto la recomendación.

Patricia dijo...

Yo también lo he leído ¡Es una maravilla!

Una dijo...

Yo he ido leyendo desde el blog del autor algunos pasajes y realmente es una obra impecable de una categoría superior.

Encontrar el libro es harto complicado, máxime en mi ciudad, pero no pierdo la esperanza de tenerlo en la estantería de casa junto con otras obras de arte de similar índole.

Ígor sabe lo que se hace y recomiendo encarecidamente seguir sus blogs, es un fenómeno y además, un tipo muy entrañable al que es muy fácil coger cariño.

Adelante a los indecisos, no os decepcionará.

Jolan dijo...

Txema:
Sí, es uno de los títulos de Ajec que más está sonando.

Que no te desanime el tema de las erratas, ya que en ningún momento lastran la lectura. Es sólo que uno es un poco exquisito para estas cosas y la crítica en ese sentido es únicamente con ánimo de mejorar lo que en otro caso sería una edición perfecta. No va más allá de algunos artículos comidos o conjunción desaparecida.


Hola Patricia:
Supongo que, como yo, te habrás quedado con la inquietud de saber cómo continúan las andanzas de Serlan y Sara, y de ver en qué desembocará todo. ¡Espero que Igor no nos haga esperar mucho! :)


Hola aina:
Es cierto que encontrar el libro en formato impreso es casi una labor arqueológica, pero he comprobado que en tiendas online como cyberdark está disponible. En todo caso, siempre se puede tirar de la edición digital, pero yo aún no tengo e-reader (todo se andará) y leer en pantalla me cuesta un poco.

Por lo demás, suscribo lo que dices sobre Igor.

Saludos a tod@s y gracias por comentar! ;)

Loren Sparrow dijo...

Yo para estos casos en que un libro de Ajec no se encuentra, recomiendo comprarlo directamente a la editorial, además puso varios servicios de suscripción con ofertas suculentas donde puedes elegir tranquilamente qué libros comprar.

Tengo el libro pendiente de lectura desde hace no mucho tiempo, a ver si me lo leo un día de estos porque me llama, más después de haber leído tu reseña. :)

Un saludo.

Jolan dijo...

Ahí Loren da en el clavo: lo mejor en estos casos es recurrir directamente a la editorial. Hoy día todas tienen tienda online en sus respectivas páginas web, y de paso igual se encuentra alguna otra obra para acompañar el envío. Salvo para títulos descatalogados, la verdad que actualmente no hay excusa para no hacerse con una novela que nos interese! :)

Anónimo dijo...

Antigua Vamurta es la fundación de un Mundo cuyo autor posee talento narrativo y poético. Profundo y exhaustivo análisis es éste que se nos entrega referido a su Obra, me alegra por Igor pues siento su calidad escritural merece este reconocimiento.

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